Por qu¨¦ todos quieren a Carletto
Ha logrado una ins¨®lita unanimidad. Sus jugadores, los que ya no lo son, su jefe, la afici¨®n, los rivales, los medios de comunicaci¨®n¡ M¨¢s all¨¢ de colores, el mundo del f¨²tbol se rinde a este italiano tranquilo, un se?or que recolecta t¨ªtulos y gana amigos all¨¢ donde va. Carlo Ancelotti es el hombre que llen¨® el Bernab¨¦u de trofeos. Y de paz

Sala de prensa del estadio da Luz de Lisboa, 25 de mayo. Habla el entrenador del equipo ganador de la Liga de Campeones, el Real Madrid: ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil fue igualar el partido, porque¡¡±. En ese instante, un estruendoso coro de futbolistas, con Marcelo, Sergio Ramos y Pepe al mando, aparece en escena. ¡°?C¨®mo no te voy a querer!¡±, cantan, es un decir, a voz en grito, antes de rodear a su entrenador y comenzar a aporrear la mesa. El t¨¦cnico sonr¨ªe, levanta la ceja que todav¨ªa le queda en su sitio y se une a la barah¨²nda: ¡°?C¨®mo no te voy a querer!¡±, vocifera. Los periodistas all¨ª presentes asisten at¨®nitos a los hechos. Y su incredulidad se dispara cuando aquel se?or de casi 55 a?os, Carlo Michelangelo Ancelotti, que acaba de conquistar su quinta Copa de Europa, la tercera como entrenador, se decide a aporrear el mobiliario, desatado ¨¦l, ¡°?c¨®mo no te voy a querer!¡±...
Once meses antes, pocos imaginaban semejante cuadro cuando el presidente del Real Madrid, Florentino P¨¦rez, presentaba en p¨²blico al nuevo entrenador del equipo, un italiano cuya hoja de servicios solo presentaba todos los t¨ªtulos habidos y por haber, como futbolista y como t¨¦cnico. El discurso que all¨ª se escuch¨® ten¨ªa un tono novedoso. ¡°Este equipo tiene que ganar con un f¨²tbol ofensivo y espectacular¡±, expuso Ancelotti ante una concurrencia acostumbrada a alegatos bien distintos, que hablaban de ganar, sin m¨¢s adjetivos.
¡°Mourinho es el que mejor defiende al club y los valores del Real Madrid¡±, hab¨ªa proclamado meses atr¨¢s Florentino P¨¦rez, que enterr¨® semejante sentencia cuando el hedor se hizo tan insoportable que no le qued¨® otra que prescindir de aquel que supuestamente defend¨ªa los valores del club. Para sustituirle, busc¨® un perfil bien distinto al de un individuo, Mourinho, que hab¨ªa hecho posible lo imposible: provocar una guerra civil en el vestuario del equipo, en la grada, en las tertulias televisivas, en los bares y en el madridismo planetario. Y a Par¨ªs se fue a por Ancelotti, t¨¦cnico del PSG, due?o de un curr¨ªculo fascinante y, por lo que contaban, un tipo tranquilo, valor de enorme trascendencia en aquel Madrid de posguerra.

¡°El pacificador¡±. As¨ª bautiz¨® el diario Marca al ya llamado Carletto cuando supo de su llegada a Chamart¨ªn. Arrastraba esa fama desde su ¨¦poca en el banquillo del Milan. Su labor en el equipo que le hab¨ªa hecho grande como futbolista se resum¨ªa as¨ª: dos Champions, dos Supercopas de Europa, un Mundial de Clubes, una Liga, una Copa, una Supercopa italiana¡ Son legi¨®n en el Milan quienes a?oran la ¨²ltima gran ¨¦poca de un club al que hoy ahogan las miserias. El mejor ejemplo, Adriano Galliani, su consejero delegado: ¡°Cuando le fichamos se hablaba de ¨¦l como un segund¨®n y hoy solo podemos decir que Carlo cambi¨® nuestras vidas. Con ¨¦l logramos cosas enormes¡±.
