Socorro
La botella est¨¢ en el agua. Por Antonio y por todos los ancianos sin ascensor. Que son legi¨®n
A la playa de mi Facebook, en donde las mareas cibern¨¦ticas depositan algas y restos de naufragios, acaba de llegar una botella virtual con un mensaje perentorio. ¡°Necesito un periodista urgentemente¡±, dice en letras may¨²sculas. Y explica por qu¨¦: se llama Antonio Mar¨ªn G¨®mez, tiene 80 a?os, pr¨®tesis en la cadera y en el f¨¦mur, est¨¢ viudo, apenas puede caminar y vive en Barcelona en un s¨¦ptimo piso sin ascensor. Son 120 escalones ¡°que mataron a mi mujer, que padec¨ªa del coraz¨®n, y ahora me est¨¢n matando a m¨ª¡±. Tiene una invalidez dependiente del 71% y lleva 10 a?os solicitando un piso de alquiler social a pie de calle sin conseguir nada: ¡°Nunca me lo van a otorgar¡±. Hasta aqu¨ª, una historia cruel que me temo que abunda demasiado. La originalidad de este caso radica en la interpelaci¨®n directa a la prensa: ¡°Ya no s¨¦ d¨®nde acudir y estoy convencido de que si sale mi caso por estos programas de televisi¨®n (...) llegar¨ªa a las personas que podr¨ªan solucion¨¢rmelo¡±. Que un ciudadano con una discapacidad reconocida que reclama una ayuda a la que tiene derecho considere, en su desesperaci¨®n de n¨¢ufrago social, que s¨®lo va a lograr que se haga justicia si pasea su historia por el tiovivo medi¨¢tico, demuestra el estado catastr¨®fico, el colapso total, de nuestro sistema. Y lo peor es que es probable que tenga raz¨®n. ¡°No pido vivir gratis, lo que quiero es no subir siete pisos sin ascensor con 80 a?os y una invalidez dependiente. ?Socorro, que a¨²n me quedan 20 a?os para los 100!¡±, termina su carta con angustiado grito (y, por otra parte, con un optimismo y una vitalidad a prueba de pr¨®tesis: la vida quita pero tambi¨¦n otorga). La botella est¨¢ en el agua. Por Antonio y por todos los ancianos sin ascensor. Que son legi¨®n.
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