Salvar la sanidad p¨²blica
Renovar el Sistema Nacional de Salud es una exigencia moral apremiante
El Sistema Nacional de Salud se degrada.La sanidad p¨²blica sufre desde hace a?os un continuo deterioro que los recientes recortes indiscriminados derivados de la crisis econ¨®mica han acentuado y acelerado. Ahora, tal como est¨¢, interpretada por cada comunidad aut¨®noma a su aire; desentendida del Estado; con una gesti¨®n opaca y escaso af¨¢n por la eficiencia; sometida al partidismo; financieramente menguada; escasa de inversiones que actualicen sus instalaciones y dotaci¨®n tecnol¨®gica; despobl¨¢ndose de profesionales sanitarios y muy mal pagados y en gran parte desmotivados los que quedan; debilitada en sus principios morales por las diferencias de asistencia entre las autonom¨ªas que rompen la equidad y la solidaridad y con unas listas de espera crecientes que causan la desafecci¨®n y el ¨¦xodo de la clase media, soporte natural e indispensable del sistema (m¨¢s de 10 millones de espa?oles ¡ªy se prev¨¦ que el n¨²mero aumente a medida que se cree empleo¡ª pagan ya voluntaria y espont¨¢neamente una p¨®liza de seguro privado), la sanidad p¨²blica pierde progresivamente calidad y en pocos a?os quedar¨¢ degradada a un servicio de beneficencia, una medicina para pobres.
La degradaci¨®n es oculta. Las listas de espera, cada d¨ªa m¨¢s largas, embalsan y soterran la demanda desatendida y no permiten que la sociedad perciba la demora y la precariedad de la asistencia p¨²blica: los enfermos obviamente aislados y desconocidos entre s¨ª son incapaces de hacerse presentes y el n¨²mero de los que esperan es, en todas las autonom¨ªas, un dato para uso pol¨ªtico, siempre en penumbra y manipulable. A la sanidad p¨²blica, aunque est¨¢ enferma, muy enferma, y sin tratar desde hace a?os, no se le ve mala cara. De hecho, las listas de espera (ayudadas por las peculiaridades de la atenci¨®n m¨¦dica) act¨²an como una pantalla que oculta a los ciudadanos la verdadera situaci¨®n del sistema e impide as¨ª la formaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica enterada y activa.
Pasividad de los pol¨ªticos. Sin una opini¨®n p¨²blica consistente no puede producirse la presi¨®n social que en democracia es el motor de la acci¨®n pol¨ªtica. El velo de las listas de espera favorece as¨ª la pasividad de los pol¨ªticos. A ellos les consta que la sanidad p¨²blica est¨¢ en decadencia, pero los votantes no demandan su mejora y adem¨¢s saben bien que una reforma seria del sistema exige adoptar medidas impopulares con un muy probable alto coste electoral. ?Correr tal riesgo por renovar un sistema cuyo deterioro los ciudadanos no acusan ni siquiera ven? La asistencia digna a los enfermos o el af¨¢n de justicia son bellas causas que todos los partidos pol¨ªticos defienden, pero el cuidado de los votos es siempre lo primero. No cabe esperar que por s¨ª mismos los pol¨ªticos se muevan.
Sin una opini¨®n p¨²blica consistente no puede producirse la presi¨®n social que en democracia es el motor de la acci¨®n pol¨ªtica
?Instalada en el deterioro. En resumen, el biombo de las listas de espera y el temor a perder votos inmovilizan a la sociedad y a los partidos pol¨ªticos y obstruyen cualquier cambio. M¨¢s a¨²n, en realidad blindan lo establecido e instalan as¨ª la sanidad p¨²blica en un deterioro continuo y sordo. Sin duda, cada d¨ªa estar¨¢ peor, empobreci¨¦ndose hasta que pronto pierda su n¨²cleo m¨¢s ¨ªntimo y propio, donde est¨¢n la solidaridad, la equidad, la buena medicina, la cohesi¨®n social y la justicia, es decir, todo.
Exigencia moral. S¨®lo una reforma a fondo puede salvar el sistema y s¨®lo un acto de voluntad colectiva puede ser el resorte de la reforma. Si el estado actual de las cosas cierra el camino natural de la presi¨®n social es preciso abrirle otras v¨ªas.
Con tal fin presentamos este manifiesto en el que directa y p¨²blicamente pedimos a todos los partidos pol¨ªticos que consideren la renovaci¨®n del sistema una exigencia moral ya apremiante y emprendan la reforma capaz de vertebrarlo, mejorar la calidad de su asistencia, impedir las desigualdades territoriales, afirmar la justicia y hacerlo financieramente viable, preparado para afrontar los compromisos de hoy y los nuevos que sin remedio van a llegar.
Y pedimos tambi¨¦n a todas las organizaciones o asociaciones de profesionales sanitarios (colegios provinciales, consejos generales, sociedades cient¨ªficas, escuelas e institutos de estudios, etc¨¦tera), sindicatos, organizaciones de consumidores, entidades culturales pr¨®ximas a la sanidad que reiteren y apoyen nuestra demanda con la mayor publicidad posible.
Victoria Camps y Adela Cortina son fil¨®sofas. Firman tambi¨¦n este manifiesto Antonio Elorza, Santos Juli¨¢, Javier Mar¨ªas, Nicol¨¢s Redondo Urbieta, Fernando Savater, Vicente Verd¨², Enrique Costas Lombard¨ªa, Mercedes P¨¦rez Fern¨¢ndez, Juan G¨¦rvas, Javier Rey del Castillo y Cayetano Rodr¨ªguez Escudero.
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