Los grandes carn¨ªvoros reconquistan Europa
Un estudio publicado en ¡®Science¡¯ demuestra que los depredadores como osos y lobos comparten su territorio con el hombre
El instinto, nunca mejor dicho, indica que all¨ª donde avanza la poblaci¨®n humana y la urbanizaci¨®n los grandes carn¨ªvoros est¨¢n destinados a desaparecer o, en el mejor de los casos, a quedarse recluidos en espacios naturales controlados. Sin embargo, en Europa ha ocurrido todo lo contrario: los grandes carn¨ªvoros han avanzado en las ¨²ltimas d¨¦cadas y han conquistado nuevos territorios, que adem¨¢s comparten con densas poblaciones humanas. Esta es la principal conclusi¨®n de la m¨¢s amplia investigaci¨®n efectuada sobre depredadores en el continente, elaborada por 76 autores de 26 pa¨ªses, que publica esta semana la revista Science.
¡°Es una sorpresa que hayamos conseguido esto en una Europa llena de gente. Y adem¨¢s este estudio confirma que tenemos las claves para lograr la conservaci¨®n¡±, afirma Guillermo Palomero, presidente de la Fundaci¨®n Oso Pardo, que se ocupa del estudio y la conservaci¨®n de la poblaci¨®n de osos en la Cornisa Cant¨¢brica y en los Pirineos. Palomero es uno de los tres espa?oles que han participado en este trabajo, junto a Juan Carlos Blanco (Proyecto Lobo) y Jos¨¦ Vicente L¨®pez-Bao, de la Unidad Mixta de Investigaci¨®n en Biodiversidad de la Universidad de Oviedo. Este ¨²ltimo es el coordinador del estudio junto Guillaume Chapron, de la Universidad Sueca de Ciencias Agrarias.
La investigaci¨®n, que surge de la Iniciativa Europea de los Grandes Carn¨ªvoros ¨Cuna red de cient¨ªficos dedicados a estudiar a los depredadores del continente¨C, analiza la poblaci¨®n de osos pardos, lobos, linces boreales y glotones en todos los pa¨ªses europeos, excepto Rusia, Bielorrusia y Ucrania. No incluye al lince ib¨¦rico porque en el momento del estudio solo sobreviv¨ªa una poblaci¨®n muy peque?a en Espa?a, aunque acaba de ser reintroducido en Portugal. ¡°No se trata de un hallazgo puntual ya que es un trabajo muy amplio. Es sorprendente y estimulante porque la presencia de grandes carn¨ªvoros es siempre problem¨¢tica, tanto por el espacio que necesitan como por los problemas que derivan de su interacci¨®n con seres humanos¡±, agrega Palomero.
El trabajo publicado en Science establece que la mayor¨ªa de las poblaciones de estas cuatro especies ¡°se encuentran en proceso de recuperarse de los niveles extraordinariamente bajos que alcanzaron desde el principio hasta mediados del siglo XX¡± y que un tercio del territorio europeo (1,5 millones de kil¨®metros cuadrados) est¨¢ habitado por al menos una de estas cuatro especies. ¡°Se trata en todos los casos de ¨¢reas con una densidad de poblaci¨®n humana notable, con paisajes muy modificados y explotados por el hombre y fragmentados por las infraestructuras¡±, se?ala el texto de Science. Juan Carlos Blanco, uno de los mayores expertos europeos en lobos, explica: ¡°Durante mucho tiempo se pensaba, sobre todo bas¨¢ndose en un modelo norteamericano de conservaci¨®n, que solo pod¨ªan sobrevivir en ¨¢reas sin presencia humana. Este estudio demuestra lo contrario. Pueden sobrevivir en lugares habitados si hay un esfuerzo importante de conservaci¨®n¡±.
¡°Parte de este ¨¦xito se debe a lo bien que han funcionado algunas pol¨ªticas europeas de conservaci¨®n de la biodiversidad y concretamente la directiva Habitats ha sido fundamental¡±, explica Jos¨¦ Vicente L¨®pez-Bao. ¡°El aumento de las poblaciones de grandes carn¨ªvoros ha sido notable y no es lo que esperar¨ªamos viendo lo que ha ocurrido en otras zonas del planeta. El estudio muestra la adaptabilidad de los grandes carn¨ªvoros a coexistir con el hombre¡±, agrega. Juan Carlos Blanco se?ala por su parte: ¡°El trabajo cient¨ªfico es esencial para la conservaci¨®n de estos animales¡±.
La directiva Habitats, aprobada en 1992, impulsa la conservaci¨®n activa de especies, tanto a trav¨¦s de las subvenciones como de las sanciones para que aquellos estados miembros que no lo cumplan. ¡°Es una directiva que obliga a los pa¨ªses¡±, explica Juan Carlos Blanco. ¡°La pol¨ªtica europea de indemnizaciones, de apoyo a la ganader¨ªa que se desarrolla en zonas con grandes carn¨ªvoros ha sido esencial¡±, prosigue Blanco.
