Ruz debe seguir
Retirar al juez del ¡®caso G¨¹rtel¡¯ ser¨ªa un error en un pa¨ªs muy preocupado por la corrupci¨®n
Una de las noticias que tendr¨ªa que ahorrarse este pa¨ªs es que el instructor del caso G¨¹rtel, Pablo Ruz, quedase apeado de sus funciones. Una cosa as¨ª no debe ocurrir de ninguna manera, por la buena raz¨®n de que no se debe entorpecer el funcionamiento de la justicia en un caso de alta sensibilidad pol¨ªtica. Ya es suficiente con los seis a?os de instrucci¨®n acumulados, provocados no solo por la complejidad del asunto sino por el manejo de una extensa paleta de pretextos dilatorios: el caso G¨¹rtel no admite ni una maniobra m¨¢s.
Es comprensible la incomodidad del partido gobernante con las consecuencias de las actuaciones presuntamente delictivas realizadas por antiguos cargos p¨²blicos y dirigentes de su confianza, y que prefiera evitar la celebraci¨®n del juicio en a?o electoral. Pero todav¨ªa deber¨ªa inquietarle m¨¢s el efecto catastr¨®fico para la confianza ciudadana que produce el continuo desvelamiento de tramas corruptas. De poco sirve la tramitaci¨®n de futuras leyes de regeneraci¨®n democr¨¢tica si uno de los asuntos m¨¢s preparados para llegar a juicio se queda en el limbo.
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El Poder Judicial hab¨ªa considerado ¡°excelente¡± el rendimiento de este magistrado en el juzgado n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional. Sustituirlo ahora, cuando el Partido Popular y Ana Mato han sido incluidos como beneficiarios de la trama G¨¹rtel (¡°a t¨ªtulo lucrativo¡±) en la fase final de la instrucci¨®n, incrementar¨ªa las sospechas de manipulaci¨®n. Puede haber razones formales para apartar a Ruz, pero esa pretensi¨®n ser¨ªa un esc¨¢ndalo tras haber quedado fuera de la carrera judicial el magistrado que lo abri¨®, Baltasar Garz¨®n ¡ªsin duda con argumentos formales para ello¡ª. En el Consejo General del Poder Judicial parece imponerse la sensatez y la conciencia de la alarma social que levantar¨ªa otro cambio de instructor, precisamente en este procedimiento. La sociedad ya se encuentra suficientemente inquieta por la corrupci¨®n, como lo ha puesto de relieve el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS.
Una vez concluida la investigaci¨®n, al caso G¨¹rtel le quedan pasos, y no son de puro tr¨¢mite. Faltan los escritos de acusaci¨®n y la decisi¨®n de apertura del juicio oral. Es razonable que todo eso ¡ªcomo los eventuales recursos¡ª sea atendido por el juez que conoce el sumario, antes que por un reci¨¦n llegado. Sustituirle obligar¨ªa a otro magistrado a imponerse de uno de los casos m¨¢s voluminosos de cuantos se han instruido en la Audiencia Nacional. Por cierto, no es el ¨²nico asunto del que se ocupa Ruz, quien se encuentra tambi¨¦n a cargo de los papeles de B¨¢rcenas, del caso Pujol Ferrusola y de otros de alto voltaje.
El juez Ruz debe terminar el trabajo de la trama G¨¹rtel y dar paso al juicio. No hacerlo ser¨ªa un error may¨²sculo, que har¨ªa recaer la responsabilidad sobre los cargos del Poder Judicial nombrados a propuesta del partido gobernante.
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