Geopol¨ªtica de la mesa de Nochebuena
El tablero de la geostrategia global es una rid¨ªcula partida de Risk comparada con la diplomacia que se requiere para sentar a cada miembro de la familia en la mesa de Navidad
Seg¨²n la leyenda, a Fidel Castro le disgustaba tanto la labor de su cocinero oficial que, durante una cena de estado, le espet¨® a Andr¨¦s Pastrana, entonces Premier colombiano: ¡°No coma nada, luego yo le preparo una buena langosta con ketchup¡±. En una coyuntura tan relajada como una cena entre dos dignatarios, uno de ellos con un serio problema interno provocado por un grupo terrorista y el otro con manifiesta simpat¨ªa por este ¨Ccasi dos d¨¦cadas despu¨¦s de esta an¨¦cdota las FARC siguen felicitando a Castro por su cumplea?os¨C, el caso puede no significar nada. Pero imagine que durante la cena de Nochebuena usted sienta junto al cabeza de familia a alguien tan poco sutil como el dignatario cubano. Eso podr¨ªa provocar, como m¨ªnimo, una hemorragia diplom¨¢tica en su n¨²cleo familiar cuya cura necesitar¨ªa una amplia inversi¨®n en vino, recordar an¨¦cdotas del pasado y maledicencias hacia la televisi¨®n esa noche. Pero existe una forma de evitar estos accidentes. Puede leer, incluso seguir, estas instrucciones sobre d¨®nde sentar a cada uno con el fin de que el sal¨®n de su casa no se convierta en Cachemira.
La abuela
En toda familia empieza a haber ya, como m¨ªnimo, un votante de Podemos que, en nombre de la regeneraci¨®n democr¨¢tica, pedir¨¢ que la cuesti¨®n de la ubicaci¨®n de la abuela se discuta mediante una asamblea
Debe presidir la mesa, aunque los motivos que cada uno encontrar¨¢ para esto pueden ser dispares. Quienes a¨²n le regalan a sus mujeres planchas o aspiradoras, pensar¨¢n que la venerable mujer debe presidir para poder estar m¨¢s cerca de la cocina. Quienes respeten a sus mayores, creer¨¢n que esta mujer, que es casta, debe mantener vivos los privilegios del antiguo r¨¦gimen y las bases de la cultura de la transici¨®n, un proceso ejemplar y sin fisuras que no ha tra¨ªdo m¨¢s que beneficios a este pa¨ªs nuestro. Pero en toda familia empieza a haber ya, como m¨ªnimo, un votante de Podemos. En nombre de la regeneraci¨®n democr¨¢tica, pedir¨¢ que la cuesti¨®n de la ubicaci¨®n de la anciana se discuta mediante una asamblea. En el caso de que esta Nochebuena asamblearia decida terminar con los privilegios de la casta, se recomienda sentar a la se?ora lo m¨¢s cerca del ba?o posible, con el fin de cortarle el acceso a ese miembro de la familia que ha llegado sin dormir y se va a ir sin comer. La abuela es ep¨ªgono de la vieja Europa: todo el mundo la quiere, pero muy pocos recuerdan por qu¨¦.
El cu?ado
El cu?ado es un poco el palestino de la mesa. Hay gente que le tiene cierta simpat¨ªa porque es repetidamente maltratado por el cabeza de familia, por su esposa, por sus concu?ados, por la suegra y, en ocasiones, por el gato tambi¨¦n. Pero, a pesar de estar todos de acuerdo en que en su caso no se cumplen las resoluciones de la ONU, que se qued¨® sin paz y sin territorios y que el bloqueo al que le tienen sometido provoca que, cuando la bandeja de los langostinos llegue a su lugar, solo queden los mustios y que pasara toda la d¨¦cada de los ochenta sin saber qu¨¦ hab¨ªa dentro de los volovanes, nadie est¨¢ dispuesto a acogerlo, ni a alimentarlo con nada que no sea algo con aspecto de caer de un avi¨®n y que llegue en un sobre con el logo de ACNUR. A pesar de estar en inferioridad num¨¦rica y de que su armamento ha quedado obsoleto ¨Cesas an¨¦cdotas de la mili y del nacimiento de los gemelos¨C, a la tercera copa de vino lograr¨¢ cabrear tanto a sus enemigos naturales como a quienes hasta el momento han optado por una suiza neutralidad.