La ausencia de conflictos (salvo en los pa¨ªses de la antigua Yugoslavia), la concienciaci¨®n social, las pol¨ªticas de la UE o las legislaciones nacionales son otros factores citados por cient¨ªficos como esenciales para que los europeos del siglo XXI puedan compartir su territorio con animales que parec¨ªan pertenecer a otros tiempos y a otros lugares.
La presencia de osos pardos en Europa ha sido establecida en 17.000 ejemplares en 10 poblaciones en 22 pa¨ªses (una misma poblaci¨®n puede moverse por diferentes pa¨ªses, el criterio es geogr¨¢fico y, a veces, gen¨¦tico) con una media de 19 personas por kil¨®metro cuadrado; los linces boreales en 9.000 ejemplares en 11 poblaciones repartidas en 23 pa¨ªses que ocupan 813.000 kil¨®metros cuadrados con una media de 22 personas por kil¨®metro cuadrado y los lobos en 12.000 ejemplares en 10 poblaciones distribuidas por 28 pa¨ªses que ocupan 798.000 kil¨®metros cuadrados con una media de 37 personas / kil¨®metro cuadrado. Los glotones ¨Cun mam¨ªfero parecido al oso, pero m¨¢s peque?o y muy feroz, denominado wolverine en ingl¨¦s, como el personaje de los X-Men al que quedaba bastante mejor llamar lobezno que glot¨®n¨C s¨®lo se localizan en los pa¨ªses n¨®rdicos: existen 1.250 ejemplares en dos poblaciones en tres pa¨ªses que ocupan 248.000 kil¨®metros con una densidad de poblaci¨®n mucho m¨¢s peque?a: 1,4 personas / kil¨®metro cuadrado.
La pol¨ªtica europea de indemnizaciones, de apoyo a la ganader¨ªa que se desarrolla en zonas con grandes carn¨ªvoros ha sido esencial"
Resulta imposible establecer una comparativa global con el estado de estas especies en el pasado dado las diferentes formas de estimar sus poblaciones a lo largo del siglo XX (o a la absoluta falta de controles en algunos pa¨ªses) y la diversidad de los territorios estudiados. Pero en muchos casos se trataba de poblaciones al borde de la extinci¨®n entre el final de la segunda Guerra Mundial y los setenta, que ahora est¨¢n recuperadas: de 150 osos en Finlandia se ha pasado a 1.600/1.800 mientras que el lince boreal hab¨ªa desaparecido y ahora hay entre 2.430 y 2.610; de 860 osos en Ruman¨ªa se ha pasado a 6.000. El lobo ha pasado de estar casi extinto en muchos pa¨ªses europeos (Suecia, Noruega, Finlandia, Letonia, Lituania, Alemania, Polonia, Austria, Francia, Italia, Suiza) a recolonizar dichos pa¨ªses. En este ¨²ltimo caso, hay una ¨²nica excepci¨®n: la poblaci¨®n de lobos en Sierra Morena, en Andaluc¨ªa, que se encuentra al borde de la desaparici¨®n: existe una sola manada (unos seis ejemplares) cuando lleg¨® a haber diez y, adem¨¢s, se encuentra aislada del resto de los lobos de la Pen¨ªnsula (unos 2.000 en Espa?a y entre 220 y 435 en Portugal). En el caso del oso pardo, en Espa?a hay dos poblaciones, la pirenaica, con poco m¨¢s de 20 osos censados, y la cant¨¢brica, con entre 195 y 210 ejemplares (28 hembras reproductoras) frente a 60 en el pasado.
La presencia de grandes carn¨ªvoros es, sin embargo, muchas veces sin¨®nimo de conflicto, no tanto por los ataques a humanos ¨Cmuy escasos y s¨®lo se han producido ocasionalmente en el caso de los osos¨C como, sobre todo, por ataques a la ganader¨ªa, lo que genera intensos enfrentamientos entre ganaderos y ecologistas, como ocurre actualmente en las provincias castellanas de ?vila o Segovia. Guillermo Palomero asegura: ¡°Es fundamental poner en marcha sistemas de indemnizaciones. No se puede pensar en abstracto, hay que tener siempre en cuenta a los humanos. Lo importante es ir por delante de los conflictos, que la gente sea consciente de que crean empleo, de que se les puede sacar una rentabilidad. Y trabajar para que afecten a su econom¨ªa y sus propiedades lo menos posible¡±.
Los tres investigadores est¨¢n de acuerdo en que el lobo se lleva la peor parte, frente al oso que suele tener una imagen muy positiva y el apoyo de la poblaci¨®n. ¡°La animadversi¨®n que provoca el lobo no es comparable con otras especies, se trata de una suerte de competencia ancestral¡±, explica L¨®pez-Bao. ¡°No es s¨®lo por los ataques al ganado o a nuestras mascotas, es algo mucho m¨¢s profundamente enraizado en nuestra historia y cultura¡±.
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