?Un m¨¦todo pedag¨®gico?

La fotograf¨ªa pertenece a una serie titulada El aula, as¨ª que lo normal es que veamos lo que vemos: un grupo de estudiantes ejercit¨¢ndose en la escritura o en la aritm¨¦tica, en este caso con un grado de dedicaci¨®n sugestivo. Todo bastante previsible, la verdad. Lo inaudito es que sobre las mesas apoyadas en el suelo haya un segundo piso y, sobre este, haciendo equilibrios, un pupitre en el que trabajan con enorme naturalidad dos j¨®venes. La imagen posee una atm¨®sfera realista, si bien se trata de una realidad un poco extravagante. Significa que, como en los sue?os, aqu¨ª dentro suceden cosas extraordinarias que los so?antes viven con una sencillez fuera de lo com¨²n. Se los imagina uno al despertar:

¨CHe so?ado que hac¨ªamos los deberes cerca de la l¨¢mpara.

Como no nos parece que esta arquitectura peligrosamente piramidal sea una respuesta a la falta de espacio, y en ausencia de otras explicaciones, tenemos, una vez m¨¢s, que buscarnos la vida. Ahora bien, que nos la busquemos no quiere decir que la hallemos. Y esto es lo que nos sucede aqu¨ª, que no tenemos ni idea de lo que pasa, ni siquiera de lo que nos pasa al asomarnos a la imagen. Est¨¢ la turbaci¨®n, de acuerdo, s¨ª: nos desconcierta, nos confunde, incluso nos deslumbra, pero nos deja mudos, impotentes, nos inhabilita para ir m¨¢s all¨¢ de la mera descripci¨®n de lo que ven los ojos. ?Se tratar¨¢ quiz¨¢ de un m¨¦todo pedag¨®gico? Y de ser as¨ª, ?con qu¨¦ criterio se selecciona a los alumnos de las alturas? ?Ser¨¢n los mejores, los peores, los que todav¨ªa se hacen pis en la cama? Todo son preguntas.