De la zapatilla a la c¨¢mara
El bailar¨ªn Mijail Barishnikov afianza su prestigio como fot¨®grafo con la danza como tema recurrente de las instant¨¢neas
Las fotograf¨ªas de Mijail Barishnikov siguen recorriendo el mundo. La muestra Dance this way ha sido rebautiza en Londres esta semana como Dance away, donde Contini, su galerista de cabecera, las trae despu¨¦s de haberlas mostrado el pasado octubre en su sede de Venecia y antes en 2012 en Miami (Gary Nader Art centre) y en Tel Aviv (Susanne Dellal Center). Se trata de una cuarentena de grandes im¨¢genes casi siempre a color, en formato mural y con un inquietante resultado pl¨¢stico de movilidad y convulsi¨®n. No quieren parecer pintura, pero algunas se acercan a ello. Una de las piezas recoge la instant¨¢nea tomada por el bailar¨ªn-fot¨®grafo en el tablao madrile?o El Corral de la Morer¨ªa y la que danza entre los desdibujados flecos de su mant¨®n, es la bailaora Blanca del Rey. Misha, como se le conoce cercana y afectuosamente al divo let¨®n, volvi¨® varios d¨ªas seguidos al tablao de las Vistillas cargado con sus c¨¢maras hasta conseguir la imagen deseada; su pasi¨®n por la danza espa?ola es conocida y uno de sus papeles hist¨®ricos y m¨¢s grandes es el barbero Basilio del ballet Don Quijote.
Barishnikov, de 66 a?os, ha extendido su carrera en la madurez con mano firme y con un tino ejemplar tanto en la propia danza como en el teatro y el musical, es evidente que no puede sustraerse al influjo de estar sobre las tablas, de expresarse a trav¨¦s de un f¨ªsico superdotado que lo convirti¨® en su d¨ªa en el artista de ballet m¨¢s aclamado del orbe. Su huida hacia la libertad en 1974 en Toronto fue el principio de una fama global que no ha deca¨ªdo y que ha pasado tambi¨¦n por el cine, los amores tormentosos y las revistas de cuatricrom¨ªa. Es precisamente con el papel cuch¨¦ con quien se le ha visto perder la paciencia y los papeles, pero si algo le caracteriza es su disponibilidad, su af¨¢n de explicarse, como lo ha hecho esta semana en The Times, donde desgrana sus a¨²n intactas inquietudes art¨ªsticas y c¨®mo canaliza la energ¨ªa tras esa fulgurante y siempre dram¨¢tica corta vida esc¨¦nica del artista de ballet, si bien, la inteligencia y la singularidad lo han llevado a jugosas y emocionantes creaciones para el hombre maduro, algunas de ellas vistas en Espa?a, como las giras que hizo con coreograf¨ªas de Mark Morris o m¨¢s recientemente del sueco Mats Ek y acompa?ado en escena por la zaragozana Ana Laguna. Siempre incisivo y vertical, Barishnikov se pregunta hoy con un acento quiz¨¢s especialmente m¨¢s dram¨¢tico que hacia d¨®nde va Rusia.? Nunca volvi¨® a Leningrado, donde vivi¨® 10 a?os, pero s¨ª a su Letonia natal. Es una decisi¨®n grave y responsable, como dar definitivamente la espalda a un drama terrible, algo que quiz¨¢s lo ha perseguido siempre: su madre se suicid¨® cuando Misha ten¨ªa 11 a?os y apenas hab¨ªa dado sus primeras clases de ballet.
Siempre incisivo y vertical, hoy se pregunta hacia d¨®nde va Rusia
El proceso de las fotograf¨ªas de Barishnikov es largo, complejo y riguroso a partir de la captura digital; personalmente el bailar¨ªn supervisa la edici¨®n de imagen-base y la impresi¨®n en un papel franc¨¦s artesanal; el resultado es detallista y muy sensible a las gamas difuminadas y la sensaci¨®n de captura del vuelo, pues el tema subyacente siempre es la danza, el movimiento bailado, y los protagonistas, los bailarines, desde los acad¨¦micos a los m¨¢s modernos. La t¨¦cnica tiene m¨¢s paciencia que secretos: largas exposiciones y mucho ojo al visor, habiendo confesado que tiene dos inspiradores: por una parte el pionero fundacional de la fotograf¨ªa en Rusia Alexei Brodovich, y por otro, Irving Penn (que ha retratado al propio Barishnikov muchas veces a lo largo de su carrera). Pero hay que hacer la historia real: una vez un colega le convenci¨® para comprarse una peque?a Nikon y se fue de gira por Asia, volvi¨® con 20 rollos en blanco y negro que al ser y revelados y positivados dejaron una estad¨ªstica devastadora: 99% de im¨¢genes sobreexpuestas y fuera de foco. Pero ah¨ª estaba la g¨¦nesis de un estilo; ahora dice un tanto ufano: ¡°Mi trabajo tiene un toque de surrealismo¡±. Su idea de atrapar el movimiento lo ha llevado tambi¨¦n a captar im¨¢genes de baile popular en Latinoam¨¦rica, desde la samba brasile?a hasta el tango argentino. Desde hace mucho, esa pr¨¢ctica dej¨® de ser un pasatiempo; ahora es una dedicaci¨®n art¨ªstica casi a tiempo completo. Y est¨¢ embarcado en su espect¨¢culo sobre los diarios de Nijinski, un mon¨®logo que se ver¨¢ primero en Mil¨¢n en el verano de 2015.
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