Catalu?a 27-S, convocatoria con trampa

Dentro de ocho meses los catalanes estamos llamados a las urnas. La convocatoria anunciada por Artur Mas es democr¨¢ticamente leg¨ªtima, pero las formas no lo son tanto. No estamos frente a hechos menores o irrelevantes, ya que en alg¨²n grado pueden tener consecuencias en la participaci¨®n y, por tanto, en los resultados electorales. Como el propio Mas se encarg¨® de recordarnos, la fecha elegida no es inocente. El domingo 27 de septiembre se cumplir¨¢ un a?o de la firma del decreto de convocatoria de la consulta soberanista del 9 de noviembre. La pluma estilogr¨¢fica que el presidentestren¨® aquel d¨ªa para estampar su r¨²brica fue depositada r¨¢pidamente en el Museo de Historia de Catalu?a para que todos los escolares puedan revivir en los a?os venideros tan hist¨®rico acontecimiento.

Ese hito de llamar a los catalanes a autodeterminarse ser¨¢ machaconamente recordado durante la campa?a electoral en beneficio de Mas, que ese d¨ªa dej¨® de ser la copia de Oriol Junqueras para confundirse con el original. Pero no solo es la elecci¨®n del 27-S, resulta que el pistoletazo de salida para pedir el voto se iniciar¨¢ el mism¨ªsimo 11 de septiembre. ?Qu¨¦ gran casualidad! Es una coincidencia que al nacionalismo le va como anillo al dedo. Aunque, visto en perspectiva, puede que no sea tan casual. Recordemos que Mas desconcert¨® a propios y extra?os cuando demor¨® ocho d¨ªas la firma del decreto una vez que el Parlamento catal¨¢n aprob¨® la ley de consultas. Como el soberanismo ha demostrado que no da puntada sin hilo, puede que alguien ya previera entonces que de esa forma se creaba una m¨¢gica coincidencia de fechas si se terciaban las elecciones en el segundo semestre de 2015.

Casual o no, lo cierto es que unas elecciones convocadas con vocaci¨®n plebiscitaria, a la que los catalanes son llamados para dirimir, seg¨²n Mas, si quieren dar un paso firme hacia la independencia, se van a desarrollar en medio de fiestas y puentes. Primero la Diada, que cae en viernes. Y luego la fiesta patronal de la Merc¨¨, el d¨ªa 24 de septiembre, que es el ¨²ltimo jueves antes de la votaci¨®n, lo que posibilita un puente de cuatro d¨ªas no solo en Barcelona capital sino tambi¨¦n en otros municipios metropolitanos, como Cornell¨¤, Santa Coloma o L¡¯Hospitalet, la segunda ciudad de Catalu?a. Esa festividad afecta a cerca del 30% de los m¨¢s de cinco millones de electores llamados a las urnas. No parece que algo as¨ª no haya podido ser tenido en cuenta, sino que m¨¢s bien se ha decidido con ¡°alevos¨ªa¡±, como ha declarado a Econom¨ªa Digital el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UAB Joan Botella: ¡°El soberanismo lleva meses intentando una divisi¨®n entre territorios y pretende fomentar la abstenci¨®n en las zonas urbanas¡±.

Los comicios tienen? vocaci¨®n plebiscitaria: los catalanes son llamados a dirimir, seg¨²n Mas, si quieren dar un paso hacia la independencia

La convocatoria del 27-S es probablemente inapelable, pero en t¨¦rminos democr¨¢ticos es censurable. Rompe la neutralidad exigida al jugar con el fetichismo de la Diada, que en los ¨²ltimos a?os ha servido para legitimar desde la calle la pulsi¨®n secesionista, y tambi¨¦n con el reclamo del aniversario de la firma del decreto que puso los cimientos del 9 de noviembre. Ambas fechas establecen un principio y un final emocionalmente propicio para alentar una mayor participaci¨®n del soberanismo, a costa seguramente de una menor movilizaci¨®n en el ¨¢rea metropolitana por el puente de la Merc¨¨. No es tampoco casual que sea esta la zona donde el nacionalismo haya obtenido siempre menos apoyos.

Es cierto que el car¨¢cter plebiscitario de las elecciones catalanas se ha ido desdibujando con el paso de las semanas. El propio Mas no se refiri¨® en esos t¨¦rminos cuando anunci¨® la convocatoria electoral el pasado 14 de enero. Sin candidatura conjunta de todos las fuerzas secesionistas esa pretensi¨®n pierde fuelle. Y sin una hoja de ruta clara y compartida entre CiU y ERC es dif¨ªcil que el electorado sepa para qu¨¦ va a utilizarse exactamente su voto el d¨ªa despu¨¦s. En cualquier caso, si el independentismo no alcanza los dos tercios de la c¨¢mara (90 sobre 135 esca?os), que es lo m¨ªnimo que se requiere para modificar el Estatuto, todos los intentos de avanzar en la secesi¨®n por la v¨ªa de los hechos mediante la creaci¨®n de estructuras de Estado carecer¨¢n de legitimidad pol¨ªtica y obviamente jur¨ªdica. Pero tambi¨¦n es cierto que hasta ahora al soberanismo este tipo de consideraciones formales le han importado bastante poco.

Aunque ocho meses son demasiados para predecir qu¨¦ puede suceder, no hay duda de que estamos ante una convocatoria inaudita en Europa por la anticipaci¨®n en el anuncio, cuya ¨²nica explicaci¨®n es la de mantener vivo el relato sobre el proceso soberanista hasta las elecciones municipales. Es ins¨®lita tambi¨¦n por la deliberada falta de neutralidad en la elecci¨®n de la fecha y del marco simb¨®lico que la acompa?a. Pero lo peor de todo es que resulta f¨¢cil sospechar que se busca un descenso de la participaci¨®n en el ¨¢rea metropolitana que permita un tr¨¢gala pol¨ªtico. Se trata, pues, de una convocatoria con trampa que quiere maximizar la movilizaci¨®n soberanista y retraer a la mayor¨ªa social catalana, que sigue sin ser secesionista.

Joaquim Coll es historiador.