Otra pol¨ªtica de rentas
La mejora econ¨®mica reabre el debate sobre la oportunidad de subir salarios y protecci¨®n social
La mejora de expectativas de la econom¨ªa espa?ola en 2015 permite abrir un debate sobre la pol¨ªtica econ¨®mica que debe desarrollar el Gobierno para apuntalar los indicios de recuperaci¨®n. La pol¨ªtica de restricciones del gasto p¨²blico, acompa?ada por una disminuci¨®n de impuestos a partir del a?o pr¨®ximo, ha contribuido en el peor de los casos a agravar los da?os de la recesi¨®n y, en el mejor, a retrasar la recuperaci¨®n. Con el viento a favor de la depreciaci¨®n del d¨®lar y el ahorro obtenido por el abaratamiento del petr¨®leo, m¨¢s la reducci¨®n de los costes de la deuda, hay motivos m¨¢s que suficientes para articular otra pol¨ªtica de rentas.
No habr¨¢ recuperaci¨®n mientras que los salarios y la protecci¨®n social no crezcan en paralelo con el PIB. A pesar de las reticencias del Banco de Espa?a, demasiado gen¨¦ricas (advierte contra una ¡°subida generalizada de salarios¡±), es evidente que la econom¨ªa necesita con urgencia un choque que estimule la demanda de consumo y de inversi¨®n para sostener las expectativas empresariales. Necesitar¨ªa tambi¨¦n un aumento selectivo de los impuestos para reactivar el gasto p¨²blico, pero como el Gobierno ha decidido reducirlos, esa opci¨®n est¨¢ descartada. Y ese choque de la demanda s¨®lo puede conseguirse modulando un crecimiento salarial en 2015.
El debate sobre si los salarios deben crecer antes o despu¨¦s de certificada la recuperaci¨®n es, en gran parte, bizantino. La depresi¨®n salarial recorta las expectativas de demanda, el consumo baja, los ingresos de las empresas se hunden y se acent¨²a la ca¨ªda de los salarios que, a su vez, hunden todav¨ªa m¨¢s la demanda. La espiral s¨®lo puede romperse en una parte de la cadena: que las empresas con beneficios inicien una mejora salarial, al menos en relaci¨®n estricta con la mejora de la productividad. Si la causalidad depresiva renta-demanda no se rompe, el crecimiento no conseguir¨¢ transformarse en recuperaci¨®n plena.
Editoriales anteriores
No se trata s¨®lo de cambiar el tono de la pol¨ªtica salarial; ser¨ªa beneficioso mejorar, en los m¨¢rgenes que dejen el crudo y la deuda, la protecci¨®n social. La propuesta de aportar 426 euros a los parados de larga duraci¨®n se queda extremadamente corta si se tiene en cuenta que hay tres millones de parados sin cobertura. El Gobierno tendr¨¢ que decidir en 2015 si se sienta a esperar que la recuperaci¨®n llegue a c¨¢mara lenta o si acelera la buena nueva con pol¨ªticas que, adem¨¢s, aumenten la equidad.
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