Los ingredientes de la tortilla
Algunas preguntas para obtener la nacionalidad espa?ola rozan el rid¨ªculo
Cada a?o, alrededor de 100.000 extranjeros solicitan la nacionalidad espa?ola. Para obtenerla, hay requisitos objetivos, como presentar documentos que prueben que el aspirante lleva residiendo un determinado n¨²mero de a?os (entre dos y diez, seg¨²n el origen). Y hay otros m¨¢s subjetivos, como los ex¨¢menes a trav¨¦s de los cuales se mide el conocimiento del idioma y la integraci¨®n en la sociedad.
A falta de un cuestionario est¨¢ndar (que ser¨ªa poco ¨²til dado que los candidatos se lo aprender¨ªan de memoria), los jueces disponen de un inagotable temario con el que elaborar los test de espa?olidad. Lo l¨®gico ser¨ªa pensar que son pruebas sobre cultura general, tradiciones, instituciones del Estado... Pero no siempre es as¨ª. En algunos casos hay preguntas hueso ¡ª¡°nombre de tres escritores del Siglo de Oro¡±¡ª, que muchos castizos de pura cepa no sabr¨ªan contestar; hay preguntas trampa (¡°qu¨¦ r¨ªo une Madrid y Barcelona¡±), y otras tan surrealistas que rozan el rid¨ªculo.
Algunos jueces parecen tomarse a broma la tarea. Solo as¨ª se explica que interroguen sobre ¡°qu¨¦ personaje televisivo mantuvo una relaci¨®n con un conocido torero¡± o ¡°qu¨¦ torero es conocido por su muerte tr¨¢gica¡±. Podr¨ªamos llegar a la conclusi¨®n de que para obtener la nacionalidad espa?ola bastar¨ªa con ver S¨¢lvame.
Hay otros test m¨¢s serios que inquieren sobre el nombre de cinco reyes de Espa?a, el apelativo de la primera Constituci¨®n o la funci¨®n de los delegados del Gobierno. Ahora bien: si el extranjero ignora los ingredientes de una tortilla espa?ola o no sabe qui¨¦n es Rafa Nadal, es probable que no pase la criba.
En todos los pa¨ªses existen mecanismos para evaluar a quienes quieren abrazar su nacionalidad. Y es bueno que las autoridades tengan instrumentos para llevar a cabo la tarea, pero sabiendo que no se trata de valorar el nivel cultural sino de medir el grado de adaptaci¨®n de los for¨¢neos. Ante tan dispares (y a veces delirantes) pruebas ser¨ªa oportuno que se pudiera establecer un conjunto de criterios a la hora de fijar el temario de los ex¨¢menes oficiales. Por el bien de todos.
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