Atentar contra la libertad
Es impotencia, rabia, desesperaci¨®n al constatar el avance de la sinraz¨®n. El fanatismo de los futboleros que arrojan, despu¨¦s de apaleado, al cauce de un r¨ªo a uno de los suyos pero de distinta afici¨®n. El fanatismo de los religiosos que matan a sus semejantes porque tienen distinto sentido del humor. El fanatismo de los Estados que defienden su visi¨®n a golpe de ca?¨®n. Harto, cansado, impotente y frustrado con los ataques a cualquier forma de tratarnos y tratar al planeta con un poco de racionalidad y humanidad. Por eso siguen siendo tan necesarios los deseos de libertad, igualdad y fraternidad.¡ª Luis Gonz¨¢lez Carrillo. Legan¨¦s, Madrid.
Los medios aluden a la masacre en Charlie Hebdo y a la muerte de rehenes en el Hiper Kosher. La multitud justamente dolorida y solidaria marcha con carteles que dicen Je suis Charlie. En un caso ha habido 12 muertos y varios heridos. En el otro, 4 muertos y 4 heridos, tres de ellos graves. Como no se trata de un tema del n¨²mero de v¨ªctimas, sino de la barbarie terrorista contra la prensa, contra los jud¨ªos, contra la libertad a la vida, creo que los medios debieran referirse a las masacres en Charlie Hebdo y en el supermercado jud¨ªo o Hiper Kosher. Ambos grupos son v¨ªctimas de los mismos perpetradores, ambos grupos, periodistas y jud¨ªos, merecen nuestra solidaridad y convicci¨®n de que el terrorismo debe ser erradicado. Y debiera haber carteles, como s¨ªmbolo del sentir del mundo entero, que dijeran Je suis Charlie y otros que dijeran Je suis juif o Yo soy jud¨ªo. De otra forma podr¨ªa pensarse que hay v¨ªctimas de primera y segunda categor¨ªa, lo cual contradice este universal clamor de antirracismo y de lucha contra la intolerancia terrorista. Es dif¨ªcil de instrumentar en una Europa donde hay una creciente xenofobia y antisemitismo, pero necesario para salir de una vez por todas de la barbarie que ataca sin piedad.¡ª Alfred Newman. Buenos Aires, Argentina.
Es evidente que Occidente se enfrenta a una yihad, mas peligrosa si cabe, porque el enemigo est¨¢ entre nosotros, disfrutando de nuestra forma de vida, nuestras subvenciones y de la solidaridad que forma parte de nuestra cultura. Por eso, es muy importante saber que sus asesinatos no son respuesta a ninguna agresi¨®n, mofa de sus creencias o venganza de ninguna clase. Los yihadistas, que no isl¨¢micos, asesinan porque asesinar es el componente esencial y ¨²nico de su interpretaci¨®n enfermiza del Cor¨¢n. No es la misericordia, componente del islamismo, lo que les gu¨ªa. Ni la Umma, que les obligar¨ªa a sentir hacia los suyos una comuni¨®n espiritual. Es el odio a todo y a todos lo ¨²nico que pueden asimilar de su religi¨®n.¡ª Juan Carlos Ant¨®n Nardiz. Madrid.
Aparte de condenar y lamentar la p¨¦rdida de vidas en el atentado de Par¨ªs, que es lo primero, lo segundo que habr¨ªa que hacer, y que parece que (casi) nadie hace, es preguntarse por qu¨¦ una y otra vez surgen personas que en nombre del islam y del profeta se deciden a matar, y a matarse en muchas ocasiones. Cuando obtengamos respuestas, que ser¨¢n ¨²tiles en la medida en que sean el fruto de un examen de conciencia riguroso y honesto, quiz¨¢ podamos empezar a confiar en que esta lacra, que ya obtuvo su bautismo de fuego hace m¨¢s de una d¨¦cada en los ataques del 11 de septiembre de Nueva York y poco despu¨¦s en los atentados contra los trenes de Madrid, empiece a remitir. Mientras nadie se pregunte por las razones de tanta sa?a contra objetivos y s¨ªmbolos de la sociedad occidental, lo m¨¢s probable es que estos ataques vayan prolong¨¢ndose indefinidamente, sin que podamos hacer mucho m¨¢s que lamentarnos y ver c¨®mo otros aprovechan la violencia para a?adir m¨¢s violencia.¡ª Rafael Lechner. Poblaci¨®n de Arreba, Burgos.
?Atentar contra la libertad de expresi¨®n es un acto de barbarie. Porque la libertad de expresi¨®n es un pilar b¨¢sico de una sociedad democr¨¢tica. Pero una verdadera sociedad civilizada deber¨ªa sustentarse en otros muchos pilares, no menos importantes. La libertad de poder vivir sin esclavizarsede acceder a una justicia igual para todosde educarse en la solidaridad fraterna del conocimiento. La libertad de tener una sanidad que nos proteja. La libertad de tener un techo. La libertad de que nos ayuden despu¨¦s de a?os de esfuerzo. La libertad de socializar las dependencias, las nuestras o las de nuestros familiares. La libertad de tener sue?os, y de que al menos uno se cumpla.¡ª J. Javier Morata Ruiz. Velilla de San Antonio, Madrid.
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