F¨²tbol femenino: ?xito y lucha
La Selecci¨®n, clasificada para su primer Mundial, afronta la competici¨®n como una oportunidad deportiva, pero tambi¨¦n como una ocasi¨®n ¨²nica para aumentar su visibilidad, mejorar sus condiciones, fomentar la igualdad y popularizar su deporte entre las mujeres.
"Cuando jugamos el partido no ¨¦ramos muy conscientes. Pero cuando vimos la repercusi¨®n que hubo en Espa?a, nos dimos cuenta de lo logrado¡±, recuerda Natalia Pablos, doble goleadora de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol una tarde del pasado septiembre frente a Rumania. Las chicas se llevaron por 0-2 el encuentro en Ia?i, se metieron por primera vez en un Mundial, y radios, televisiones y peri¨®dicos hicieron lo que no suelen, informar sobre ellas.
Del 6 de junio al 5 de julio de 2015 en Canad¨¢, el equipo tendr¨¢ adem¨¢s la oportunidad de alcanzar los Juegos Ol¨ªmpicos, algo que tampoco ha logrado nunca. La hist¨®rica clasificaci¨®n mundialista tambi¨¦n es la ocasi¨®n de que el f¨²tbol femenino en Espa?a rompa un c¨ªrculo vicioso: poco p¨²blico, escasa presencia medi¨¢tica, ausencia de patrocinadores y poca inversi¨®n. El Mundial podr¨ªa dar visibilidad, aunque los derechos televisivos son de Eurosport (canal de pago). Los aficionados ver¨¢n un juego ¡°t¨¦cnico, de movimiento y toque¡±, promete Ver¨®nica Boquete, la crack del equipo.
En Espa?a, las futbolistas compaginan el deporte con los estudios o el trabajo. Las afortunadas son mileuristas. Quien posee m¨¢s calidad y quiere dedicarse al f¨²tbol emigra. A Estados Unidos, Alemania o los pa¨ªses n¨®rdicos, donde al menos pueden vivir de la profesi¨®n mientras dure. ¡°Muchas veces nos hemos preguntado por qu¨¦ la Liga femenina no es profesional. No depende de nosotras, pero creo que con los triunfos conseguidos con la selecci¨®n todo llegar¨¢, m¨¢s pronto que tarde¡±, conf¨ªa Marta Corredera, de 23 a?os, que adem¨¢s de jugar con Espa?a milita en el FC Barcelona. Su compa?era en el club cul¨¦ y en la selecci¨®n, Alexia Putellas, de 20 a?os, saborea el presente y mira al pasado: ¡°Me siento muy afortunada de haber hecho historia. Y agradecida a esas chicas que un d¨ªa empezaron a jugar al f¨²tbol y que han permitido que nuestro ¨¦xito sea posible¡±, cuenta tras un entrenamiento.
Mari Mar Prieto era la l¨ªder de la selecci¨®n que alcanz¨® en 1997 las semifinales de la Eurocopa, el mayor triunfo hasta hoy. Quedamos en el barrio madrile?o de Carabanchel, en una cafeter¨ªa cercana a su casa. Prieto, de 45 a?os, ya retirada, pas¨® por diferentes clubes espa?oles, pero fue en un pueblecito cerca de Osaka (Jap¨®n) donde se sinti¨® futbolista de verdad. ¡°En el Takarazuka Bunnys Ladies me sent¨ª profesional: viv¨ªa para el f¨²tbol, entrenaba y descansaba. No pensaba en otra cosa¡±. En Espa?a compaginaba el deporte con su trabajo como mensajera. ¡°Perd¨ªa dinero. Llegaba a acuerdos con la empresa para pagarme la Seguridad Social los d¨ªas que no acud¨ªa a trabajar¡±, explica.