La suegra/Madre
Si la abuela es Reino Unido, la suegra/madre es EE UU, y se sienta d¨®nde la da la gana, a no ser que acuda su hermana (la China de todo esto), a quien debe dinero
Fue en Yalta, la semana del 4 de febrero de 1945, cuando la se?ora sali¨® clara vencedora del reparto del mundo. Desde entonces, no existe conflicto en los confines de la familia en el que no se implique. Ha convertido el piso de su hija en Estado libre asociado ¨Csus integrantes entran en su casa sin visado, pero no pueden votar ninguna decisi¨®n vinculante¨C, tiene derecho a veto sobre la agenda de su marido, sobrevuela la habitaci¨®n de su hija sirvi¨¦ndose de drones, tiene tropas acampadas en el trabajo del nuero y, sistem¨¢ticamente, castiga con bombardeos selectivos a cualquier miembro de la prole capaz de iniciar el m¨¢s m¨ªnimo conflicto. Pero el 11 de septiembre de 2001, la se?ora sufri¨® un menoscabo grav¨ªsimo de su autoridad. Fue entonces cuando su hija anunci¨® que pasar¨ªa la Nochebuena en casa de la suegra. Aquel edificio es hoy un solar. Mantiene una relaci¨®n especial con su madre, de quien se independiz¨® amotin¨¢ndose a la hora del t¨¦ y a quien utiliza como aliado en los casos m¨¢s sensibles. Si la abuela es Reino Unido, la suegra/madre es EE UU, y se sienta donde le? da la gana, a no ser que acuda su hermana (la China de todo esto), a quien debe dinero.
El t¨ªo
Es vital sentarlo lejos del padre de familia y, sobre todo, de los m¨¢s j¨®venes. Ha llegado sin afeitar, con la misma ropa que luc¨ªa hace seis d¨ªas cuando vino a pedir dinero y a vaciar al nevera y al darle un beso al gato, este se ha desmayado. Cerca de los j¨®venes (las potencias emergentes del asunto, fuertes en crecimiento e inflaci¨®n pero d¨¦biles en diplomacia) es muy probable que termine podando su progresi¨®n personal. Cerca de su hermano, padre de esta familia, es muy probable que terminen a pu?etazos. Este t¨ªo roquero, elemento que toda familia posee y que brilla con especial intensidad durante estas fechas, es una especie de Rusia, una utop¨ªa juvenil ¨Ciba para escritor, para m¨²sico, para delantero del Bar?a¨C que termin¨® en pesadilla colectiva. En sus pocos momentos de lucidez, cordura y sobriedad ejerce de encantador de serpientes, de t¨ªo enrollado, del padre que todos quieren y del novio que ninguna tuvo. Pero casi siempre anda intoxicado, resentido con este mundo que jam¨¢s le dio lo que merec¨ªa. Jura que pronto volver¨¢ a ser lo que fue, aunque es muy probable que, simplemente, vuelva en 365 d¨ªas y est¨¦ igual que hoy. De madrugada le mandar¨¢ un guasap a su ex (Ucrania) y, gracias al maravilloso corrector del tel¨¦fono, le escribir¨¢: "Hoja de ruta".