En 2009, Ancelotti dej¨® Italia y se fue al Chelsea, donde en su primera temporada conquist¨® la Liga y la Copa inglesa, primer doblete que lograba el club en sus 105 a?os de vida. ¡°Su llegada revolucion¨® el Chelsea, un equipo de media tabla; apareci¨® aquel tipo bonach¨®n y se convirti¨® en el primer italiano de la historia que ganaba la Premier¡±, explica Luis Fernando Restrepo, periodista de DirectTV, y antes de la BBC, que sigui¨® de cerca el periplo de Ancelotti en Londres. ¡°Era una figura paterna y muy querida por los jugadores. Se hac¨ªa respetar y jam¨¢s puso en la picota a ning¨²n futbolista. Pero el equipo fall¨® en su segunda temporada. Abramovich se obsesion¨® con la Champions, enloqueci¨® y lo despidi¨®¡±.
Apenas estuvo seis meses sin entrenar. En diciembre de 2011 aterrizaba en Par¨ªs, donde se hizo cargo del PSG, otra constelaci¨®n de estrellas dibujada a golpe de talonario. ¡°Aqu¨ª dej¨® un gran recuerdo. Es tranquilo, muy inteligente y los jugadores le acaban queriendo¡±. As¨ª le define Pablo Sanrom¨¢n, jefe de Deportes del servicio en espa?ol de France Presse, que a?ade: ¡°Siempre sonr¨ªe, no pierde la calma. Cay¨® muy bien en Par¨ªs. Lleg¨® cuando el PSG llevaba 20 a?os sin ganar la Liga, y en su segunda temporada la conquist¨®. Supo ganarse a la prensa, al p¨²blico y, sobre todo, a los jugadores¡±. Tanto se gan¨® a estos que, cuando se empez¨® a hablar de su marcha, Ibrahimovic hizo lo imposible, y m¨¢s, por evitarlo: ¡°No quiero que se vaya. He tenido grandes entrenadores, pero nunca a alguien que tuviera esta relaci¨®n con los jugadores. Es elegante incluso cuando habla. Necesitamos un entrenador que sepa manejar a un grupo de clase mundial. Solo un gran t¨¦cnico puede hacerlo. Y ese es ¨¦l¡±.
La discreci¨®n con su vida privada la ha roto en contadas ocasiones Su boda el pasado verano fue ¨ªntima y discreta
Su petici¨®n no surti¨® efecto y Florentino P¨¦rez logr¨® su prop¨®sito de llevar al vestuario del Madrid a Carletto. Un vestuario que le hab¨ªa estallado en las manos a Mourinho, quien miraba aqu¨ª y all¨¢ y no paraba de ver enemigos, traidores, topos, Casillas, Ramos, Pepe, Cristiano, el mundo contra ¨¦l. A aquel paisaje despu¨¦s de la batalla lleg¨® Ancelotti. Todo cambi¨®. El gol de Gareth Bale contra el Bar?a en la final de Copa, tras ejecutar la carrera del siglo, dio al Madrid el primer t¨ªtulo de la nueva era. ¡°Esa victoria fue clave para todo lo que ha venido despu¨¦s¡±, ha reconocido Ancelotti.
Lo que vino despu¨¦s fue la deseada D¨¦cima, que lleg¨® tras una semifinal como no recuerdan los tiempos. ¡°El Madrid es un equipo de atletas¡±, dijo Guardiola, t¨¦cnico del equipo alem¨¢n, tras el 1-0 de la ida. Y en la vuelta, a los atletas les dio por jugar al f¨²tbol, adem¨¢s de correr, y se fueron del Ol¨ªmpico de M¨²nich firmando la peor derrota europea de la historia del Bayern: 0-4.
