Las enfermedades viajeras
Ante los retos y emergencias internacionales, hay que reconocer el liderazgo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, organizar una fuerza de ¡°cascos blancos¡±, tener un fondo permanente e incentivar la investigaci¨®n y la innovaci¨®n
Que las enfermedades viajan y no entienden de fronteras lo sabemos bien desde el inicio de la humanidad, a cuyo desarrollo ¡ªdicho sea de paso¡ª han contribuido de manera decisiva bacterias, virus y par¨¢sitos. Lo que s¨ª es nuevo es la rapidez con la que actualmente se difunden y el aumento de su impacto en la poblaci¨®n como consecuencia de un crecimiento demogr¨¢fico imparable y de la concentraci¨®n cada vez mayor de las personas en grandes n¨²cleos urbanos. A ello se a?ade otro factor que viaja a todav¨ªa mayor velocidad: las noticias, cuyo efecto amplificador aumenta la sensaci¨®n de proximidad en el tiempo y en el espacio, potenciando la percepci¨®n individual y colectiva de incertidumbre y de riesgo.
Hacer frente a esta situaci¨®n requiere de unos mecanismos resolutivos de gobernanza de la salud global, es decir de articulaci¨®n de las respuestas de los distintos actores p¨²blicos y privados ante aquellas enfermedades y riesgos para la salud que requieran una acci¨®n transfronteriza efectiva. Ello es aplicable a las numerosas enfermedades que por su distribuci¨®n tienen, d¨ªa tras d¨ªa y de manera silenciosa, un fuerte impacto sobre las desigualdades sociales y geogr¨¢ficas en salud ¡ªes el caso de la malaria, el sida y la tuberculosis, y tambi¨¦n de las enfermedades tropicales desatendidas, como el Chagas, el dengue o la leishmaniasis. Pero la gobernanza de la salud global tambi¨¦n se pone en evidencia en circunstancias como pandemias, epidemias y determinados brotes ¡ªverdaderos ¡°incendios de la salud global¡±¡ª que requieren una respuesta r¨¢pida, a menudo en contextos sanitarios y sociales precarios, limitados recursos y con niveles elevados de incertidumbre, como el caso de la actual epidemia de ¨¦bola en ?frica occidental.
La epidemia de ¨¦bola es una oportunidad para que los Estados y los actores internacionales acepten ceder algo de su soberan¨ªa
La lentitud y descoordinaci¨®n de la respuesta efectiva de la mayor¨ªa de los actores globales, OMS, gobiernos estatales, Banco Mundial y organizaciones privadas ¡ªcon la excepci¨®n de algunas ONG¡ª, pone de manifiesto que hay que repensar c¨®mo dar la respuesta adecuada en el momento preciso, articulando liderazgo, conocimiento interdisciplinar y capacidad de actuaci¨®n multinivel. Entre las propuestas a considerar destacan:
- Reconocer el rol de liderazgo ¡ªno s¨®lo t¨¦cnico, sino tambi¨¦n pol¨ªtico¡ª de la OMS en situaciones de emergencia global para la salud, algo que solo recoge parcialmente su actual Marco de Respuesta a Emergencias.
- Organizar y entrenar una fuerza internacional permanente de ¡°cascos blancos¡±, de naturaleza civil e integrada por profesionales sanitarios y de apoyo t¨¦cnico ¡ªuna propuesta que hizo ya hace un par de meses el Secretario General de Naciones Unidas y que no parece despertar mucha respuesta¡ª, con apoyo efectivo de los gobiernos de todos los pa¨ªses y en colaboraci¨®n con las organizaciones pre-existentes en el terreno.
- Articular un fondo permanente de financiaci¨®n de la respuesta ante emergencias de salud global, no solo centrado en la respuesta a corto plazo, sino tambi¨¦n en la reconstrucci¨®n y fortalecimiento de los sistemas de salud, una vez superada la fase m¨¢s aguda, en l¨ªnea con lo expresado por el Presidente del Banco Mundial hace un mes.
- Promover un compromiso de los principales financiadores p¨²blicos y privados de la investigaci¨®n y la innovaci¨®n ¡ªtanto b¨¢sica, como cl¨ªnica y de salud p¨²blica¡ª para incluir la preparaci¨®n ante las emergencias de salud global entre sus principales prioridades.
Aunque fortalecer la capacidad global de ¡°apagar incendios¡± no debe minimizar la prioridad de disponer de sistemas de salud resolutivos, sostenibles y equitativos, la epidemia de ¨¦bola es una oportunidad para que los Estados y los principales actores internacionales acepten ceder algo de su soberan¨ªa para estar a la altura de las exigencias del esfuerzo compartido que se requiere, promoviendo una cooperaci¨®n cosmopolita, en lugar de la acci¨®n de pol¨ªtica interna y de cortas miras. A su vez, la OMS precisa ganar en agilidad y capacidad de respuesta, minimizando burocracias innecesarias y contraproducentes. Y es a la sociedad civil, especialmente la ciudadan¨ªa de los pa¨ªses m¨¢s ricos, a qui¨¦n corresponde movilizarse para propiciar estos cambios deseados en la gobernanza de la salud global, contribuyendo entre todos a la equidad, al desarrollo y a la seguridad.
Antoni Plas¨¨ncia es director del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
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