Regreso a la morada de Ner¨®n
Pocas figuras hist¨®ricas siguen siendo tan pol¨¦micas como Ner¨®n, aunque la fuerza del mito ha enterrado la realidad

Ner¨®n pertenece a la estirpe de los grandes tiranos, su fiesta del chivo se ha prolongado a lo largo de los siglos. Pero existe una gran diferencia con los Ceausescu, Sadam Husein, Duvalier, Bokassa, Idi Am¨ªn Dad¨¢ o el Trujillo que novel¨® Vargas Llosa: en el caso del emperador romano del siglo I resulta imposible separar la realidad de la leyenda negra. Como escribi¨® la catedr¨¢tica de Lat¨ªn de la Universidad de Cambridge Mary Beard: ¡°La mayor¨ªa de los emperadores romanos no fueron depuestos porque fueran demonizados, sino que fueron demonizados porque fueron depuestos¡±. La tradici¨®n mantiene que Ner¨®n fue condenado a damnatio memoriae, un castigo que consist¨ªa en enterrar todo el legado de un emperador para que su nombre fuese olvidado. En el caso del ¨²ltimo miembro de la dinast¨ªa Julia Claudia, sus enemigos fracasaron: existen muy pocos personajes hist¨®ricos sobre los que se hayan escrito tantos tebeos, novelas, ¨®peras, pel¨ªculas o ensayos ¨Cel ¨²ltimo, Dying Every Day (Muriendo cada d¨ªa), un magn¨ªfico estudio del profesor de Cl¨¢sicas del Bard College James Romm, en torno a su relaci¨®n con su tutor, el fil¨®sofo estoico cordob¨¦s S¨¦neca¨C y sobre cuya figura se siga debatiendo con tanta intensidad m¨¢s de 2.000 a?os despu¨¦s de su desaparici¨®n. ¡°?C¨®mo no nos iba a fascinar?¡±, asegura Romm en una entrevista por correo electr¨®nico. ¡°Poder absoluto sobre la mayor parte del mundo conocido unido a los caprichos, la traici¨®n, la locura¡ ?Puede ofrecer la historia un espect¨¢culo m¨¢s fascinante?¡±.
Las dos im¨¢genes m¨¢s populares del emperador ¨Ctocando la lira mientras contemplaba c¨®mo ard¨ªa Roma en julio del a?o 64 y disfrutando de la primera gran masacre de cristianos en el Coliseo¨C no es que sean falsas, es que son imposibles. Ner¨®n no estaba en la ciudad cuando empez¨® el incendio, lleg¨® tres d¨ªas m¨¢s tarde y se puso al frente de los equipos de rescate (el fuego dur¨® una semana). Casi ning¨²n historiador piensa actualmente que fuese el responsable. En cuanto al Coliseo, fue construido varios a?os despu¨¦s de su muerte por el primer emperador de la siguiente dinast¨ªa, Vespasiano (9-79). Aunque, en una prueba m¨¢s de la intensidad de su leyenda, acab¨® por darle su nombre: el monumento fue levantado en el lugar donde Ner¨®n erigi¨® una gigantesca estatua de 35 metros que le representaba como el dios Helios. Durante la Edad Media, el recuerdo de este coloso, hoy perdido, convirti¨® el Anfiteatro Flavio en el Coliseo.
?C¨®mo no iba a?fascinarnos? Poder?absoluto unido a la?traici¨®n y la locura¡±,?explica el historiador?James Romm, autor de un ensayo sobre Ner¨®n y S¨¦neca
Como ha escrito el profesor de Cl¨¢sicas de la Universidad de Princeton Edward Champlin en la biograf¨ªa m¨¢s reciente del emperador ¨CNer¨®n (Turner)¨C, ¡°no hay necesidad de rehabilitar a Ner¨®n: fue un mal hombre y un mal gobernante, pero hay s¨®lidas pruebas que sugieren que nuestras fuentes principales erraron al presentarlo tan mal y crearon as¨ª la imagen de un monstruo, desequilibrado y eg¨®latra, que ha regido la imaginaci¨®n escandalizada de la tradici¨®n occidental durante dos milenios. Pero la realidad es m¨¢s compleja¡±. La revista National Geographic le dedic¨® una reciente portada titulada ¡°Repensando a Ner¨®n¡±. En la otra cara de la pol¨¦mica est¨¢n afirmaciones contundentes como la que hace el gran cr¨ªtico de arte Robert Hughes en su libro Roma (Cr¨ªtica): ¡°Es de suponer que no es posible que un hombre practique todas las perversiones sexuales conocidas o imaginables, pero es evidente que Ner¨®n ten¨ªa un repertorio impresionante de ellas¡±.
