Solo venial
Esta rapi?a no hubiera sido posible sin la existencia del purgatorio, el invento que m¨¢s dinero negro ha generado en la historia de Occidente, sin inversi¨®n alguna
El origen de toda la riqueza y corrupci¨®n que ostenta la Iglesia se debe parad¨®jicamente al pecado venial. Su creaci¨®n hizo necesaria la existencia del purgatorio, que ha resultado ser un negocio mucho m¨¢s s¨®lido que todas las empresas juntas del Ibex 35 o del Dow Jones. El pecado venial es solo un juego malabar elaborado por un genio de la econom¨ªa. Los que mueren en gracia de Dios sin estar perfectamente purificados no pueden entrar en el Reino de los Cielos, pero tampoco una falta leve merece una condena al fuego eterno. Cielo e infierno son un final de trayecto irreversible. Hab¨ªa que crear en mitad del camino un dep¨®sito de ¨¢nimas benditas en tr¨¢nsito, una especie de isla de Ellis cuya salida hacia la Ciudad de Dios, el Manhattan Celestial, se realizara mediante un impuesto de peaje satisfecho con misas, novenas e indulgencias pagadas con dinero al contado o a trav¨¦s de herencias y donaciones de bienes muebles e inmuebles a la Iglesia. El alma en pena es normalmente la de un familiar muy querido que obliga al creyente a acudir al rescate para sacarlo de ese cocedero. Desde el inicio de la cristiandad hubo reyes pecadores y condes facinerosos que levantaron templos, crearon monasterios y abad¨ªas, ofrecieron regal¨ªas a los cl¨¦rigos para hacerse perdonar sus fechor¨ªas y asegurarse las plegarias por su alma despu¨¦s de la muerte; hubo confesores especialistas en torcer la ¨²ltima voluntad de agonizantes hacendados y en macerar viudas ricas hasta extraerles el testamento del cortijo. Esta rapi?a no hubiera sido posible sin la existencia del purgatorio, el invento que m¨¢s dinero negro ha generado en la historia de Occidente, sin inversi¨®n alguna. Se trata de un encaje de bolillos. Al pecado venial y al castigo de un fuego al ba?o Mar¨ªa regulado mediante ¨®bolos debe la Iglesia toda su corrupci¨®n y riqueza descomunal.
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