El renacer de Courr¨¨ges
Los grandes grupos de lujo han encontrado en las casas hist¨®ricas el veh¨ªculo id¨®neo para lanzar firmas de moda sin el esfuerzo de tener que imprimirles una personalidad
Courr¨¨ges es la ¨²ltima marca en experimentar un renacimiento gracias al inter¨¦s de los inversores por rescatar firmas hist¨®ricas. Jacques Bungert y Fr¨¦d¨¦ric Torloting, dos publicistas franceses, son los actuales due?os de la casa que revolucion¨® la alta costura en los a?os sesenta a trav¨¦s de coloridos dise?os de l¨ªneas arquitect¨®nicas. La reapertura de la f¨¢brica original en Pau, Francia, y la recuperaci¨®n de las licencias han sido algunos de los pasos de esta nueva etapa de la marca, apoyada por dos colecciones anuales, una selecci¨®n de prendas icono, accesorios y una divisi¨®n de perfumes.
Esta segunda vida se debe en parte a la visi¨®n de Coqueline, esposa de Andr¨¦ Courr¨¨ges e innovadora empresaria. Coqueline tiene 79 a?os y Andr¨¦, enfermo de Parkinson, cumplir¨¢ 91 en marzo. Dedicada a proyectos de energ¨ªa sostenible ¨Cha dise?ado coches ecol¨®gicos¨C, Coqueline empez¨® a recuperar poco a poco las licencias que en los a?os ochenta hab¨ªan cedido a una empresa japonesa, mientras buscaba un inversor que creyera en el potencial de la firma.
Por su parte, Bungert y Torloting desarrollaban una reconocida trayectoria en el ¨¢mbito de la publicidad, primero con su propia agencia, PRO DEO, y luego como presidentes en Young & Rubicam. Coqueline conoci¨® el trabajo de los dos publicistas a ra¨ªz de una entrevista que les dedic¨® el semanal franc¨¦s Madame Figaro y decidi¨® ponerse en contacto con ellos. En la presentaci¨®n de la firma recientemente en Madrid, Bungert recuerda aquel encuentro: ¡°Su primera pregunta fue: ¡®?Qu¨¦ quer¨¦is ser?¡¯. Me qued¨¦ sin habla. Le contamos nuestra historia, la historia de nuestra amistad. Ella nos cont¨® la historia de su vida, y vimos que Courr¨¨ges es una historia de dos, no solo de Andr¨¦. Detr¨¢s del hombre hab¨ªa una mujer¡±, cuenta Bungert. ¡°Hablamos durante tres horas y acabamos haci¨¦ndonos amigos. Despu¨¦s de un a?o de vernos casi cada semana, Coqueline nos dijo: ¡®Andr¨¦ y yo hemos decidido que vamos a transferiros la marca a vosotros¡¯. Le dijimos que era muy conmovedor, pero que no conoc¨ªamos la industria de la moda, y que no est¨¢bamos seguros de que tuvi¨¦ramos el dinero, a lo que ella respondi¨®: ¡®Sab¨¦is mejor que yo que Courr¨¨ges es m¨¢s que moda, es un estilo, es una firma. Conoc¨¦is mucho las marcas y a las personas creativas. Quiz¨¢s me equivoque, pero estoy segura de que encontrar¨¦is el dinero¡±. Unos meses despu¨¦s, en 2011, los dos pubicistas adquir¨ªan Courr¨¨ges. Hoy, Coqueline contin¨²a reuni¨¦ndose con ellos cada semana, pero no interviene en las decisiones de la empresa.
Para nosotros lo m¨¢s importante es que si en diez a?os hemos puesto a Courr¨¨ges de vuelta en el lugar que se merece, en el ¡®top 5¡¯ del patrimonio de marcas francesas, habremos cumplido con nuestro objetivo. Jacques Bungert y Fr¨¦d¨¦ric Torloting
En el momento de la compra, la marca contaba con una tienda propia y sobreviv¨ªa de las licencias en China. Con la llegada de los nuevos propietarios, se suspendi¨® la producci¨®n en Asia y se recuper¨® la f¨¢brica de Pau, lugar de nacimiento de Andr¨¦, donde originalmente eran manufacturados los dise?os de la firma.
¡°Cuando adquirimos Courr¨¨ges, la tendencia era decir que el concepto de marca hab¨ªa muerto. Pero las marcas ser¨¢n m¨¢s fuertes que nunca gracias a Internet. La gente necesita confianza, y la confianza viene de la marca¡±, se?ala Bungert. ¡°Hay marcas tan fuertes que incluso despu¨¦s de haber estado muertas pueden revivir¡±.
Los grandes grupos de lujo han encontrado en las casas hist¨®ricas el veh¨ªculo id¨®neo para lanzar firmas de moda sin el esfuerzo de tener que imprimirles una personalidad. El consumidor busca autenticidad y la encuentra acudiendo a firmas con una larga tradici¨®n a sus espaldas, cuyos valores ya conoce. Numerosas marcas viven una segunda vida gracias al inter¨¦s de los inversores. Groupe Arnault ha relanzado Moynat, Diego della Valle ha tomado las riendas de Schiappareli, y la empresaria rusa Goga Ashkenazi adquiri¨® Vionnet en 2012. ¡°Pocas marcas pueden resumirse en un par de palabras. Cuando dices Courr¨¨ges, piensas en los colores, el blanco, la arquitectura¡±, apuntan los publicistas.
El nuevo Courr¨¨ges se sustenta en dos colecciones anuales y una l¨ªnea de cl¨¢sicos con los iconos de la firma, adem¨¢s de su divisi¨®n de perfumes. Los precios van de los 280€ que cuesta un jersey hasta los 1.950€ a los que asciende un abrigo. Actualmente est¨¢n presentes en 130 puntos de venta. ¡°Necesitamos reiniciar el alfabeto de la marca. Cuando ves la ropa, ves a Courr¨¨ges, pero la mayor¨ªa de las prendas son nuevas. Mantenemos el estilo y creamos sobre ello¡±, explican. Una parte de sus consumidoras son mujeres mayores que recuerdan la marca en su juventud, pero la mayor¨ªa de las clientas tiene entre 25 y 45 a?os.
De momento no cuentan con un director creativo visible. Han optado por confiar en un equipo de dise?adores. ¡°Tenemos muchos talentos trabajando para nosotros. Nos interesa m¨¢s el talento que el ego o la fama. Es muy pronto para traer alguien de fuera¡±, explican los empresarios. Los desfiles tambi¨¦n tendr¨¢n que esperar. ¡°S¨ª haremos desfiles, pero no va a ser ahora. El problema con los desfiles es que al d¨ªa siguiente est¨¢n en Style.com y todos pueden copiar las prendas, H&M, Zara¡ Estamos trabajando en un modelo de negocio que consiste en poner las prendas en nuestras tiendas al d¨ªa siguiente del desfile. Mientras no seamos capaces de hacer esto, no haremos desfiles ni ense?aremos fotos¡±, se?alan.
En tres a?os prev¨¦n haber multiplicado por cuatro el tama?o del negocio e incrementado el n¨²mero de tiendas. ¡°Mucha gente nos pregunta c¨®mo medimos nuestro ¨¦xito. Para nosotros lo m¨¢s importante es que si en diez a?os hemos puesto a Courr¨¨ges de vuelta en el lugar que se merece, en el ¡®top 5¡¯ del patrimonio de marcas francesas, habremos cumplido con nuestro objetivo, si Andr¨¦ y Cocqueline nos dicen que tomaron la decisi¨®n correcta. Vender una empresa es duro. Porque no es solo una empresa, es una vida¡±.
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