Salud

Me gustar¨ªa desearles que, a estas horas, fueran todos millonarios, pero supongo que ni siquiera nos habr¨¢ tocado la pedrea. Me gustar¨ªa desearles que pasado ma?ana se empachen ustedes de percebes, de ostras, de angulas, lo que m¨¢s les guste, pero s¨¦ que eso s¨®lo estar¨¢ al alcance de la nueva aristocracia de los grandes defraudadores fiscales, esos a quienes les va a tocar la loter¨ªa enseguida, en cuanto se enteren de d¨®nde ha ca¨ªdo y calculen la cantidad de dinero que van a poder lavar comprando d¨¦cimos premiados. Me gustar¨ªa desearles que, al menos, pasen la Navidad con los suyos, aunque muchos de ustedes tendr¨¢n hijos en el extranjero, fregando platos, reponiendo estantes, limpiando casas por un sueldo miserable despu¨¦s de haber sacado adelante una licenciatura y dos m¨¢steres. Me gustar¨ªa desearles que, ya que no les ha tocado el Gordo, ni se van a empachar de percebes, ni van a cenar con sus hijos, al menos tengan paz, pero no es f¨¢cil. Porque incluso si no tienen a ning¨²n familiar en el paro, o en el exilio que ha propiciado esa estafa masiva cuyos responsables llaman crisis econ¨®mica, aunque el dinero les llegue para encender la calefacci¨®n y comprar langostinos, y hasta si forman parte de la privilegiada categor¨ªa de quienes no lamentan ausencias dolorosas cuando termina diciembre, seguir¨¢n siendo espa?oles, conviviendo con la sensaci¨®n de que este pa¨ªs se ha estropeado y el servicio t¨¦cnico no coge el tel¨¦fono. Cada a?o resulta m¨¢s dif¨ªcil desear feliz Navidad en Espa?a, as¨ª que he escogido un deseo m¨¢s modesto, un viejo deseo laico y republicano. Ojal¨¢ tengan ustedes mucha salud para disfrutar de lo que conservan. Para ayudar a quienes est¨¢n peor que nosotros. Y para aguantar lo que nos queda por soportar.