Entrenador sexual a pie de cama
Eric Amaranth asesora a parejas con el sexo, de forma presencial o por Skype. Aprendi¨® con Betty Dodson, feminista de los setenta
Te imaginas dar clases de tango sin que el profesor pueda ver a los alumnos bailando? Pues para m¨ª ser¨ªa igual de extra?o no estar presente cuando una pareja requiere mis consejos para mejorar su vida en com¨²n¡±, afirma categ¨®rico el coach estadounidense Eric Amaranth. A primera vista, nadie deber¨ªa sorprenderse por sus palabras; sin embargo, la cosa cambia (?y mucho!) cuando descubrimos que la vida en com¨²n a la que se refiere es, precisamente, la er¨®tica. S¨ª, Mr. Amaranth ayuda a hombres y mujeres a encontrar placer, y lo hace a pie de cama. No es psic¨®logo ni sex¨®logo, sino un ¡°entrenador de vida sexual¡±, como a ¨¦l le gusta denominarse.
Formado por Betty Dodson ¨Cuna renombrada defensora de los derechos sexuales en el feminismo de los sesenta y los setenta, e iniciadora de esta curiosa terapia¨C, Amaranth presta sus servicios de dos maneras: a trav¨¦s de charlas personalizadas sobre problemas, dudas y temores que impiden alcanzar la satisfacci¨®n (solo o en compa?¨ªa de otros), o mediante su participaci¨®n en el mism¨ªsimo momento en que sus clientes practican sexo, indic¨¢ndoles c¨®mo ser m¨¢s eficaces entre las s¨¢banas o corrigiendo aquellas conductas que les impiden disfrutar del instante decisivo.
¡°Desde luego, in situ, el resultado es inmediato. No tienes que probar por tu cuenta las habilidades que has aprendido en teor¨ªa y luego, a la siguiente sesi¨®n, regresar con tus preguntas¡±, explica el coach. ¡°Tambi¨¦n me permite ver desajustes que solo se perciben en tiempo real o hechos en los que la pareja no ha reparado, adem¨¢s suelen hacer m¨¢s caso a lo que yo les digo que a lo que les sugiere su compa?ero. Soy esa voz que les anima cuando est¨¢n a punto de tirar la toalla¡±.
'In situ'?el resultado es inmediato. No tienes que probar por tu cuenta la teor¨ªa y luego regresar con tus preguntas¡±
Que nadie piense que Amaranth atraviesa la l¨ªnea de lo terap¨¦utico: ¨¦l asiste al acto (?sin meterse en el t¨¢lamo!), observa con detenimiento (unas veces, sentado a una prudencial distancia de la cama; otras, dando alguna vuelta para buscar el ¨¢ngulo que mejor le permita evaluar qu¨¦ ocurre all¨ª), marca pautas y propone nuevos caminos; eso s¨ª, siempre vestido y sin tocar en absoluto a los amantes. ?Qui¨¦nes est¨¢n dispuestos a contratar una asistencia de estas caracter¨ªsticas? ¡°Mujeres y hombres. Heterosexuales, gais, lesbianas, bisexuales¡ Mi cliente m¨¢s joven tiene 19 a?os; el mayor, 80¡±, aclara. Y no solo acuden los m¨¢s torpes en cuestiones amatorias: ¡°Tengo clientes con los m¨¢s variados niveles de habilidad sexual. Algunos incluso han alcanzado la maestr¨ªa y buscan un sexo cada vez mejor¡±. Mr. Amaranth se enorgullece de haber evitado muchas rupturas sentimentales. ¡°?Imag¨ªnate la de parejas que estar¨ªan juntas si trabajaran conmigo!¡±.
Dicho as¨ª, los 240 d¨®lares por hora (unos 200 euros) que cuesta cada sesi¨®n parecen muy bien invertidos. Claro que viajar a Nueva York para solicitar sus servicios har¨ªa que la cosa se pusiera por las nubes¡ ¡°No ser¨ªa necesario¡±, puntualiza. ¡°Trabajo en todo el mundo por Skype. De hecho, he asesorado a varias parejas espa?olas¡±.
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