El padre
El padre es Grecia, y solo se sentir¨¢ c¨®modo y adaptado cuando termine la cena y pueda bajar al bar a tomarse la ¨²ltima con sus colegas del trabajo: Irlanda, Espa?a, Italia y Chipre
Una vez fue la cuna del pensamiento, el ¨¢gora en la que todos se reun¨ªan para o¨ªrle hablar sobre cualquier cosa. Era el lugar del que proced¨ªan los mitos, el guardi¨¢n de la democracia y de la memoria. Un dios de dioses. Pero lleg¨® 2007 y se descubri¨® que hab¨ªa estado gast¨¢ndose el dinero de la familia en ladrillos de Lego y en juergas tropicales. Perdi¨® todo el cr¨¦dito y tuvo que ser intervenido. Le quitaron las tarjetas de cr¨¦dito y la ¨²ltima prueba del colesterol le dej¨® bajo la amenaza de unas navidades a base de pavo fr¨ªo, lechuga Iceberg y cerveza sin. Desde entonces, le vigilan los gastos, los triglic¨¦ridos y el vino que consume en la mesa. Es Grecia, y solo se sentir¨¢ c¨®modo y adaptado cuando termine la cena y pueda bajar al bar a tomarse la ¨²ltima con sus colegas del trabajo: Irlanda, Espa?a, Italia y Chipre. Ah¨ª es muy probable que compartan todos espacio en la barra con Senegal o Marruecos, a quienes empezar¨¢n impidiendo el acceso a las servilleteras, para terminar expuls¨¢ndoles del bar.
Los hijos
Son el futuro. La generaci¨®n mejor preparada de la historia. Un Mercedes en el garaje o un Ferrari que circula por un camino de cabras. Son Indonesia, Sur¨¢frica, India o Brasil. La t¨¢ctica consiste en repartirlos estrat¨¦gicamente por la mesa, al contrario de lo que reclamaba la tradici¨®n, que los arrinconaba o incluso los ubicaba en una mesa aparte. As¨ª se evita que conspiren entre ellos para derrocar el viejo orden mundial, como hicieron en 1955, cuando se reunieron en Bandung (Indonesia) para crear una de las instituciones m¨¢s letales y peligrosas para el desarrollo de la geoestrategia del siglo XX: La Organizaci¨®n de Pa¨ªses No Alienados. Entonces, llegaron imbuidos por la ideolog¨ªa de Gandhi. Ahora, probablemente, lo har¨ªan a trav¨¦s de las ense?anzas de Mark Zuckerberg o, si son listos, de alg¨²n tronista. Tras el segundo turr¨®n y antes del tercer villancico habr¨¢n huido rumbo a alg¨²n bar, para santificar esta reciente tradici¨®n de huir de la casa familiar coincidiendo con la misa del gallo para beber y olvidar aquello infalible de que los amigos los escoges, la familia, no.
El amigo del hermano
No hay mesa de Nochebuena que se precie sin la presencia de un descastado, de alguien que no tiene relaci¨®n sangu¨ªnea, ni legal, con la familia, y que, cual perro abandonado o fan de Dire Straits, aparece en la mesa como buena obra del a?o
No hay mesa de Nochebuena que se precie sin la presencia de un descastado, de alguien que no tiene relaci¨®n sangu¨ªnea, ni legal, con la familia, y que, cual perro abandonado o fan de Dire Straits, aparece en la mesa como buena obra del a?o. Seg¨²n su peso, no es descartable zamp¨¢rselo. Normalmente, acostumbra a ser un amigo de alguno de los hijos en edad postadolescente. Por el bien de la cena, se recomienda que el muchacho hable el idioma y est¨¦ familiarizado con la forma en que se pelan los langostinos. A la hora de sentarlo, hay que entender que el chaval o la chavala pueden ejercer de pa¨ªs no alineado, una suerte de zona de exclusi¨®n a¨¦rea que evite las hostilidades entre elementos con rencillas pendientes (imaginen Moldavia, si tienen narices), pero se corre el riesgo de que el tipo sea japon¨¦s o chileno, lo que garantiza que en un nanosegundo habr¨¢ conseguido crear conflictos territoriales con cualquiera de sus vecinos. Le negar¨¢ la salida al vino al comensal que haya a su derecha, reclamar¨¢ la soberan¨ªa de la cesta de pan¡ Pero felicitar¨¢ las pascuas dos veces a cada cara que encuentra en la mesa.
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