Los restos de su gran palacio romano, la Domus Aurea, la fabulosa Casa Dorada que Ner¨®n orden¨® construir despu¨¦s del incendio, situados en el colina del Esquilino, acaban de volver a abrir al p¨²blico despu¨¦s de permanecer casi diez a?os cerrados, aunque solo se pueden visitar los fines de semana y con cita previa (es necesario reservar con meses). En realidad, solo han sido accesibles con normalidad entre 1999 y 2005, cuando el palacio fue clausurado por problemas de conservaci¨®n. Los espacios neronianos, ahora subterr¨¢neos, encarnan una met¨¢fora perfecta de su mito: un laberinto de pasillos y estancias enormes, como los datos que se pierden en los rincones de la historia entre juegos de sombras y luces. ¡°La Domus Aurea es impresionante por su arquitectura, pero tambi¨¦n por su importancia simb¨®lica¡±, afirma el historiador franc¨¦s Jo?l Schmidt, autor de N¨¦ron, Monstre Sanguinaire ou Empereur Visionnaire? (Ner¨®n, ?monstruo sanguinario o emperador visionario?). ¡°Todos los historiadores describieron sus proporciones gigantescas, su magn¨ªfica decoraci¨®n y la profusi¨®n de oro (de ah¨ª viene su nombre de Casa Dorada). El interior albergaba much¨ªsimas obras de arte, tra¨ªdas directamente de Grecia, sin contar los lagos, jardines, bosques, las fuentes de agua dulce y salada alimentadas por acueductos construidos especialmente para ello¡±.

A la muerte de Ner¨®n, en el a?o 68, el palacio fue abandonado y finalmente Trajano (53-117) lo utiliz¨® como cimientos para sus termas, tras haber esquilmado todo el m¨¢rmol. Redescubierto en el siglo XV, fascin¨® a los artistas renacentistas y luego a personajes como el Marqu¨¦s de Sade o Casanova, que dejaron la firma en sus paredes. Rafael, que se deslizaba con sogas hasta lo que entonces eran unos t¨²neles abovedados, cre¨® el estilo grotesco (de gruta) con el que pint¨® varias estancias del Vaticano en 1519 inspir¨¢ndose en los frescos de aquel misterioso palacio enterrado ¨Cel hecho de que los papas se paseasen durante siglos bajo pinturas inspiradas por el palacio de Ner¨®n es una de las muchas paradojas que emanan del personaje¨C. Una de las mejores copias de los frescos tal y como los encontraron los artistas del Renacimiento fue realizada por Francisco de Holanda en 1538 y se encuentra en la Biblioteca de El Escorial, en las afueras de Madrid.
A lo largo de los siglos, muchas pinturas se han borrado, y durante la visita guiada, protegidos por cascos de pl¨¢stico amarillo (obligatorios porque se han producido desprendimientos), en medio del olor a humedad y bajo un fr¨ªo pegajoso, resulta dif¨ªcil imaginar lo que fue entonces un palacio luminoso y ajardinado. Pero, tal vez porque por esos espacios circula la leyenda de Ner¨®n, tal vez por la inmensidad de las salas en las que el emperador ofreci¨® alguna de las mejores fiestas de la antig¨¹edad, resulta fascinante. En los alrededores, entre los miles de turistas, los falsos legionarios y los vendedores de aparatos para hacerse selfies, el viajero puede toparse con la Hostaria da Nerone o el hotel El Coloso. ¡°Ner¨®n siempre vende, no podemos olvidar que era un showman¡±, explica Darius Arya, arque¨®logo estadounidense afincado en Roma desde hace 15 a?os y director del American Institute for Roman Culture.
