No sin mis barcos
Varios buques de guerra 'acompa?an' a Putin a la cumbre del G-20
Cada uno tiene sus man¨ªas y es habitual que haya personas que no salgan de viaje sin determinados objetos: una determinada maleta, esa chaqueta especial, el libro que siempre vuelve con algunas p¨¢ginas le¨ªdas y siempre se aplaza hasta la pr¨®xima salida.
El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, tiene, como todos, sus preferencias. Son conocidos sus gustos por las artes marciales, la equitaci¨®n, pilotar todo tipo de veh¨ªculos y exhibir musculatura aunque la temperatura lo desaconseje. Algo de todo esto hay en el hecho de que en su viaje a la cumbre del G20 en la ciudad australiana de Brisbane el mandatario ruso se haya presentado, adem¨¢s de con su s¨¦quito, con una flotilla de barcos de guerra, incluyendo probablemente un submarino nuclear. Es algo as¨ª como acudir a la reuni¨®n de la comunidad de vecinos dejando en la puerta a unos se?ores con pinta de convencer a cualquier vecino que sea poco receptivo.
Los nav¨ªos rusos se encontraban ayer en el mar de Coral y hoy est¨¢ previsto que lleguen al l¨ªmite de las aguas australianas. Mosc¨² ha asegurado que se trata de un movimiento normal. Con la misma normalidad, Australia ha enviado cuatro buques de guerra a interceptar a la flotilla y al menos un submarino estadounidense sigue al grupo. Todo, con la m¨¢xima normalidad. Los rusos han puntualizado que, en caso necesario, pueden ayudar a garantizar la seguridad de Putin. Vamos, que en su maleta de viaje el presidente ruso mete varias mudas, un paraguas y algunos barcos de guerra. Por si acaso.
El primer ministro australiano, Tony Abbot, est¨¢ furioso. Y as¨ª lo ha hecho saber. No se trata solo del en¨¦simo gesto amenazante de Putin con la comunidad internacional, y en este caso con el anfitri¨®n de la cumbre. Es que, adem¨¢s, 38 de las v¨ªctimas del avi¨®n derribado sobre Ucrania el pasado julio eran australianas. Mosc¨² neg¨® cualquier relaci¨®n con el suceso, pero las pruebas apuntan a un derribo intencionado por parte de las milicias apoyadas por Mosc¨². Abbot le ha recordado a Putin que Rusia es m¨¢s interesante para todos como un socio pac¨ªfico e innovador que como un pa¨ªs amenazante. En otras palabras, que ha llegado con exceso de equipaje.
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