?Se est¨¢ muriendo la Red?
Con cada aplicaci¨®n y cada red social usamos menos la web. Un gesto simple que cambia radicalmente el concepto de Internet
Mirar Twitter nada m¨¢s despertar desde la aplicaci¨®n del smartphone, por ejemplo, es ya un gesto cotidiano que ha desterrado de nuestra rutina teclear la direcci¨®n de una p¨¢gina para conectar con el mundo. En Instagram no se pueden subir fotos desde ning¨²n navegador. Mucha gente estar¨¢ reparando en este dato por primera vez al leerlo aqu¨ª. Ciertamente, se ha producido una migraci¨®n desde la web y su estructura rizom¨¢tica hacia plataformas de estructuras m¨¢s cerradas, que usan Internet pero que no requieren de la navegaci¨®n web y del c¨®digo HTML para transmitir la informaci¨®n. A esta profec¨ªa dantesca se ha entregado con profusi¨®n la revista Wired y hasta en dos ocasiones ha dedicado el grueso de sus p¨¢ginas para tratar la defunci¨®n de las tres w.
La web, con poco m¨¢s de un cuarto de siglo a sus espaldas (el a?o pasado celebr¨® sus primeros 25 a?os de existencia), posee m¨¢s de 4.300 millones de p¨¢ginas indexadas, seg¨²n datos recogidos en World Wide Web Size, y 3.000 millones de usuarios conectados, como indica el informe de 2014 de la International Telecommunication Union (ITU). Aunque ya existen voces como Jeff Stibel que aseguran que la Red se est¨¢ contrayendo: es decir, que no est¨¢ creciendo a los mismos niveles que anteriormente. Para Stibel, autor de Wired for Thought, esa disminuci¨®n s¨®lo puede ser beneficiosa ya que estamos sufriendo una sobreexposici¨®n de informaci¨®n a causa del gran tama?o de Internet, y defiende la creaci¨®n de las aplicaciones como herramienta que nos ha ayudado a comenzar a filtrar todo ese exceso de datos y cifras.
Las aplicaciones nos aislan de la informaci¨®n que hay en la web. Pero los instrumentos que deber¨ªan filtrar todo ese exceso de datos no funcionan de manera apropiada
El problema, argumentaba hace algo m¨¢s de un a?o tambi¨¦n desde las p¨¢ginas de Wired, radica en que los instrumentos que deber¨ªan filtrar todo ese conjunto de informaci¨®n no funcionan de manera apropiada. La tecnolog¨ªa m¨®vil, sumada a las aplicaciones, ha hecho de la concentraci¨®n su mantra y, en palabras de Stibel, Internet es gracias a estos ¡°un lugar m¨¢s ¨²til¡±. Sobra decir que es un ac¨¦rrimo defensor de Facebook, que considera como la constelaci¨®n ¨²ltima de la Red de redes.
El primer lado de este conflicto lo encarna mejor que nadie Tim Berners-Lee, el conocido como Padre de la web. ?l ha defendido desde el primer d¨ªa un concepto de Internet abierto y por ello siempre ha animado a los desarrolladores 2.0 que no desechen su invento y que programen webapps (aplicaciones que incluyen en su arquitectura lenguaje HTML) en vez de apps nativas. ¡°Si no proporcionas una URL, la gente no puede tuitear sobre ello. Si no se tuitea o no se env¨ªa por mail, no se integra en el discurso, no puede gustar o no gustar. Formar parte de la web es algo que va a ser importante¡±, declaraba Berners-Lee en una entrevista del a?o pasado en la revista Cnet.
Claro que Berners-Lee tampoco ve con buenos ojos el auge de las redes sociales, instrumentos que est¨¢ transformando la web en una serie de ¡°dep¨®sitos independientes y amurallados¡±, que impiden, parad¨®jicamente, que la informaci¨®n fluya y se comparta, dada su propia estructura endog¨¢mica. Al ingeniero le preocupa la cantidad de datos personales que introducimos en estas redes y cree que cuantos m¨¢s se introduzcan, m¨¢s prisionero de ¨¦stas se es. El a?o pasado critic¨® duramente a Facebook por la iniciativa Internet.org, que Mark Zuckerberg ha puesto en marcha con el objetivo de llevar la red a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo a trav¨¦s de la red m¨®vil. Para Lee, propulsor de que Internet por fin tenga una Carta Magna, esto no es m¨¢s que un intento de monopolio.
El caso es que cada vez pasamos m¨¢s tiempo en las redes sociales que navegando por p¨¢ginas. Las fuentes de informaci¨®n son diversas (de Nielsen a Comscore) y se refieren a p¨²blicos distintos (audiencia global, por una parte, estadounidense por la otra) pero un par de infograf¨ªas realizados por Go-Gulf.com y por el blog Socially Aware revelan que empleamos m¨¢s tiempo en las redes sociales que en cualquier otra actividad relacionada con Internet (entre el 18 y el 22% del tiempo que nos conectamos).
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