Otra cumbre irrelevante

La 24? edici¨®n de la Cumbre que se cerr¨® el martes en Veracruz, M¨¦xico, ha confirmado las debilidades de un modelo que ya no sirve para fortalecer los v¨ªnculos entre los 22 pa¨ªses convocados ¡ª19 latinoamericanos m¨¢s Espa?a, Portugal y Andorra¡ª. Hay muchos elementos que pueden explicar el deterioro de la f¨®rmula, y no es menor el del simple paso del tiempo, pero seguramente el de m¨¢s importancia tiene que ver con la proliferaci¨®n de entidades regionales ¡ªCELAC, Unasur, Alianza para el Pac¨ªfico, Mercosur, ALBA...¡ª que compiten (muchas veces entre s¨ª) para favorecer determinadas alianzas en materias comerciales, financieras, pol¨ªticas o de proyecci¨®n internacional. La crisis econ¨®mica, adem¨¢s, ya debilit¨® en su d¨ªa el empuje de los pa¨ªses europeos en estos encuentros, y esta vez ha sido la fuerte desaceleraci¨®n de muchos de los latinoamericanos la que revel¨® de manera di¨¢fana que las prioridades han cambiado. Demasiadas transformaciones, y muchas muy profundas, para que sirva la misma plantilla.

Es cierto que se est¨¢ procurando construir otras ¨¢reas de convergencia y que las citas ya ser¨¢n, a partir de la de Colombia en 2016, bianuales. Pero a¨²n as¨ª volvieron a resultar notorias las ausencias de algunos jefes de Estado ¡ªde Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba¡ª, con el desplante de Evo Morales incluido (estas citas son un invento de ¡°los monarcas espa?oles para favorecer sus propios intereses¡±) y la ausencia final de Ra¨²l Castro, a pesar de las gestiones del Gobierno espa?ol y de Pe?a Nieto, el presidente de M¨¦xico, el pa¨ªs llamado acaso a ejercer de locomotora en las pr¨®ximas citas, por su peso econ¨®mico y su situaci¨®n estrat¨¦gica.

Veracruz cerr¨® con un programa de m¨ªnimos en materias educativas, culturales y de innovaci¨®n, centrado en fortalecer las sinergias entre pa¨ªses tan distintos y con desigualdades tan marcadas. Es verdad que conviene caminar juntos en iniciativas que pueden ser importantes a la hora de sustituir modelos productivos centrados hasta hoy sobre todo en las materias primas, los americanos, y en infraestructuras y servicios, los europeos, pero tambi¨¦n es cierto que son asuntos que parecen elegidos para evitar tocar los temas de verdadero calado, donde las diferencias ideol¨®gicas y de modelo econ¨®mico hubieran f¨¢cilmente dinamitado la cita. Los pa¨ªses iberoamericanos tienen mucho en com¨²n, por eso la idea de unas cumbres m¨¢s modestas quiz¨¢ las haga m¨¢s efectivas.