Bill Cosby, la ca¨ªda del mito del padre perfecto
La leyenda se resquebraja. El actor estaba en la promoci¨®n de su biograf¨ªa ensalzadora cuando una quincena de mujeres le han acusado de violaci¨®n
La NBC ha cancelado la preproducci¨®n del show que iba a devolverle al prime time con otra comedia familiar (ya como abuelo veterano). Netflix ha pospuesto un especial sobre su humor previsto para la semana que viene. TV Land ha anulado la reemisi¨®n del m¨ªtico El show de Bill Cosby. Sendas apariciones televisivas para promocionar su biograf¨ªa, Cosby: His life and times, en el programa de David Letterman y en el canal de Oprah Winfrey se cancelaron. Definitivamente, Bill Cosby es un ¨ªdolo ca¨ªdo.
Ayer ya hab¨ªa una quincena de mujeres que acusaban al c¨®mico estadounidense, uno de los hombres m¨¢s queridos en su pa¨ªs y parte de Occidente gracias a la imagen de padre ideal que destilaba su serie El show de Bill Cosby, de drogarlas y violarlas. La ¨²ltima, el martes, fue la exmodelo Janice Dickinson, que en una entrevista en Entertainment Tonight asegur¨® que Cosby abus¨® de ella en 1982. La mecha la prendieron en Hollywood Elsewhere la exactriz y publicista Joan Tarshis (acus¨¢ndolo de agredirle sexualmente en oto?o de 1969 cuando ella ten¨ªa 19 a?os) y la actriz y modelo Barbara Bowman que, primero en una entrevista en el The Daily Mail y despu¨¦s en un art¨ªculo en The Washington Post ¡ªtitulado ¡®Bill Cosby me viol¨®. ?Por qu¨¦ le ha llevado 30 a?os a la gente creer mi historia?¡¯¡ª, explic¨® que la drog¨® y viol¨® a mitad de los ochenta. Otro impulsor de estas revelaciones, el tambi¨¦n c¨®mico Hannibal Buress se refiri¨® a Cosby en un mon¨®logo en Filadelfia como un violador en serie y pidi¨® ayuda al p¨²blico para reactivar el caso. Mientras Cosby reh¨²sa en las entrevistas hablar del tema ¡ªen la radio p¨²blica estadounidense solo movi¨® la cabeza para negar las acusaciones¡ª, sus abogados solo han dado el siguiente comunicado. ¡°Durante las pasadas semanas, viejas y refutadas acusaciones contra el se?or Cosby han resurgido. El hecho de que est¨¦n siendo repetidas ahora no las hacen verdaderas¡±.
La mecha la ha vuelto a prender Bowman, quien ha contado en un art¨ªculo que la drog¨® y viol¨® en los ochenta.
?Por qu¨¦ ahora? ?Por qu¨¦ no hace a?os o meses? Por tres razones: la primera es Twitter, que ha juzgado y condenado a Cosby sin que ni siquiera haya habido una investigaci¨®n. ¡°Vivimos en un mundo donde la transparencia absoluta es la norma, no la excepci¨®n¡±, escribe Sharon Waxman en The Wrap, que arguye que el silencio del acusado no ayuda. Y tampoco jug¨® a su favor que Cosby ordenara a Internet que los internautas usaran una imagen suya para crear memes con bromas amables. En la web no se ordena, se pide, como s¨ª hizo Buress para esparcir el v¨ªdeo de su actuaci¨®n.
La segunda es que, en 2006, Bowman se sum¨® en su denuncia a la de otra agredida, Andrea Constand, cuyos abogados ten¨ªan testimonios de otras 13 mujeres con parecidas acusaciones. Cosby lo neg¨® todo, pero lleg¨® a un acuerdo extrajudicial que implicaba el silencio de las demandantes. Eso acall¨® cualquier eco.