Prieto, que jug¨® en el Oroquieta Villaverde, el Torrej¨®n o el Atl¨¦tico de Madrid, tiene un grato recuerdo del Levante, el ¨²nico equipo en Espa?a del que cobr¨® un sueldo. Con lo que ahorr¨® en Valencia y, sobre todo, en Jap¨®n le dio para comprarse parte de una casa. ¡°?No vivo en La Moraleja, pero tampoco querr¨ªa hacerlo en otro sitio!¡±, r¨ªe. Cuando empez¨® era una pionera: ¡°La gente te hac¨ªa sentir un bicho raro. Le dec¨ªan a mi madre ¡®mira, Mari Mar siempre anda con chicos¡¯. Yo ten¨ªa claro lo que me gustaba y no tuve problemas en casa. S¨ª tuve una compa?era que ten¨ªa prohibido jugar. Nos daba la ropa sucia al acabar los entrenamientos para que se la lav¨¢ramos y se la volvi¨¦ramos a llevar. Por suerte, creo que esas cosas han cambiado¡±.
¡°Hablar de machismo es un error. Los chicos ganan cien mil, pero generan un mill¨®n. Las chicas cobran cien, pero generan mil¡±
¡°Nosotras no cobr¨¢bamos. Se pagaba por jugar. Pon¨ªas el coche, el fisioterapeuta si te lesionabas¡¡±, contin¨²a Prieto. Hoy las jugadoras no pierden dinero. Hay quienes incluso ganan, pero insuficiente. Ainhoa Tirapu, portera de la selecci¨®n, licenciada en Qu¨ªmica, con un m¨¢ster, y con el doctorado empezado, ejemplifica la precariedad: por las ma?anas trabaja en un Decathlon y por las tardes entrena con el Athletic de Bilbao. La mayor¨ªa de las jugadoras estudia para labrarse un futuro y hacen equilibrios para compaginarlo. Algunas abandonan el f¨²tbol. Otras, como Natalia Pablos, temporalmente: durante dos a?os renunci¨® a la selecci¨®n para terminar Magisterio. Su esfuerzo y su calidad futbol¨ªstica le permitieron regresar y marcar esos dos goles que metieron a Espa?a en su primer Mundial. El recuerdo de ese d¨ªa dibuja una sonrisa en la cara de Pablos, que juega para el Bristol Academy (Reino Unido) aunque toda su carrera la ha desarrollado en el Rayo Vallecano.
¡°Se cae siempre en el mismo error, en la comparaci¨®n con el f¨²tbol masculino. Preguntamos ¡®?cu¨¢nto cobra un hombre?¡¯, pues a lo mejor un 20% de lo que genera. Decimos, ¡®es que el chico gana cien mil y la ni?a cobra cien, ?qu¨¦ diferencia!, ?qu¨¦ injusticia!¡¯. No, es que el ni?o me ha generado un mill¨®n y la ni?a mil. Al final se trata de hacer un balance, una cuenta de resultados. Hablar de machismo es un error, es el intento de llevar la realidad a un terreno que vende¡±, analiza Ignacio Quereda, seleccionador desde 1988 tras la llegada de ?ngel Mar¨ªa Villar a la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol (RFEF). Su visi¨®n hist¨®rica es interesante: ¡°Lo conseguido es consecuencia de una evoluci¨®n, del esfuerzo y del trabajo de las federaciones territoriales y de los clubes. Nacimos en 1981. Otros pa¨ªses nos llevan tiempo, especialmente los n¨®rdicos, donde sus mujeres llevan medio siglo practicando el f¨²tbol. Cuando llegu¨¦ habr¨ªa trescientas y pico licencias femeninas en Espa?a. Aquellas chicas tuvieron un m¨¦rito extraordinario en cuanto a los improperios, sandeces e insultos que soportaron¡±.
Las palabras gruesas no desaparecieron r¨¢pido. Varias jugadoras de la selecci¨®n huyen de la palabra ¡°machismo¡±, que en la RFEF enciende las alarmas cada vez que un periodista la pronuncia. Pero m¨¢s de una futbolista reconoce haber sufrido expresiones despectivas. ¡°Recuerdo cuando empec¨¦, siendo una ni?a. Mis compa?eros eran ni?os y nunca hubo problema. No les sorprend¨ªa mi presencia. Pero s¨ª escuchaba comentarios de los rivales, y especialmente de sus padres. Les daba rabia que una ni?a fuera superior a sus hijos¡±, explica Corredera. Ella, como sus compa?eras, prefiere mirar hacia delante: ¡°Aunque sea a pasos muy peque?os, la mentalidad de la sociedad est¨¢ cambiando. Ya no escucho insultos¡±.
