La en¨¦sima resurecci¨®n de Mickey Rourke
El actor, pasados los 60, decide regresar al ring tras a?os retirado del boxeo
Ha sido indomable y odioso, deseado y admirado, despreciado y ninguneado, pero todo eso no importa porque su nombre figura entre los de los actores que en alg¨²n momento de su carrera hicieron grandes pel¨ªculas, como El luchador, por la que fue candidato al Oscar y ganador de m¨²ltiples premios, entre ellos un Globo de Oro en 2008. Mickey Rourke, esa alma ind¨®mita e inclasificable que ha bajado varias veces a los infiernos para despu¨¦s volver a resucitar de sus cenizas, es ahora noticia porque a sus 62 a?os ha decidido regresar al ring tras a?os retirado del boxeo.
Desde hace semanas se entrena a las ¨®rdenes del veterano Marvin Somodio para enfrentarse este viernes en Mosc¨² a un joven que podr¨ªa ser su hijo, el boxeador de 29 a?os Elliot Seymour. A juzgar por las fotograf¨ªas, en las que su cuerpo luce esbelto, fuerte y, como no, decorado por tatuajes que otrora fueron infaustamente c¨¦lebres (como el que se hizo en apoyo al grupo terrorista IRA), Rourke est¨¢ en plena forma. ¡°El boxeo siempre ha sido una parte muy seria de mi vida. Me ha ense?ado respeto y determinaci¨®n, paciencia y concentraci¨®n. Siempre he so?ado con una pelea en Rusia¡± ha afirmado el actor en declaraciones recogidas por el diario Daily Mail.
Es sin duda parad¨®jico que a su edad decida volver a ponerse los guantes un hombre cuya resurrecci¨®n como int¨¦rprete le lleg¨® precisamente con la pel¨ªcula El luchador, dirigida por Darren Aronofsky, en la que interpretaba a una vieja gloria de la lucha libre obligada a retirarse por problemas de salud pero que decide regresar al cuadril¨¢tero para recuperar la gloria perdida. En la vida real, Rourke nunca fue exactamente un boxeador aclamado pero es inevitable pensar que ahora la realidad trate de imitar a la ficci¨®n.
Comenz¨® a entrenar a los 12 a?os y aunque gan¨® m¨²ltiples competiciones como amateur nunca tuvo disciplina, as¨ª que acab¨® metido en la interpretaci¨®n tras presentarse sin mucho entusiasmo a una audici¨®n en el Actor¡¯s Studio de Nueva York que el legendario Elia Kazan describi¨® como ¡°la mejor en treinta a?os¡±. Fue as¨ª como arranc¨® su carrera de actor, donde su chuler¨ªa natural y su extra?o atractivo pero tambi¨¦n su innegable talento le fueron regalando t¨ªtulos como Fuego en el cuerpo, Diner, La ley de la calle, El coraz¨®n del ¨¢ngel o 9 semanas y media, con la que se convirti¨® en todo un sex symbol. Sin embargo, su car¨¢cter ¨¢spero, sus fanfarronadas ¨Cdonar su sueldo al IRA, pelearse con todos sus directores-, su debilidad por las drogas y el alcohol y su falta de criterio ¨Crechaz¨® papeles en Pulp Fiction, Platoon, Los intocables o El silencio de los corderos- le complicaron la vida personal y profesional hasta tal punto que en 1991 decidi¨® abandonar la interpretaci¨®n para entregarse al boxeo profesional. Fue un desastre: perdi¨® casi todos enfrentamientos, le rompieron tantos huesos de la cara que acab¨® bajo el bistur¨ª de un cirujano desalmado que le destroz¨® el rostro para siempre y se llev¨® tantos golpes en la cabeza que los m¨¦dicos le recomendaron abandonar el cuadril¨¢tero para evitar da?os irreversibles.
?l mismo ha definido los noventa como una ¡°d¨¦cada negra¡± en la que los ¨²nicos que no le dieron de lado fueron sus perros chihuahua, cuya estrecha relaci¨®n con el actor ha sido a menudo motivo de mofa en Hollywood. Rechazado por los de su profesi¨®n, divorciado dos veces, arruinado por vivir por encima de sus posibilidades y sobreviviendo por temporadas gracias a una tienda de motos (su otra gran pasi¨®n adem¨¢s de los chihuahuas) y a los pr¨¦stamos de un amigo, el psicoan¨¢lisis fue devolvi¨¦ndole poco a poco la confianza y la autoestima y la pel¨ªcula El luchador, el amor por la interpretaci¨®n. Desde entonces no ha dejado de trabajar como actor y aunque de vez en cuando a¨²n mete la pata y se pone una camiseta pro Vlad¨ªmir Putin en plena guerra con Ucrania, su vida no le va mal y hasta tiene una novia, la modelo rusa Anastassija Makarenko. No est¨¢ muy claro por qu¨¦ ahora su cuerpo le pide volver al ring pero sus incondicionales solo esperan una cosa: que no tenga el mismo tr¨¢gico final que Randy, el personaje al que daba vida en El luchador.
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