Mientras todo eso ocurr¨ªa, a Carletto se le ve¨ªa cada vez m¨¢s feliz en Madrid y en el Madrid. A su llegada a la ciudad, decidi¨® alojarse en el centro, en un ¨¢tico cercano a la Puerta de Alcal¨¢, a la vera del Museo del Prado y del Retiro, donde acostumbra a correr junto a su mujer, casi de inc¨®gnito, tocado con una gorra. Una vida similar a la que llevaba en Par¨ªs, cerca del Trocadero, junto a la torre Eiffel. En Londres conoci¨® a la canadiense Mariann Barrena, de origen espa?ol, con la que se cas¨® el pasado verano en Vancouver, en una ceremonia ¨ªntima y discreta. Esa discreci¨®n con su vida privada la ha roto en contadas ocasiones. Como cuando subi¨® a las redes sociales im¨¢genes suyas en Toledo con el siguiente mensaje: ¡°Aprovechando el d¨ªa de descanso para conocer un poco m¨¢s de Espa?a. Me ha encantado Toledo. ?Maravillosa!¡±.
A la vuelta del verano lleg¨® la Supercopa de Europa y Ancelotti tuvo que rearmar el equipo tras las bajas de Di Mar¨ªa y Xabi Alonso. Defendi¨® de nuevo la plantilla que ten¨ªa (¡°la mejor que he entrenado nunca¡±, declar¨®) y ni en los momentos de duda en el inicio de la Liga se?al¨® a ninguno de sus jugadores. Al contrario. A su estilo, en tono bajo pero contundente, afe¨® a Michel Platini, presidente de la UEFA, que solicitara el Bal¨®n de Oro para alg¨²n jugador alem¨¢n: ¡°Dado su cargo no deber¨ªa hablar as¨ª. El n¨²mero uno es Cristiano Ronaldo¡±.
As¨ª las cosas, no es extra?o que, ahora que se habla de la renovaci¨®n de Carletto, el jugador de moda la solicite p¨²blicamente. ¡°Me quedar¨ªa corto en halagarle. Sobran las palabras porque las digo cada dos por tres. Ha sido futbolista, maneja el vestuario a la perfecci¨®n y saca el mejor rendimiento de cada jugador. Se ha ganado al madridismo y a la plantilla. Y adem¨¢s es una buena persona. Ojal¨¢ dure mucho aqu¨ª¡±. Palabra de Sergio Ramos.

Diego Torres, periodista de EL PA?S, lleva 17 a?os informando sobre el Real Madrid. Ha visto sentarse a 15 entrenadores en ese banquillo. Su juicio es rotundo: ¡°Los entrenadores queridos por sus jugadores no son raros. Lo raro es encontrarnos con un entrenador al que ninguno de los 25 futbolistas a su cargo repudie. Ancelotti consigue la empat¨ªa del futbolista con una mezcla de intuici¨®n, don de gentes y sabidur¨ªa. En contra de lo que pueda aparentar, tiene un gran car¨¢cter. En los momentos de mayor dificultad es cuando da m¨¢s muestras de buen humor. Es extremadamente respetuoso hasta con el empleado m¨¢s modesto, y eso infunde a su vez respeto hacia ¨¦l¡±. El mismo respeto que le tienen jugadores y entrenadores rivales. Incluso Michel, actual t¨¦cnico del Olympiakos, y que jam¨¢s ha ocultado su deseo de dirigir alg¨²n d¨ªa al Madrid, valora su papel en el equipo: ¡°Ojal¨¢ le renueven porque es un entrenador digno del Madrid¡±.
El ¨²ltimo en hablar sobre Carletto ha sido Florentino P¨¦rez. Lo hizo poco antes de conquistar el Mundial de Clubes y cerrar el a?o con cuatro t¨ªtulos, la mejor marca de su historia, y el r¨¦cord de partidos consecutivos ganados, 22. ¡°Ancelotti ha logrado que el vestuario sea una familia. Yo nunca hab¨ªa visto tan buen ambiente entre los jugadores. Incluso entre los que compiten por el mismo puesto, cosa que no es f¨¢cil en este nivel¡±. La serenidad y la inteligencia como garant¨ªa del ¨¦xito. A ese lema, seg¨²n quienes le conocen, se ha agarrado Carletto para dibujar una trayectoria que en el Madrid, en a?o y medio, ha alcanzado su c¨¦nit: 71 victorias en 88 partidos, el 80,6%. M¨¢s que nunca. M¨¢s que nadie.
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