Una nueva era
El pragmatismo de Obama y Castro abre la v¨ªa de la normalizaci¨®n entre EEUU y Cuba
Hasta ayer,la Guerra Fr¨ªa no hab¨ªa concluido en el Caribe. El hist¨®rico anuncio de la apertura del proceso de normalizaci¨®n de relaciones entre EE UU y Cuba fue hecho en paralelo por el presidente norteamericano, Barack Obama, desde Washington, y el cubano Ra¨²l Castro, desde La Habana. Despu¨¦s de medio siglo largo de desencuentro, Obama habl¨® de ¡°cortar el ancla del pasado, porque es completamente necesario para alcanzar un futuro mejor¡±. El inquilino de la Casa Blanca, en la recta final de su mandato, quiere que esta decisi¨®n forme parte de su legado para la historia.
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Era conocido que una hipot¨¦tica liberaci¨®n de Alan Gross ¡ªencarcelado en Cuba desde 2009 bajo la acusaci¨®n de actividades contra el r¨¦gimen¡ª significar¨ªa un cambio en la relaci¨®n entre Cuba y Estados Unidos. Pero no estaba clara la magnitud de ese cambio; y mucho menos que su liberaci¨®n estuviera incluida en un paquete negociador que cubanos y estadounidenses discut¨ªan desde hace a?o y medio, con una ¨²ltima etapa en la que ha habido un mediador que se ha revelado fundamental para el acuerdo: el papa Francisco. Adem¨¢s de Gross, un nacional cubano ¡ª¡°el agente de inteligencia m¨¢s importante que hemos tenido en Cuba¡±, en palabras de Obama¡ª ha sido devuelto a Washington, que a su vez ha entregado a La Habana a tres cubanos detenidos en EE?UU.
As¨ª se inicia un nuevo cap¨ªtulo entre ambas naciones, pero la decisi¨®n no solo cambia la historia del ¨²ltimo medio siglo. Tal vez cambie la del medio siglo pr¨®ximo. Obama anticip¨® que la sociedad civil cubana debe participar en la Cumbre de las Am¨¦ricas el pr¨®ximo abril en Panam¨¢, de la misma forma que contribuyen los grupos de las dem¨¢s naciones del hemisferio. La posibilidad de que eso desencadene cambios pol¨ªticos trascendentes en Cuba es dif¨ªcil de predecir. Pero se trata sin duda de un anuncio que los disidentes cubanos habr¨¢n escuchado con esperanza.
Existe, adem¨¢s, una importante derivada continental: los cambios no tendr¨¢n solo repercusi¨®n en la isla caribe?a. El Gobierno del venezolano Nicol¨¢s Maduro ¡ªcuyo principal apoyo internacional es, precisamente, Cuba¡ª ya habr¨¢ evaluado las implicaciones para su propia ¡ªdif¨ªcil¡ªsustentabilidad. El contexto que pod¨ªa suponer para Cuba el apoyo al chavismo acaba de cambiar dr¨¢sticamente. Por otra parte, quienes en el Congreso de EE?UU piden sanciones contra funcionarios venezolanos ser¨¢n escuchados m¨¢s atentamente en la Casa Blanca. El resultado puede desembocar en un mayor aislamiento internacional para Maduro y su Gobierno.
La puerta se ha abierto; arranca ahora un recorrido de resultados inciertos. El levantamiento del embargo, por ejemplo, necesita de un voto en el Congreso de EE?UU, en el que la oposici¨®n republicana es mayoritaria. Mientras tanto, se ponen ya en marcha medidas como mayor cooperaci¨®n econ¨®mica, incremento del turismo, comercio y telecomunicaciones y env¨ªo de remesas a la isla. En un giro de ciento ochenta grados en su pol¨ªtica desde 1961, la Casa Blanca tambi¨¦n propondr¨¢ la revisi¨®n del estatus de Cuba como naci¨®n que auspicia el terrorismo. Lo que Obama ha propuesto al Congreso es empezar a avanzar hacia el levantamiento del embargo, al que se refiri¨® de forma autocr¨ªtica, y evocando la frase de Albert Eisntein, cuando dijo: ¡°No podemos esperar que, haciendo siempre lo mismo, el resultado vaya a ser diferente¡±.
A comienzos de su Administraci¨®n, en 2009, Obama dijo que su Gobierno no dar¨ªa lecciones a los dem¨¢s Estados americanos y asegur¨® que deseaba escuchar y dialogar de igual a igual. Probablemente su decisi¨®n sobre Cuba sea un gesto fundamental para hacer esas palabras enteramente cre¨ªbles al sur del rio Grande y en el resto del mundo.
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