25 a?os sin Fernando Mart¨ªn

Todos los 3 de diciembre mi memoria retrocede a una tarde de oto?o, ya casi invernal, en mi casa de entonces, en Majadahonda, con la chimenea encendida, sentado en mi sof¨¢ blanco haciendo tiempo para que empezaran a retransmitir el partido de baloncesto que esa tarde jugaba el Real Madrid con el CAI Zaragoza; de repente las noticias empezaron a sucederse, un accidente, un deportista¡­

El impacto de la noticia me retuvo sentado, incr¨¦dulo. Mi juventud de entonces se enfrent¨® a la p¨¦rdida del ¨ªdolo, de un ¨ªcono que era mucho m¨¢s que un deportista, era una referencia social, una forma de entender la vida, que se hac¨ªa admirar por su coraje en ser cada vez mejor, por pelear hasta el ¨²ltimo momento, llevando su exigencia al l¨ªmite, la misma que le llev¨® a ser el primer espa?ol en jugar en la NBA.

Como admirador de Fernando Mart¨ªn, siempre recuerdo como el mejor de los homenajes que recibi¨® las l¨¢grimas de quienes fueron sus rivales, especialmente las de Audie Norris, su gran rival deportivo en la cancha, pero para siempre unidos en el mutuo reconocimiento. Fernando marc¨® una generaci¨®n; desde luego me marc¨® a m¨ª. Yo quise luchar como ¨¦l, quise celebrar la victoria justa y tambi¨¦n reconocer al rival en mis derrotas un segundo antes de exigirme la revancha. Su huella se extendi¨® m¨¢s all¨¢ de las canchas y del deporte, y nos sirvi¨® como forma de entender la vida. Hace 25 a?os que se fue el ¨ªdolo que todos quisimos ser.¡ª Mario Mart¨ªn Lucas.?