Vienen doscientas o trescientas personas a vernos a cada partido, salvo los de la Champions, que a lo mejor acuden mil espectadores¡±
¡°Estoy convencido de que el f¨²tbol no es machista ni racista. Es una minor¨ªa de gente. El machismo es producto de una educaci¨®n que traemos de a?os atr¨¢s. Pienso que hoy en d¨ªa la gente admira el juego de las chicas¡±, razona Vicente Temprado, presidente del Comit¨¦ Nacional de F¨²tbol Femenino de la RFEF. Muy distinta opini¨®n tiene Mari Mar Prieto, exjugadora: ¡°No pueden negar que el f¨²tbol es machista. Si no lo fuera, el f¨²tbol femenino estar¨ªa mejor. Dicen que las mujeres no generan dinero. Pero porque no se les ayuda y no se les promociona¡±.
¡°Quiz¨¢ no hayamos vendido bien el producto¡±, reconoce Temprado. Resulta incre¨ªble en un pa¨ªs tan futbolero como Espa?a, que vive pendiente del negocio del bal¨®n. Los estadios de Primera recibieron a 9,6 millones de personas la temporada pasada; en el mercado de fichajes de este verano los clubes gastaron 471,7 millones de euros, a pesar de que la deuda de los equipos de Primera y Segunda con Hacienda asciende a 479,8 millones, y las televisiones pagan unos 800 millones por temporada.
Sin embargo, en el caso del femenino todo es muy distinto. A pesar de lo que diga Quereda, comparar es inevitable. Gol Televisi¨®n, canal de pago, es el ¨²nico que ofrece f¨²tbol jugado por mujeres: desde la pasada temporada un encuentro por jornada de Liga, que no reporta dinero a la RFEF, pero cuyos gastos de retransmisi¨®n sufraga el medio, seg¨²n un alto directivo federativo que pide que no demos su nombre. En los estadios la afluencia de p¨²blico es m¨ªnima: ¡°Vienen unas doscientas o trescientas personas a vernos a cada partido, salvo que sea uno m¨¢s importante, como los de la Champions, que a lo mejor acuden mil espectadores¡±, detalla Ruth Garc¨ªa, capitana de Espa?a y jugadora del Barcelona, el equipo campe¨®n de Liga y Copa las dos ¨²ltimas temporadas y columna vertebral de la selecci¨®n. Adem¨¢s de Garc¨ªa, la otra capitana espa?ola es Boquete, una trotamundos que ha pertenecido a equipos como el Portland Thorns, de la liga estadounidense, con un estadio de 20.438 espectadores que roz¨® varias veces el lleno la temporada pasada.
El Mundial es un escaparate muy bueno. Podemos esperar algo muy grande de Espa?a. No queremos solo participar. Queremos competir¡±
Boquete juega ahora en el FFC Frankfurt, en Alemania, su tercer equipo en lo que va de 2014. Por cuestiones de calendario, primero estuvo en Suecia, en el Tyres?, un club de un municipio del mismo nombre que colinda con Estocolmo, que a pesar de conseguir el subcampeonato de la UEFA Champions League en mayo desapareci¨® despu¨¦s por falta de patrocinador. Despu¨¦s jug¨® hasta agosto en el Thorns, en EE UU, una potencia que ha ganado dos de los cinco Mundiales disputados y cuatro de cinco Juegos desde que las mujeres son ol¨ªmpicas. Boquete vive ahora en Alemania, el gran dominador europeo con dos Mundiales y que adem¨¢s presume de clubes: Frankfurt, Turbine Postdam, Wolfsburgo y Duisburgo acaparan ocho t¨ªtulos en 13 ediciones de Liga de Campeones celebradas hasta el momento.
