Pesadilla en la cocina de Gordon Ramsay
Hizo de los fogones un espect¨¢culo que llev¨® a la televisi¨®n, y ¨¦l se convirti¨® en rico e influyente. Hoy se enfrenta en p¨²blico con otros chefs y con su suegro en los tribunales por falsificar su firma

Hubo un tiempo en que ser chef no era sin¨®nimo de ser c¨¦lebre y popular. La alta cocina, durante el siglo XX, supon¨ªa m¨¢s bien un lujo destinado a unos pocos paladares. Todo hasta que varios cocineros de renombre e incluso con alguna estrella Michelin encontraron un fil¨®n inagotable en la televisi¨®n. Entonces muchas cosas cambiaron en la forma en la que hoy se percibe el arte de la gastronom¨ªa. El brit¨¢nico Gordon Ramsay fue uno de los pioneros en ponerse ante las c¨¢maras para curiosear entre fogones en m¨¢s de diez realities que van desde la versi¨®n anglosajona de Pesadilla en la Cocina a Master Chef. Y el tiempo le ha pagado con creces: seg¨²n la revista Forbes es el cocinero que m¨¢s dinero gan¨® del planeta tanto en 2012 ¡ª31 millones de euros¡ª como en 2013 ¡ª41 millones de euros¡ª. Adem¨¢s, figura en el puesto n¨²mero 58 de la lista Forbes de las 100 celebridades m¨¢s ricas e influyentes del 2014, donde aparece como el ¨²nico cocinero en una clasificaci¨®n llena de actores, cantantes y escritores. Y el 2006 la reina de Inglaterra le condecor¨® con la Orden del Imperio Brit¨¢nico. No est¨¢ mal para alguien que es capaz de decir 298 veces la palabra ¡°joder¡± en un programa de 96 minutos.
¡°?Cocinar? Qu¨¦ pregunta tan est¨²pida. Por supuesto que no cocino en ninguno de mis restaurantes. ?Existe alg¨²n dise?ador que haga todos sus vestidos?¡±. As¨ª contestaba hace unos a?os al Daily Telegraph en el tono desabrido que le ha hecho c¨¦lebre. Y aunque su reputaci¨®n culinaria ¡°est¨¢ en declive desde hace a?os, fruto de los peligros de la avaricia y la egoman¨ªa¡±, seg¨²n proclaman cr¨ªticos como Matthew Norman, est¨¢ claro que el poder de la tele pesa m¨¢s que la p¨¦rdida de alguna estrella michel¨ªn ¡ªel a?o pasado perdi¨® dos de golpe en su restaurante neoyorquino The London¡ª. Al fin y al cabo hablamos del hombre que junto a James Olivier y un pu?ado de nombres m¨¢s contribuy¨® a poner en el mapa de la gastronom¨ªa una ciudad anta?o fantasma como Londres y una cocina otrora inexistente como la brit¨¢nica.
No cocino en ninguno de mis restaurantes. ?Existe alg¨²n dise?ador que haga todos sus vestidos?¡±
Sus primeros pasos medi¨¢ticos los dio en 1998 tras abrir su primer restaurante, el Gordon Ramsay, protagonizando la serie documental Boiling Point, en la que se describ¨ªa su lucha por conseguir su primera estrella Michelin. En 2001 le a?ad¨ªa dos estrellas m¨¢s, que a¨²n conserva, lo que convierte ese restaurante londinense en la joya de una corona que reina sobre 25 establecimientos internacionales donde brillan cuatro estrellas m¨¢s y en los que hoy Ramsay ya nunca pone el pie. ?Para qu¨¦?
Insultar o blasfemar como juez de Master Chef US o como conductor del popular magac¨ªn gastron¨®mico The F World en Reino Unido le ha procurado m¨¢s de una cr¨ªtica, pero para las audiencias brit¨¢nicas y estadounidenses su adicci¨®n a los improperios, su televisivo mal humor y su tendencia a enemistarse p¨²blicamente con los de su propio gremio ha contribuido sin duda a construir su marca, que como indican los n¨²meros, funciona.