Ner¨®n cambi¨® las?normas de edificaci¨®n?en Roma despu¨¦s del?incendio que arras¨®?la capital del Imperio?para evitar que se?repitiese el desastre
Durante un paseo por los Foros Imperiales, Arya asegura que, despu¨¦s del incendio, Ner¨®n cambi¨® las normas de edificaci¨®n para evitar que una cat¨¢strofe de estas dimensiones pudiese repetirse. ¡°Solo un idiota quemar¨ªa la ciudad. En Roma en aquel momento viv¨ªan en torno a un mill¨®n de personas y el fuego provoc¨® 200.000 refugiados¡±, asegura. Orden¨® que las calles fuesen m¨¢s anchas, las casas de pisos ¨Clas insulae¨C m¨¢s bajas, y, tambi¨¦n es cierto, aprovech¨® la destrucci¨®n general para edificar su palacio so?ado. Arya encuentra en la Domus Aurea un problema mucho m¨¢s contempor¨¢neo que afecta a demasiados lugares en Italia, como Pompeya: la conservaci¨®n del patrimonio. Para salvar el palacio (un proyecto que consiste ante todo en transformar el jard¨ªn que hay encima para que los ¨¢rboles y las infiltraciones dejen de da?ar el conjunto arqueol¨®gico) son necesarios 32 millones de euros que, sin embargo, no llegan.
?Qui¨¦n es el Ner¨®n m¨¢s cercano a la historia, si esta pregunta tiene respuesta? Claudio C¨¦sar Augusto Germ¨¢nico nace en Antium (actual Anzio) el 15 de diciembre del a?o 37. Miembro de la familia imperial, se convierte muy joven, en el a?o 54, en sucesor de Claudio (11-54), el tercer emperador de la dinast¨ªa que instaur¨® Augusto (63-14 a. de C.) y continuaron Tiberio (42-37 a. de C.) y Cal¨ªgula (12-41). S¨¦neca es el principal consejero de un emperador muy popular. En el a?o 64, el mayor incendio que ha conocido Roma destruye una parte muy importante de la ciudad. Un a?o despu¨¦s, tras desactivar un complot, lanza una purga salvaje que le cuesta la vida al fil¨®sofo cordob¨¦s, entre muchos otros miembros de la ¨¦lite. Sin embargo, el ej¨¦rcito, harto de sus caprichos ¨Cla oligarqu¨ªa romana nunca le perdon¨® que participase en concursos de canto y poes¨ªa que siempre ganaba (?qui¨¦n iba a atreverse a darle un segundo premio?)¨C, le depone en el a?o 68. Ner¨®n se suicida para evitar una muerte horrenda a manos de sus antiguos legionarios, que se hab¨ªan propuesto azotarle hasta la muerte. Como hab¨ªa acabado con todos los posibles herederos de Augusto y no dej¨® hijos, Roma entr¨® en un periodo de caos ¨Ccuatro emperadores en un a?o¨C, hasta la instauraci¨®n de la dinast¨ªa Flavia con Vespasiano en el a?o 69.

El historiador espa?ol Juan Luis Posada S¨¢nchez, profesor de la Universidad Antonio de Nebrija y autor de El a?o de los cuatro emperadores, resume: ¡°Hace ya mucho que los historiadores est¨¢n intentando rehabilitar la figura de Ner¨®n, un emperador tachado de loco, matricida, incendiario y asesino de cristianos, pero tambi¨¦n un artista que protegi¨® las artes y las letras, que gobern¨® por el pueblo y para el pueblo y que acab¨® con todos los descendientes de Augusto que pudieran desestabilizar su r¨¦gimen. Ner¨®n pudo haber tenido trazas tir¨¢nicas, sobre todo en la ¨²ltima etapa de su reinado, pero el ej¨¦rcito le puso en su lugar y le llev¨® a huir y suicidarse¡±. El ensayista australiano Stephen Dando-Collins, autor de Arde Roma (Ariel), un ensayo sobre el emperador, explica as¨ª su final: ¡°Ner¨®n dirigi¨® los esfuerzos para detener el fuego y encabez¨® la reconstrucci¨®n posterior. Pero sus oponentes en el Senado, que despreciaban sus pretensiones art¨ªsticas y que a?oraban a emperadores soldados como Augusto, vieron que culparle del fuego era una forma de reducir su popularidad, lo que har¨ªa m¨¢s f¨¢cil expulsarle del poder. Lo que al final ocurri¨®¡±.