?Por qu¨¦ Espa?a, que ha ganado campeonatos de Europa femeninos sub-17 y sub-19, que ha sido tercera del mundo sub-17, no prospera despu¨¦s con la absoluta ni con los clubes? ¡°Cuando cumples una edad tienes que decidir cu¨¢nto tiempo le vas a dedicar al deporte y cu¨¢nto al trabajo o los estudios¡±, explica Boquete, que como muchas compa?eras anhela que el f¨²tbol en Espa?a se profesionalice y se popularice. ?Por qu¨¦ Suecia tiene 336.215 licencias federativas, de las cuales 89.362 corresponden a mujeres; y Espa?a tiene 810.041 en total, s¨®lo 40.885 de ellas femeninas? Es decir, mientras que en Suecia el 26,5% de los futbolistas son mujeres, en Espa?a apenas representan un 5%. Si profundizamos en los datos de la federaci¨®n, veremos que en nuestro pa¨ªs s¨®lo 31 mujeres tienen contrato profesional, frente a 2.660 hombres que lo disfrutan. ¡°El f¨²tbol femenino en Espa?a es muy complejo. Lo hemos intentado todo. Pero no hemos conseguido aumentar las licencias. A las mujeres les interesa el f¨²tbol, pero como aficionadas al masculino¡±, asegura resignado el directivo an¨®nimo.
Boquete tiene otra visi¨®n: ¡°En los pa¨ªses n¨®rdicos, en Suecia, la sociedad es m¨¢s igualitaria. La igualdad no s¨®lo es te¨®rica, es pr¨¢ctica. Existe el respeto y la admiraci¨®n por ser futbolista, por ser deportista. Espa?a es diferente¡±. La clave para Laura Torvisco, del Rayo Vallecano, la ¨²nica entrenadora de la Liga femenina en Espa?a, es legislar: ¡°Necesitamos leyes que se cumplan. Se trata de crear igualdad. Cuando la haya ya veremos si generamos o no, pero primero se tienen que dar las condiciones. Lo que pasa es que cuando en un sitio llevan las mismas personas 25 a?os en sus cargos, los resultados son los mismos¡±.
Quiz¨¢ porque Boquete se sabe imprescindible a nivel deportivo, se atrevi¨® a denunciar recientemente en Informe Robinson (Canal +) que las dietas que reciben de la RFEF son de 25 euros diarios. Muy lejos, por ejemplo, de los 300 euros que obtienen las mujeres de la Selecci¨®n Espa?ola de Baloncesto, la disciplina con m¨¢s licencias femeninas en Espa?a (144.748, un 36% del total en el deporte de la canasta). ¡°?Por qu¨¦ lo dije? Porque es la realidad. Porque representamos a nuestro pa¨ªs y somos el alto nivel, pero no somos tratadas como tal¡±, dice mientras paseamos por la Ciudad del F¨²tbol de Las Rozas, sede de la federaci¨®n. Tras la revelaci¨®n, la RFEF anunci¨® cambios, aunque sin especificarlos. El directivo que prefiere permanecer an¨®nimo nos cuenta que la idea es pagar 40 euros diarios si se concentran en Espa?a, 60 euros si es en el extranjero, adem¨¢s de 150 euros por partido jugado y otros 150 por ganarlo. ?Cu¨¢nto cobran los chicos? ¡°Es confidencial¡±, responde.
Es extra?o que el Real Madrid no tenga equipo femenino. Pero hay que ser respetuosos, no tenemos facultad de exigir nada¡±
El ¨¦xito deportivo ha atra¨ªdo a los patrocinadores de la selecci¨®n masculina hacia la femenina. Por ejemplo, Seguros Pelayo. Francisco Cabrero, director de marketing de la aseguradora, defiende la apuesta: ¡°Pienso que es un nicho de mercado interesant¨ªsimo. Creo que ofrece una posibilidad de generar mucho valor a marcas como la nuestra¡±. Ver¨®nica Boquete, que al cierre de este reportaje estaba entre las 10 nominadas al Bal¨®n de Oro 2014 (el 1 de diciembre la lista se reduc¨ªa a tres y la ganadora se sabr¨¢ el pr¨®ximo 12 de enero), no tiene ning¨²n sponsor individual. ¡°Nosotros nos planteamos los patrocinios a una jugadora. Lo estamos estudiando. Estoy convencido de que surgir¨¢n oportunidades de ese tipo¡±, asegura Cabrero.