Y la tercera es la promoci¨®n de Cosby: His life and times (Simon & Schuster), una estupenda biograf¨ªa escrita por Mark Whitaker, el primer editor afroamericano de la revista Newsweek, en la que ahonda con extrema meticulosidad ¡ªexcepto en los hechos oscuros, obviados¡ª en la vida de Cosby, hasta hace poco una figura aclamada y querida por encima de etnias o idiomas. En el pr¨®logo Whitaker cuenta c¨®mo es coger un vuelo con el actor, que a sus 77 a?os a¨²n hizo en 2013 unas sesenta actuaciones por todo EE?UU (no hace m¨¢s porque no quiere, porque no repite ciudades en dos a?os y porque desde los a?os sesenta solo act¨²a en auditorios de 1.500 a 3.000 personas: m¨¢s peque?os no dan beneficios, m¨¢s grandes no se le puede ver en el escenario). La gente se empuja para hacerse fotos con Cosby, todo el mundo siente que forma parte de su familia, en el aeropuerto se ralentizan los embarques por su mera presencia. Y ¨¦l accede: suele viajar solo, aunque ha estado dos d¨¦cadas batallando contra un glaucoma ¡ªen muchas fotos se ve su ojo derecho con una nube¡ª que le imped¨ªa ver claramente. Tras m¨²ltiples operaciones, ahora ve mejor, sin sombras, y puede actuar sin gafas de sol, algo que le pon¨ªa muy nervioso: sus mon¨®logos necesitan que el p¨²blico observe sus gestos faciales. En EE?UU es popular por no ser un stand-up comedy, sino un sit-down: cuando empez¨® en un bar de Filadelfia actuaba sentado y desde entonces prefiere esa posici¨®n.
Un episodio del Show de Cosby.
La vida de Cosby ha sido complicada: naci¨® en una familia pobre, con un padre alcoh¨®lico y una madre trabajadora y luchadora. Hijo ¨²nico desde que su hermano peque?o falleci¨® a los siete a?os, mal estudiante ¡ªpor eso nunca memoriza sus actuaciones salvo peque?os chistes que sirven de engranaje entre mon¨®logo y mon¨®logo improvisados, siguiendo el consejo de su idolatrado Jonathan Winters¡ª, el humor le salv¨® de una posible vida errante. Carl Reiner fue su mentor, tras ver, animado por su hijo Bob, una de sus primeras actuaciones en televisi¨®n. A partir de ah¨ª, Cosby avanz¨® a pasos agigantados. Con la serie Yo esp¨ªa (1965) se convirti¨® en el primer afroamericano en ganar el Emmy. Durante d¨¦cadas ha vendido miles de discos con sus actuaciones (ha recibido nueve grammys), ha hecho decenas anuncios y series, y a¨²n as¨ª roz¨® la bancarrota por un m¨¢nager corrupto. En el cine solo Bob & Carol & Ted & Alice y California suite estuvieron a su altura. Hoy su fortuna supera los 500 millones de d¨®lares gracias a su ojo con el arte e inversiones inmobiliarias.
Su gran momento fue El show de Bill Cosby, ocho temporadas entre 1984 y 1992 en las que en pantalla casi se mimetizaba su vida: el doctor Heathcliff Huxtable ten¨ªa cuatro hijas y un hijo (como Cosby, que en enero cumpli¨® las bodas de oro con su esposa Camille). A pesar de su ¨¦xito, Cosby no logr¨® ni una candidatura a los Emmy. El peor ¡ªhasta estas acusaciones¡ª fue el asesinato de su hijo Ennis en enero de 1997, al que tirotearon mientras cambiaba un neum¨¢tico pinchado en la autopista 405 de Los ?ngeles.
Y ahora, cuando le tocaba el ¨²ltimo arre¨®n art¨ªstico antes de su posible jubilaci¨®n, cuando promocionaba una biograf¨ªa que sacaba a¨²n m¨¢s brillo a su bonhom¨ªa, su pasado le devora. Los hechos han prescrito, pero el mito Bill Cosby se acab¨®. Nunca volver¨¢ a ser nuestro padre favorito.
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