C¨®mo las dietas nos volvieron locos

Pierde peso sin pasar hambre. Haz r¨¦gimen pero come de todo. Adelgaza sin hacer ejercicio. Al que nunca le haya sobrado un gramo de peso, la soberana tonter¨ªa de estas afirmaciones deber¨ªa resultarle evidente. Pero ese alguien, claro, est¨¢ una minor¨ªa muy reducida de la poblaci¨®n occidental. El resto, seg¨²n ande de angustiado por sus gramos de m¨¢s, tendr¨¢ m¨¢s f¨¢cil dejarse seducir por la utop¨ªa ah¨ª ofrecida. Y as¨ª, a la que se descuide uno puede acabar entregado a la alcachofa, al hidrato, a todo menos el hidrato, a la prote¨ªna, al mel¨®n, al kiwi o al guisante. En opini¨®n de Matt Fitzgerald, corredor y autor de una veintena de best sellers sobre deporte y alimentaci¨®n, hemos convertido la obsesi¨®n por perder calor¨ªas en una nueva religi¨®n y propone convertirnos en agn¨®sticos de los reg¨ªmenes.

Nadie necesita sumarse al culto de ninguna dieta. Una aproximaci¨®n 'agn¨®stica' a una manera sana de comer que no proh¨ªbe nada acaba llevando a comer con placer y anima a la gente a tomar sus propias decisiones Matt Fitzgerald

¡°Nadie necesita sumarse al culto de ninguna dieta. Una aproximaci¨®n agn¨®stica a una manera sana de comer que no proh¨ªbe nada acaba llevando a comer con placer y anima a la gente a tomar sus propias decisiones¡±, escribe Fitzgerald en su ¨²ltimo t¨ªtulo sobre el tema, Diet Cults. En este libro el autor intenta desmentir algunas creencias sobre la alimentaci¨®n como, que el cuerpo humano no es capaz de digerir bien los alimentos cocinados, tal y como afirman los crud¨ªvoros, o los l¨¢cteos, seg¨²n defienden quienes comen paleo. En resumen, lo que Fitzgerald intenta demostrar es que la ¨²nica manera demostrada de hacer bien las cosas es la f¨®rmula del ejercicio y la dieta sana, que no por manido deja de ser lo m¨¢s recomendable. "No hay una ¨²nica manera buena de comer. Se ha comprobado que puedes escoger una dieta A y una dieta B y, si te comprometes a seguirlas, tener los mismos resultados con ambas", aseguraba el autor en una entrevista para la web Vox.

La gente no escoge una dieta por una raz¨®n. M¨¢s bien, las dietas escogen a la gente apelando a como cada uno quiere sentirse consigo mismo.

En Espa?a parece que este tema nos trae de cabeza. Ocho de cada diez personas que empiezan una dieta no consiguen acabarla, seg¨²n una encuesta realizada este a?o por la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) sobre una muestra de 2.944 personas. Adem¨¢s, uno de cada cuatro ciudadanos confiesa que no se siente a gusto con su peso. "El fracaso en la dieta suele crear una insatisfacci¨®n personal que, en ocasiones, puede producir el llamado efecto rebote o el abandono del tratamiento", coment¨® Albert Goday vicepresidente de la SEEDO cuando se present¨® el estudio en febrero. Goday aprovech¨® la ocasi¨®n para recomendar (esto no se lo esperan) ejercicio y una dieta saludable.

Pero, si la soluci¨®n es tan sencilla, ?por qu¨¦ nos apuntamos a los r¨¦gimenes m¨¢s disparatados? Seg¨²n explica Fitzgerald en su libro, no elegimos llevar un determinado tipo de alimentaci¨®n porque funcione sino porque este ritual nos hace sentir que encajamos, constru¨ªmos nuestra identidad en torno a la comida. "La gente no escoge una dieta por una raz¨®n. M¨¢s bien, las dietas escogen a la gente apelando a como cada uno quiere sentirse consigo mismo".