¡°En la medida que esto sea m¨¢s atractivo y se divulgue m¨¢s, las empresas seguir¨¢n acerc¨¢ndose. Pero en estos momentos el f¨²tbol femenino cuesta dinero. No genera nada. Y tampoco estamos en un momento muy boyante como para volcarnos m¨¢s¡±, asegura el seleccionador Quereda. La RFEF gasta anualmente en f¨²tbol femenino en toda Espa?a unos tres millones de euros, pero rechaza desde 2012 las subvenciones que el Consejo Superior de Deportes (CSD) tiene previstas para el desarrollo del deporte para las mujeres. En total, la federaci¨®n ha dicho no a 4,9 millones de euros en los ¨²ltimos tres cursos. ¡°Tras ganar el Mundial y las Eurocopas, fuimos sensibles con la crisis que afecta al deporte y rechazamos el dinero del CSD para que se destinara a otras federaciones que lo necesitaran m¨¢s¡±, argumentan. La selecci¨®n absoluta masculina es la gallina de los huevos de oro, la ¨²nica que aporta a un presupuesto que en 2014 es de 126,2 millones.
Las razones para desestimar las ayudas podr¨ªan ser menos altruistas: por un lado, en caso de aceptarlas, la federaci¨®n tendr¨ªa que cumplir la Ley de Transparencia; por otro, el consejo obliga a implementar un protocolo de prevenci¨®n de abusos sexuales y a tener tres mujeres o un 33% de presencia femenina en las juntas directivas de las federaciones, algo que la RFEF incumple: hay una mujer y 62 hombres. Vicente Temprado, responsable de las mujeres en la federaci¨®n, es uno de ellos. Tras charlar con ¨¦l en su despacho en el barrio de Vallecas (Madrid), dice: ¡°Ahora tenemos esta historia de que si en la junta directiva tenemos que tener mujeres¡, pero creo que no podemos tener floreros. La que venga tiene que hacerlo con la ilusi¨®n de trabajar por el f¨²tbol femenino. Pero la mujer es mucho m¨¢s aguda, cuando llega a un cargo pregunta por la compensaci¨®n (econ¨®mica), mientras que el hombre es m¨¢s rom¨¢ntico. Yo no cobro un duro. Vivo de una pensi¨®n de 700 euros y poco m¨¢s¡±.
Martes 21 de octubre por la ma?ana en la Ciudad del F¨²tbol de Las Rozas. El equipo entrena en uno de los cinco campos que hay en estas instalaciones cuidadas con mimo. Quereda imparte ¨®rdenes. Seleccionador, cuerpo t¨¦cnico (todo hombres, por cierto) y jugadoras tienen depositadas much¨ªsimas ilusiones en el Mundial. ¡°Creo que podemos esperar algo muy grande de Espa?a. No tenemos que sentir la presi¨®n porque nadie espera nada de nosotras. No queremos tampoco ir a participar. Queremos competir y tenemos que suplir las diferencias con otros pa¨ªses con pasi¨®n y ganas. El Mundial es un escaparate muy bueno. Lo mejor que podemos hacer por el f¨²tbol femenino es hacerlo muy bien¡±, razona Boquete.
