Camino de una campa?a ins¨®lita

Se acerca un nuevo a?o, con su poderoso calendario electoral, y en las sedes de los partidos se repasan ya los posibles escenarios. En todos hay dos dudas fundamentales: el grado de hundimiento de la figura de Mariano Rajoy y la relaci¨®n de fuerzas en el centro-izquierda, porque de esos dos datos depender¨¢ el resto de los escenarios posibles.

Seg¨²n los sondeos, el PSOE corre el peligro de perder la posici¨®n hegem¨®nica en el centro-izquierda a manos de Podemos, pero es pronto para cerrar ese an¨¢lisis. En teor¨ªa, desempe?ar frente a los votantes el papel de cambio, muy deseado socialmente, pero posible y moderado, no deber¨ªa ser dif¨ªcil, pero la situaci¨®n social es ahora muy distinta, los socialistas tienen poco cr¨¦dito y parecen poco cohesionados y, adem¨¢s, pueden pasar muchas cosas en el recorrido. Uno de esos percances puede ser el efecto de unas elecciones municipales que entierren la idea de un PSOE m¨ªnimamente ganador. Otro percance puede ser que se instale la idea de que el PSOE busca la gran coalici¨®n con el PP, con su demoledor efecto electoral.

En realidad, el PSOE ser¨ªa el ¨²nico que, en caso de ser primera fuerza parlamentaria, podr¨ªa intentar un Gobierno minoritario. No ser¨ªa f¨¢cil, pero, jugando a ser la centralidad, podr¨ªa sobrevivir. Para este esquema necesitar¨ªa una minor¨ªa por encima de los 140 (ahora tiene 110). El Gobierno en minor¨ªa dificultar¨ªa el programa de reforma constitucional, pero no lo imposibilitar¨ªa.

Podemos es la gran inc¨®gnita. Situarse como primera fuerza en las primeras elecciones a la que acude ser¨ªa una verdadera proeza

La posibilidad de un Gobierno encabezado por el Partido Popular es otro escenario posible, aunque dif¨ªcil, por el ins¨®lito hundimiento de la figura de Rajoy, el pol¨ªtico con mayor ¨ªndice de rechazo de Espa?a. La posibilidad de renovar una mayor¨ªa absoluta est¨¢ casi descartada y al PP, aunque consiguiera mantenerse como primera fuerza parlamentaria, le resultar¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil gobernar en minor¨ªa.

Rajoy no representa ni la centralidad ni el ¨¢nimo de cambio. Tampoco es concebible que el PP sacrifique a su l¨ªder para ofrecer otro posible presidente, capaz de jugar a m¨¢s bandas. Por el momento, su campa?a se ha dise?ado para buscar un enfrentamiento brutal con Pedro S¨¢nchez y provocar el hundimiento del PSOE, un prop¨®sito que incluso dentro del PP algunos califican de irresponsable. Su esperanza es recoger alguno de los votos socialistas y evitar que este alcance la minor¨ªa suficiente. Eso explicar¨ªa los recientes nombramientos del PP y la dimisi¨®n forzada de Eduardo Torres Dulce. El nuevo director de RTVE y el nuevo portavoz parlamentario se caracterizan por su dureza y su capacidad de permanecer imp¨¢vidos ante cualquier evidencia.

Podemos es la gran inc¨®gnita. Situarse como primera fuerza en las primeras elecciones a la que acude ser¨ªa una verdadera proeza e indicar¨ªa un radical deseo de cambio en la sociedad espa?ola, algo que no est¨¢ contrastado. Su principal problema es su inexperiencia en una campa?a a cara de perro, y su principal baza, su enorme capacidad de hacerse presente en las redes sociales. En cualquier caso, su primer objetivo pol¨ªtico ser¨¢ la hegemon¨ªa de la izquierda, engullendo a IU. Interesa especialmente comprobar qu¨¦ presencia tendr¨¢ Podemos en Catalu?a y en el Pa¨ªs Vasco, donde desempe?a un papel curioso: por primera vez existe una oferta radical no nacionalista.

Por supuesto, ning¨²n Parlamento espa?ol est¨¢ completo sin nacionalistas. El PNV, que ha recuperado con Urkullu la centralidad, puede aliarse con cualquiera, pero su escaso n¨²mero (cinco esca?os) le impide tener un papel marcado. Sin embargo, es f¨¢cil que se ofrezca a cualquier Gobierno, preocupado como est¨¢ por una reforma constitucional que afecte al concierto vasco. En el caso del nacionalismo catal¨¢n, la situaci¨®n es distinta porque, domine ERC o Converg¨¨ncia, es de esperar que los dos planteen inmediatamente una ofensiva soberanista.

De los otros grupos, UPyD ser¨ªa el m¨¢s capaz de presentar una hoja de servicios (su s¨®lido trabajo parlamentario) que justifique su renovada presencia en el nuevo Congreso. No parece f¨¢cil, sin embargo, que alcance un tama?o suficiente como para resultar decisivo en alguno de los escenarios dibujados.