En esa carrera hacia el estrellato que este escoc¨¦s de 49 a?os comenz¨® a labrarse tras dejar atr¨¢s su sue?o de ser futbolista por una lesi¨®n de rodilla, su suegro, Christopher Hutcheson, tuvo un papel esencial como prestamista primero y como presidente de su imperio despu¨¦s. Sin embargo, los insultos de Ramsay contra ¨¦l habr¨ªan retumbado esta semana con fuerza en el Tribunal Superior de Londres si su esposa Tana Ramsay (con quien tiene cuatro hijos) y su abogado no hubieran estado all¨ª para contenerlo. Se enemistaron p¨²blicamente en 2010, cuando Hutcheson fue despedido por robar de las arcas del Gordon Ramsay Group m¨¢s de dos millones de euros. Fue una ruptura traum¨¢tica puesto que el propio Ramsay hab¨ªa llegado a declarar que cuando se cas¨® con Tana tambi¨¦n se cas¨® con su suegro y eran ¡°un tr¨ªo feliz¡±. Sin embargo, entre las sorpresas que dej¨® atr¨¢s este septuagenario que defini¨® al chef como un ¡°narcisista sin amigos¡± figuraba la firma de un contrato con el restaurante York & Albany, uno de sus gastropubs londinenses de m¨¢s ¨¦xito, en el que Ramsay aparec¨ªa como garante personal de un alquiler de unos 800.000 euros anuales durante 25 a?os. Para evitar el pago, el chef se defendi¨® culpabilizando a su suegro de haber falsificado su firma con una m¨¢quina para hacer aut¨®grafos que Hutcheson utilizaba para firmar los libros y camisetas que vend¨ªa su conglomerado. Esta semana el juez Justice Morgan desestimaba esa acusaci¨®n y conclu¨ªa que ¡°es completamente implausible¡± que Ramsay no supiera el uso que Hutcheson le daba a aquella m¨¢quina puesto que entonces era el presidente de su imperio. Morgan dictamin¨® que el chef est¨¢ obligado a cumplir con el contrato.
RECETAS DE ESTRELLA
Gordon Ramsay reparte su tiempo entre sus restaurantes, la fundaci¨®n que cre¨® el a?o pasado junto a su mujer y en los libros gastron¨®micos. Desde los a?os noventa, el chef ha publicado una veintena de t¨ªtulos de cocina, m¨¢s de uno se ha convertido en un best seller, y en 2006 inclus¨® lanz¨® su biograf¨ªa (Roasting in Hell's Kitchen). Mis mejores recetas (Grijalbo, 2014) es su ¨²ltimo libro, donde no propone men¨²s complejos ni t¨¦cnicas o ingredientes imposibles, sino una recopilaci¨®n de los platos que prepara en su entorno familiar.
La sentencia ha sido la comidilla del mundo del fog¨®n, donde Ramsay no tiene precisamente muchos amigos. El americano Mario Batali lo odia por haber intentado robarle el nombre de su restaurante neoyorquino The Spotted Pig. El tambi¨¦n medi¨¢tico Jamie Olivier se carcaje¨® p¨²blicamente de su afici¨®n al botox despu¨¦s de que Ramsay le llamara ¡°cocinero de segunda¡±. Herbert Berger considera que es ¡°una diva petulante que deber¨ªa regresar a los fogones porque necesitamos modelos positivos, no buscadores de atenci¨®n que manipulan al p¨²blico¡±. Y su mentor, Marco Pierre White no tiene para ¨¦l ninguna palabra amable.
Por eso sorprende que pese a su tendencia a hablar demasiado, no se le haya escuchado decir ni una palabra respecto a la decisi¨®n de un juez que ha puesto de golpe una deuda de un mill¨®n de euros sobre su espalda. Claro que Ramsay tiene sus prioridades. Esta semana se emit¨ªa el tercer cap¨ªtulo de Master Chef Junior en Estados Unidos, del que es productor y por el que cobra 200.000 euros por cap¨ªtulo. Es obvio que le interesa m¨¢s que se hable del programa que de su derrota judicial. Con cuatro cap¨ªtulos pagar¨¢ su deuda. Hay cosas que bien valen el silencio.
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