En Las Rozas huele a c¨¦sped reci¨¦n cortado, un olor que podr¨ªa no darse en Canad¨¢ 2015. La FIFA ha decidido que el Mundial se dispute en hierba artificial, una superficie que el m¨¢ximo responsable del f¨²tbol mundial, Joseph Blatter, ve como ¡°el futuro¡±. A las jugadoras no les gusta: riesgo de lesiones, tiempos de recuperaci¨®n m¨¢s largos y un espect¨¢culo distinto. ¡°Me parece una aberraci¨®n. Se deber¨ªa jugar en c¨¦sped natural. No creo que sea tan dif¨ªcil. Estoy convencido de que se arreglar¨¢, pero eso depende de la FIFA¡±, opina, sin dar su nombre, un directivo de la federaci¨®n. En septiembre, un grupo de 40 jugadoras de todo el mundo, entre las que se encuentra la espa?ola Ver¨®nica Boquete, s¨ª dieron la cara. Demandaron a la FIFA y a la Federaci¨®n de F¨²tbol de Canad¨¢ por discriminaci¨®n ante el Tribunal de Derechos Humanos de Ontario. ¡°Un Mundial masculino nunca se jugar¨ªa en c¨¦sped artificial. Si este es el futuro (para Blatter), yo pregunto: ?cu¨¢ndo empieza el futuro para los hombres? Porque sus pr¨®ximos Mundiales van a ser en hierba natural¡±.
¡°Contra la FIFA no podemos pelear. Es lo que hay. Nos tenemos que acoplar. Queremos jugar el Mundial¡±, asegura la capitana Ruth Garc¨ªa, que matiza sus palabras cuando le preguntamos si las mujeres se tienen que ¡°acoplar¡± siempre ¡°a lo que hay¡±, como si fuera un destino ya escrito: ¡°Estamos moviliz¨¢ndonos para que se juegue en c¨¦sped natural. Pero sabemos que ser¨¢ muy dif¨ªcil. Siempre nos hemos tenido que adaptar en el f¨²tbol: empezamos con ni?os y no con ni?as, en campos de tierra, en vestuarios sin duchas, con balones que estaban como una piedra. En la Liga tambi¨¦n jugamos en c¨¦sped artificial, salvo en unos pocos campos como el de Zubieta (Real Sociedad) o el de Lezama (Athletic de Bilbao). Nosotras (el Barcelona) jugamos algunos encuentros en c¨¦sped natural, pero normalmente lo hacemos en artificial¡±.
¡°Cuando dejemos de hablar de igualdad ser¨¢ cuando habremos conseguido algo. El cambio est¨¢ en la educaci¨®n¡±, defiende Boquete. Ella, como muchas futbolistas, como Temprado y otros dirigentes de la federaci¨®n, apelan a que haya gestos. Por ejemplo del Real Madrid, el ¨²nico gran club que a¨²n no se ha sumado al f¨²tbol femenino. En una Liga en la que Bar?a, Athletic, Atl¨¦tico, Rayo, Levante, Espanyol, Real Sociedad o Sevilla tienen equipos de mujeres, los merengues no. ¡°Es extra?o que no est¨¦n. Deseo que el Real Madrid se una. Se lo he trasladado alguna vez con cari?o al club. Pero hay que ser respetuosos, no tenemos facultad de exigir nada¡±, comenta Temprado desde la RFEF.
En la zona mixta de la Ciudad del F¨²tbol, las jugadoras de la selecci¨®n saludan a medio centenar de familiares y amigos que han presenciado un amistoso que acaban de ganar por goleada a la selecci¨®n sub-18 de Madrid. Es de noche y est¨¢n cansadas tras cuatro d¨ªas de concentraci¨®n. Se dirigen a un autob¨²s que les llevar¨¢ a su hotel, y no al que la federaci¨®n tiene dentro del recinto deportivo, pr¨¢cticamente a pie de campo. El establecimiento est¨¢ en ese momento ocupado por la selecci¨®n sub-17 de chicos. Nos cuentan que el ¨²nico equipo con prioridad en ese alojamiento sobre los dem¨¢s es ¡°la absoluta masculina¡±. La de los Casillas, Sergio Ramos, Piqu¨¦¡ La femenina no se queja. Ninguna jugadora nos dice nada al respecto. Coger un autob¨²s para ir a un hotel a unos kil¨®metros de distancia es el menor de sus problemas. Solo piensan en el Mundial, un premio a a?os de esfuerzo. Mari Mar Prieto, ya retirada y sin ataduras, s¨ª habla: ¡°El problema es que la federaci¨®n es oscura, machista y un puro negocio. El bot¨ªn es para quienes lo ganan, cuando en realidad el deporte deber¨ªa de ser de todos quienes lo practican¡±.
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