A veces brillante, siempre digno
No vivir¨¢ en el pante¨®n de los m¨¢s grandes, pero s¨ª en el de los que vinieron justo detr¨¢s El director de ¡®El graduado' falleci¨® el mi¨¦rcoles en Nueva York a los 83 a?os
Mike Nichols no dispondr¨¢ nunca de una estatua en el Olimpo del gran cine norteamericano, no se le puede integrar en la deslumbrante generaci¨®n de directores que diseccion¨® Peter Biskind en ese libro imprescindible titulado Moteros tranquilos, toros salvajes, no pose¨ªa un sello de autor¨ªa y un estilo narrativo que te permitiera identificar de una pel¨ªcula a otra eso tan enf¨¢tico y prestigioso denominado universo propio, pero s¨ª demostr¨® capacidad y talento para realizar algunas pel¨ªculas memorables en una filmograf¨ªa, nunca hizo trabajos mercenarios al servicio de las f¨®rmulas que exig¨ªa Hollywood, sus proyectos nunca carecieron de ambici¨®n aunque el resultado fuera gris¨¢ceo y sus fracasos estuvieron acompa?ados de dignidad, intent¨® mantener su personalidad independientemente de que en variadas ocasiones ofreciera m¨¢s artesanado que arte, se sent¨ªa c¨®modo hablando del desgaste del amor y de los tortuosos misterios del sexo y los grandes actores y actrices, con atributos de estrella o sin ellos, sab¨ªan que el hombre que estaba detr¨¢s de la c¨¢mara ten¨ªa la facultad de extraer lo mejor de su arte. Igualmente, aseguran que era un virtuoso dirigiendo teatro, pero eso no lo puedo confirmar.
Y su esplendoroso bautizo en el cine lleg¨® con la adaptaci¨®n de la obra teatral de Edward Albee ?Quien teme a Virginia Woolf?. Hace mucho tiempo que no la reviso pero la asocio a la brillantez, al cine en blanco y negro, a un aroma de otra ¨¦poca tan atormentado y claustrof¨®bico. Nichols hac¨ªa cre¨ªble, desgarrada y tr¨¢gica una noche alcoh¨®lica habitada por un matrimonio en ruinas durante demasiado tiempo que se ataca con salvaje violencia verbal en un proceso irreversible de sadomasoquismo mutuo, que despierta a los viejos demonios y otra pareja reci¨¦n casada y presuntamente feliz a la que tambi¨¦n arrasar¨¢ el volc¨¢n. Probablemente, sea la mejor interpretaci¨®n que realiz¨® esa Liz Taylor que aparece desgre?ada y gorda y Richard Burton tambi¨¦n est¨¢ eminente.
Nichols demostr¨® en su siguiente pel¨ªcula, la justificadamente legendaria El graduado que tambi¨¦n dispon¨ªa de un notable talento para la comedia agridulce y sentimental, las situaciones esperp¨¦nticas, el toque rom¨¢ntico, la armon¨ªa entre los estados de ¨¢nimo que describe y una banda sonora inmejorable. Sospecho que a una inmensa mayor¨ªa de los espectadores antiguos o nuevos de esta joya c¨®mica y sentimental nos aparece una sonrisa al recordarla. Todo es gozoso en El graduado, los encuentros ad¨²lteros entre la inolvidable, elegante, sensual, sabia, borracha y amarga se?ora Robinson (maravillosa Anne Bancroft) con ese chaval en el que todo es incertidumbre y asfixia, las emocionantes canciones de Simon y Garfunkel, la creaci¨®n de Hoffman, la potencia c¨®mica, mordaz y l¨ªrica de esta comedia perfecta.
Nichols volvi¨® a recuperar ese admirable pulso para la comedia urbanita en Armas de mujer. Habl¨® con dureza y desarmante sinceridad de la sexualidad, el desamor, el enga?o, el hast¨ªo, la plenitud del amor y su cruel declive en las desasosegantes y complejas Conocimiento carnal y Closer. Y demostr¨® un inteligente cinismo en el retrato de un pol¨ªtico tan imaginativo como corrupto en La guerra de Charlie Wilson, Nichols era un profesional, ten¨ªa lo que hay que tener, un director necesario al que el Hollywood computerizado no echar¨¢ de menos, pero la aut¨¦ntica cinefilia si. Merece respeto y agradecido recuerdo.
Filmograf¨ªa b¨¢sica
2007. La guerra de Charlie Wilson.
2004. Closer.
1988. Armas de mujer.
1983. Silkwood.
1971. Conocimiento carnal.
1967. El graduado.
1966. ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?.
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