As¨ª es la primera pel¨ªcula er¨®tica rodada con drones
Dos cineastas de San Francisco emplean veh¨ªculos a¨¦reos no tripulados para rodar una intrigante sucesi¨®n de escenas de sexo
Vale que los l¨ªmites y la flexibilidad de los g¨¦neros cinematogr¨¢ficos es algo que ha tra¨ªdo de cabeza a los acad¨¦micos desde hace d¨¦cadas, pero pocas veces se hab¨ªa dado una disociaci¨®n tan profunda entre etiqueta y contenido como en Drone boning. El trailer de este, digamos, proyecto, se compone de majestuosos paisajes capturados, como ya avisa su t¨ªtulo, con un drone. Monta?as, playas, campos. Vi?edos, rocas, olas. Y despreocupadas parejas fornicando al aire libre. Porque Drone boning, que tiene m¨¢s c¨¦sped que carne, se las da de cinta pornogr¨¢fica. Es decir, no tiene planos de genitales, que es lo que exige el g¨¦nero para que un t¨ªtulo se considere porno, pero todo lo dem¨¢s est¨¢ ah¨ª. No se sabe si es una serie de planos filmados con drone que tiene adem¨¢s a gente copulando; si es el ¨²nico caso de un experimento curioso o es el nacimiento de un g¨¦nero nuevo.
En todo caso, es algo rese?able. Para ser la en¨¦sima variaci¨®n de un tipo de v¨ªdeos que ya ha experimentado con hasta las Google Glass, resulta ver el sexo en la c¨²spide de un acantilado tiene su aquel de armonioso y espectacular. Este v¨ªdeo, a cargo de la compa?¨ªa Ghost + Cow, formada por Brandon LaGanke y John Carlucci, que es razonablemente casto, subraya lo suficiente el car¨¢cter voyeur¨ªstico, por no decir esp¨ªa, de estos aparatos de vigilancia, en algo a partes iguales inquietante e intrigante.
Estaba trabajando con unos drones, justo filmando un plano perpendicular desde el cielo y entonces me re¨ª pensando que ser¨ªa hilarante que en cada uno de los planos que estaba haciendo hubiera una pareja d¨¢ndole al tema. Como en '?D¨®nde est¨¢ Wally?' pero con sexo Brandon LaGanke, creador de 'Drone boning'
LaGanke ha explicado a revista Filmmaker los or¨ªgenes del asunto: ¡°Estaba trabajando con unos drones, justo filmando un plano perpendicular desde el cielo y entonces me re¨ª pensando que ser¨ªa hilarante que en cada uno de los planos que estaba haciendo hubiera una pareja d¨¢ndole al tema. Como en ?D¨®nde est¨¢ Wally? pero con sexo¡±. Tras comentarlo con varios compa?eros, contin¨²a detallando el cineasta, comenzaron a surgir las mismas inquietudes acerca de la intimidad, la invasi¨®n drone y la idea de un posible ataque de estos aparatos. Pero el tema se fue solidificando, sobre el objetivo era contarle a la gente que en materia de drones el ¨²nico mensaje posible es el de ¡°haz porno y no la guerra¡±.
Esa era la intenci¨®n de los cerebros detr¨¢s de Drone Boning: devolvernos a un estado ed¨¦nico en el que el sexo es majestuoso gracias a unos planos a¨¦reos exquisitos, a sus localizaciones de ensue?o (todo se film¨® en los alrededores de San Francisco) y su banda sonora preciosista. ¡°Dejemos de ser tan serios, demos un paso atr¨¢s y pensemos en las cosas m¨¢s bonitas que tenemos en este mundo. El sexo es sin duda una de ellas¡±, jalea LaGanke en una entrevista en The Daily Beast.
No se sabe si es una serie de planos filmados con drone que tiene adem¨¢s diminutas sorpresas; si es el ¨²nico caso de un experimento curioso o es el nacimiento de un g¨¦nero nuevo
Aunque muchos han se?alado esta fantas¨ªa a¨¦rea como el primer filme pornogr¨¢fico realizado con un drone, en realidad el honor le pertenece a un trabajo que ha estado circulando este a?o titulado Creepy Drone Guy, seg¨²n explican en The Daily Beast y en RT. Sin embargo, Drone Boning va a recoger todas las loas y laureles a partir de ahora, comenzando por el New York City Drone Film Festival, ins¨®lito certamen de reciente creaci¨®n especializado en cintas rodadas con drones en el que el filme de Ghost + Cow obviamente participa.
Hasta entonces habr¨¢ que esperar unos tres meses y muchos esperan que para febrero de 2015 se haya resuelto la incertidumbre de saber si esta cinta va a suponer el arranque de un nuevo subg¨¦nero o de nuevas entregas en una posible franquicia. Sea como fuere, Drone Boning, que pretende ser una comedia, al menos eso dice sus perpetradores, apunta al menos a dos posibles y nada desde?ables escenarios: una hipot¨¦tica desaparici¨®n del star-system del porno y una nueva raz¨®n para las mujeres de medio mundo imiten a sus colegas francesas y vuelvan a ponerse la parte de arriba del bikini cuando vayan a la playa.
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