Las principales fuentes sobre Ner¨®n provienen de tres historiadores romanos, Suetonio (70-126), T¨¢cito (55-120) y Di¨®n Casio (155-235), y la panoplia de perversiones y cr¨ªmenes que describen es interminable; algunas de ellas ¨Cque mat¨® a su madre, a sus dos primeras esposas y a su hermanastro; que asesin¨® a todos los que consider¨® oponentes pol¨ªticos o un peligro para su poder; que escrib¨ªa poes¨ªa y versos (actividades intolerables para un emperador)¨C est¨¢n corroboradas por diferentes fuentes; otras, sin embargo, no: que viol¨® a una virgen vestal, que castr¨® a un hombre para casarse con ¨¦l, que fundi¨® los lares para convertirlos en dinero, que era un pervertido sexual sin freno. Tampoco es seguro, y es un punto especialmente pol¨¦mico, que lanzase la primera gran persecuci¨®n de seguidores de una nueva religi¨®n que hab¨ªa nacido en Judea unos a?os antes. La tradici¨®n cristiana mantiene que Pedro y Pablo sufrieron su martirio durante las persecuciones neronianas, que se desataron despu¨¦s de que los cristianos fuesen acusados de quemar Roma en una maniobra para evitar que las culpas recayesen en el emperador. Pero no hay documentos ni evidencias arqueol¨®gicas que lo demuestren.
S¨ª est¨¢ demostrado?que mat¨® a su madre,?a su hermanastro y?a sus dos primeras?esposas. Otros
cr¨ªmenes que se le?atribuyen son dudosos
Suetonio y T¨¢cito son los ¨²nicos que citan las persecuciones fuera de la tradici¨®n cristiana. T¨¢cito escribi¨® en sus Anales el c¨¦lebre pasaje sobre su brutalidad: ¡°Ner¨®n busc¨® r¨¢pidamente un culpable, e infringi¨® las m¨¢s exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos. (¡) Todo tipo de mofas se unieron a sus ejecuciones. Cubiertos con pellejos de bestias, fueron despedazados por perros y perecieron, o fueron crucificados, o condenados a la hoguera y quemados para servir de iluminaci¨®n nocturna cuando el d¨ªa hubiera acabado¡±. Sin embargo, estos testimonios plantean muchas preguntas. ?Por qu¨¦ solo lo cuentan ellos? ?Por qu¨¦ emplean el t¨¦rmino cristiano que entonces no usaban los romanos? ?Pudo ser un a?adido posterior al texto que manejamos durante su copia en la Edad Media? ?Por qu¨¦ no vuelven a producirse persecuciones de cristianos hasta d¨¦cadas m¨¢s tarde? Marco Aurelio ha pasado a la historia por su sabidur¨ªa (v¨¦ase Gladiator, donde lo encarna un impecable Richard Harris), pero nadie recuerda sus salvajes persecuciones, como la que tuvo lugar en Lyon en el a?o 177. Yves Perrin, profesor de Historia y Arqueolog¨ªa Romanas en la Universidad de Saint-Eti¨¨ne-Lyon y presidente de la Sociedad Internacional de Estudios Neronianos (SIEN), afirma: ¡°Los autores cristianos hacen de Ner¨®n el primer perseguidor de la verdadera fe y esta idea ha atravesado los siglos con errores de bulto, como situar los martirios en el Coliseo, que no exist¨ªa. Los autores cristianos imponen a la posteridad la idea de que el a?o 64 representa un cambio de rumbo en la historia: la Roma pagana desaparece bajo el fuego y los m¨¢rtires garantizan la victoria de la fe verdadera¡±. La mayor¨ªa de los investigadores creen que s¨ª se produjeron persecuciones, aunque ponen en duda que fuesen tan intensas.

Sin embargo, la fuerza de la ficci¨®n es imbatible. Por muchos ensayos que se escriban, resulta casi imposible separar en la imaginaci¨®n occidental a Ner¨®n del s¨¢dico, caprichoso, vicioso e infantil emperador que dibuja Peter Ustinov en una de las mejores versiones cinematogr¨¢ficas de Quo Vadis (Mervyn LeRoy, 1951), la famosa novela que ofrece una reconstrucci¨®n m¨ªtica de los or¨ªgenes del cristianismo, publicada por el premio Nobel polaco Henryk Sienkiewicz a finales del XIX. Y encima la ponen en televisi¨®n cada Semana Santa. James Romm asegura: ¡°La p¨¦rdida de fuentes contempor¨¢neas es un problema, pero son todav¨ªa m¨¢s frustrantes los silencios y las opacidades del propio S¨¦neca. Escribi¨® muchos vol¨²menes, pero nunca dijo la verdad sobre lo que hab¨ªa hecho o visto junto a Ner¨®n¡±. La realidad, como la Domus Aurea, se encuentra enterrada bajo demasiadas capas de mitos para que alg¨²n d¨ªa pueda llegar a derrotar a la leyenda.
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