El regreso del efecto 2000
El iPod Classic, The Strokes o 'Chicas malas'. Los primeros a?os de este milenio amenazan con volver
Los noventa volvieron incensamente en 2014, en cualquier soporte imaginable. Se hizo una pel¨ªcula sobre Salvados por la campana (1989-1993) y otra sobre Aaliyah, la rapera fallecida en 2000. Hubo una seudo-reuni¨®n de Friends (1994-2000) en el programa de Jimmy Kimmel. Susan Sarandon y Geena Davis repitieron aquel m¨ªtico selfie primigenio de Thelma y Louise (1991). La no tan legendaria Yo y el mundo (1993-2000) ha creado una segunda parte con los mismos actores llamada Riley y el mundo. Se ha anunciado que Twink Peaks (1991) volver¨¢ a la televisi¨®n y ha habido una nueva Parque jur¨¢sico. Fargo (1993) se ha convertido en una serie. Monica Lewinsky volvi¨® a encontrar sus escarceos presidenciales p¨²blicamente.
Todo esto parece l¨®gico porque obedece a la teor¨ªa de que la nostalgia, esa fuerza motriz cada vez m¨¢s influyente en nuestras vida, necesita dos d¨¦cadas para coger carrerilla. Lo que no era tan de esperar que tambi¨¦n se estuvieran empezando a colar accidentes de la d¨¦cada siguiente, esa a la que todav¨ªa no se le ha puesto nombre, la que se inici¨® con ese c¨®mico efecto 2000 y termin¨® en 2009, con el euro en vigor, Obama en la Casa Blanca y esa cosita llamada Internet por fin en los hogares de todo el mundo. Ha sido la sacrosanta casa del trendsetter londinense, la revista I-D, la que ha afirmado que, si miramos a nuestro alrededor m¨¢s atentamente, nos daremos cuenta de que en realidad ese regreso ya est¨¢ sucediendo.
F¨ªjense en la m¨²sica. Pese a que todav¨ªa es un ruido de fondo, en 2015 vamos a tener que tragarnos el regreso de dos grupos que marcaron el sonido 2000: The Strokes y The Libertines. Da bastante miedo pensar en Pete Doherty protagonizando portadas y esc¨¢ndalos de nuevo, pero el chico lleva limpio una buena temporada. O lo intenta. No est¨¢ claro. El caso es que su regreso ser¨¢, as¨ª pues, como todos los movimientos revivalistas: m¨¢s higi¨¦nico y, por supuesto, m¨¢s descafeinado.
Fue a mediados de la d¨¦cada, no lo olvidemos, cuando se quebr¨® el sistema musical. YouTube, por poner un meridiano ejemplo, inici¨® su andadura en 2005
Aunque habr¨¢ quien, no sin raz¨®n, clame que los 2000 no volver¨¢n hasta que no se reivindique como merece el pop optimista del nuevo milenio que cantaba Kylie Minogue. Su disco-pop saltar¨ªn y alegre dista mucho de c¨®mo acab¨® la d¨¦cada, con un panorama musical absolutamente fragmentado tras la desintegraci¨®n de las estructuras convencionales de la industria musical. Fue a mediados de la d¨¦cada, no lo olvidemos, cuando se quebr¨® el sistema. YouTube, por poner un meridiano ejemplo, inici¨® su andadura en 2005.
La irrupci¨®n de las redes sociales es lo que marcar¨¢ la frontera de este regreso. En el 2000, Mark Zuckerberg ten¨ªa 15 a?itos y ni siquiera MySpace o Hi5 exist¨ªan como proyecto; los smartphones eran objetos de ciencia ficci¨®n y Apple tampoco hab¨ªa presentado el iPod ni se hab¨ªa convertido en el blanco objeto de deseo que llegar¨ªa a ser. Y cre¨ªamos, de hecho, que para ser famosos se necesitaba un m¨ªnimo de talento: viv¨ªamos felices en la oscuridad medi¨¢tica. O eso quieren hacernos creer aquellos millenials que reclaman que esos a?os de los tempranos 2000 vuelvan.
Hay quien reivindica ropa, m¨²sica o series y pelis que todav¨ªa guarda como oro en pa?o, m¨¢s que nada, porque todav¨ªa siente que apenas ha pasado el tiempo
Pero, aunque para muchos no tiene ni pizca de gracia reivindicar ropa, m¨²sica o series y pelis que todav¨ªa guardamos como oro en pa?o, m¨¢s que nada porque todav¨ªa sentimos que apenas ha pasado el tiempo suficiente para juzgar esa ¨¦poca con la distancia necesaria, para otros sucede todo lo contrario. 15 a?os pueden no ser nada y, al mismo tiempo, una vida, sobre todo para los medios que han crecido en esa d¨¦cada alentados por la nostalgia como motor de contenido.
En Buzfeed, de hecho, jam¨¢s han parado de reivindicarse looks y anti-looks, hitos cinematogr¨¢ficos como Crueles intenciones o Chicas malas, o incluso costumbres y rutinas. Quiz¨¢ porque crecieron al calor de ¨¦stos referentes, pero tambi¨¦n porque la ubicuidad de la tecnolog¨ªa provoca que las tendencias cambien m¨¢s r¨¢pidamente y los revivals vengan antes y se consuman m¨¢s r¨¢pido. L¨®gico no querer regresar a ellos, ante la inminencia de la ola revivalista mejor estar preparados para tomarla sin miedo con un estudio, elaborado por el brit¨¢nico Centro de Investigaci¨®n de Asuntos Sociales sobre c¨®mo vivimos esos a?os y con la gran herencia del efecto 2000, el bucle de las listas.
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