Imaginando la Ciudad del Futuro

Es bien sabido, desde hace mucho tiempo, que las ciudades son el motor principal de innovaci¨®n y de creaci¨®n de riqueza de una sociedad; no obstante, tambi¨¦n son su fuente principal de contaminaci¨®n y enfermedades. A pesar de ello, muchas ciudades a¨²n pueden llevar a cabo mejoras de la calidad ambiental mediante pol¨ªticas espec¨ªficas para ello.

Hacer que las ciudades sean "verdes y saludables" implica mucho m¨¢s que simplemente reducir las emisiones de CO₂. Los factores ambientales son en buena medida modificables y se ha demostrado que las intervenciones ambientales a nivel de comunidad ¨Ctales como la planificaci¨®n urbana y del transporte¨C son prometedoras y muestran una mejor relaci¨®n coste-eficacia que las intervenciones a nivel individual. No obstante, el entorno urbano es un sistema complejo interconectado.

Mientras que en las ciudades suele haber pilares de la planificaci¨®n urbana, movilidad y transporte, parques y espacios verdes, departamentos de medio ambiente y departamentos de salud (p¨²blica) que no trabajan lo suficientemente bien juntos, se requieren enfoques multisectoriales para afrontar los problemas. Debe adoptarse una aproximaci¨®n hol¨ªstica en los ¨¢mbitos de planificaci¨®n urbana, medio ambiente, transporte y energ¨ªa, ya que los muchos componentes del ecosistema natural est¨¢n entrelazados con los del sistema urbano ¨Ca nivel social, econ¨®mico, cultural y pol¨ªtico¨C de un modo ¨²nico.

Una ciudad sostenible debe tener espacios p¨²blicos atractivos y fomentar la movilidad sostenible, inclusiva y saludable. Ciertas pol¨ªticas potenciales ¨Ccomo la disminuci¨®n del uso del coche mediante el aumento del transporte activo y el incremento de espacios verdes¨C pueden tener un efecto combinado, de modo que no s¨®lo reduzcan la exposici¨®n ambiental a la contaminaci¨®n del aire, el ruido y la temperatura (como por ejemplo las islas de calor), sino que tambi¨¦n conlleven un aumento de la actividad f¨ªsica, la exposici¨®n a los rayos UV y al contacto social, y contribuyan a reducir el estr¨¦s, con lo que se reducir¨ªan la morbilidad y la mortalidad prematura. Adem¨¢s, se producir¨ªan beneficios adicionales, como la reducci¨®n en los niveles de CO₂ y la congesti¨®n. Ciertamente, la ciudad del futuro debe ser una ciudad verde, una ciudad social, una ciudad activa, una ciudad saludable.

Un buen ejemplo a nivel europeo es Copenhagen. Ganadora del European Green Capital Award (Premio Europeo a la Capital "Verde") otorgado por la Comisi¨®n Europea, la ciudad de Copenhague ha situado las alianzas entre los sectores p¨²blico y privado en el centro de su enfoque de la eco-innovaci¨®n y el empleo sostenible. La ciudad trabaja con empresas, universidades y organizaciones en foros espec¨ªficos para desarrollar y aplicar el crecimiento verde. Su proyecto North Harbour, por ejemplo, incluir¨¢ un "laboratorio Verde" centrado en las eco-tecnolog¨ªas, un modelo que podr¨¢ ser transferido a otros pueblos y ciudades. Dicho modelo de desarrollo econ¨®mico verde, que se enfrenta a las inquietudes medio ambientales, econ¨®micas y sociales, tiene un alto potencial de replicaci¨®n en la regi¨®n contigua a la ciudad y en otras regiones m¨¢s apartadas de ella.

Copenhague es tambi¨¦n, en cierto modo, pionera en el ¨¢mbito del transporte, y est¨¢ decidida a convertirse en la ciudad m¨¢s adaptada a los ciclistas. Se ha fijado el objetivo de conseguir que el 50% de sus habitantes vayan en bicicleta a su trabajo o colegio en el 2015 (el 35% de las personas iban en bicicleta al trabajo o a la escuela en 2010), lo que contribuir¨ªa a que la ciudad lograra su ambicioso reto de ser neutra, en t¨¦rminos de CO₂, en el 2025. En t¨¦rminos de rendimiento energ¨¦tico, se estima que el 75% de la reducci¨®n en las emisiones de CO₂ provendr¨¢ de iniciativas relacionadas con el sistema energ¨¦tico de la ciudad, principalmente del aumento en la proporci¨®n de energ¨ªas renovables en la calefacci¨®n de los distintos distritos. La ciudad se ha exigido a s¨ª misma el objetivo global de convertirse en la mejor del mundo para los ciclistas. Sin lugar a dudas, un modelo a seguir.

Mark Nieuwenhuijsen es investigador en CREAL, el centro de Investigaci¨®n de ISGlobal en Epidemiolog¨ªa Ambiental.