Los esfuerzos de la Rep¨²blica Dominicana por paliar el subregistro
El embajador dominicano en Espa?a asegura que el pa¨ªs lleva a?os tratando de solucionar el problema de los menores no inscritos
En Los ni?os que no existen se mezclan verdades y especulaciones, y se recrean viejos mitos para una idea distorsionada de lo que es la Rep¨²blica Dominicana hoy en d¨ªa y sus ingentes esfuerzos para garantizar un estado de derecho inclusivo.
Conscientes del subregistro que aqueja a la poblaci¨®n dominicana, las autoridades, y en particular el organismo a cargo del Registro Civil ¡ªla Junta Central Electoral (JCE)¡ª, emprendieron hace ya una d¨¦cada profundas reformas al sistema de identificaci¨®n nacional.
Mediante un acuerdo con el Ministerio de Salud P¨²blica, con apoyo del Banco Mundial, la JCE ha abierto oficinas en pr¨¢cticamente todos los centros hospitalarios y de salud para el pronto registro de los reci¨¦n nacidos. La automatizaci¨®n de la mayor¨ªa de estas dependencias permite la emisi¨®n del documento el mismo d¨ªa, sin costo alguno.
Igualmente, hay disposiciones claras para facilitar las declaraciones tard¨ªas. Junto con la creaci¨®n de una Unidad Especializada para supervisar temas relativos a las declaraciones tard¨ªas, se han reducido en m¨¢s de la mitad los requisitos, facilitando el proceso particularmente para los mayores de 16 a?os. Opera, adem¨¢s, un sistema de unidades m¨®viles en las ¨¢reas m¨¢s remotas del pa¨ªs.
Puntualizaciones de Planeta Futuro
La carta del embajador de la Rep¨²blica Dominicana que acompa?a a este texto reivindica los grandes esfuerzos de su Gobierno para paliar la situaci¨®n de los indocumentados. Precisamente, el reportaje Los ni?os que no existen que menciona habla de uno de algunos de estos esfuerzos. Los hechos que narra no son especulaciones ni presunciones, son las experiencias que el redactor vivi¨® en el pa¨ªs, sobre el terreno, con funcionarios del hospital y del propio censo delante.
Las cifras que aporta est¨¢n sacadas del propio hospital o son oficiales. Y el redactor fue testigo de c¨®mo muchos padres sal¨ªan del hospital sin inscribir a sus hijos por los motivos de los que habla el reportaje, vio c¨®mo no hab¨ªa ninguna conexi¨®n entre la oficina del censo y la maternidad y vio c¨®mo intentaban solucionar este problema. Este intento de soluci¨®n es precisamente porque el problema existe. El redactor tambi¨¦n habl¨® con dominicanos, de origen haitiano o no, que no est¨¢n documentados y por ello no pueden obtener t¨ªtulos escolares, que andan embarcados en una larga lucha burocr¨¢tica para conseguirlos. Con respecto a que se brinda atenci¨®n sanitaria y escolar a los documentados, no hace falta abundar, ya est¨¢ recogido en el reportaje.
El reportaje est¨¢ escrito tras hablar con responsables del censo, un organismo gurbernamental que no aport¨® muchos de estos datos que el embajador brinda en la carta que publicamos. En el caso de que los hubiese aportado a tiempo, muchos de ellos habr¨ªan sido recogidos en el reportaje.
Con respecto al asunto del racismo contra los haitianos, el redactor habl¨® con numerosas personas que trabajan diariamente tramitando documentos y que son testigos de las dificultades a?adidas que sufren las personas de origen haitiano. El reportaje no se centra en los problemas legales de los inmigrantes en el pa¨ªs, que los hay, y muy grandes, solo subraya que es un problema a?adido para la consecuci¨®n de papeles. Y esto es una realidad innegable.
Que pongan los medios para solucionar un problema que realmente existe es una buena noticia y esperamos que d¨¦ los mejores frutos.
Los esfuerzos por documentar a la poblaci¨®n infantil no se limitan a la JCE. El Ministerio de Educaci¨®n asign¨® dos millones de euros a un programa de tres a?os dise?ado a apoyar miles de estudiantes en la obtenci¨®n de documentos de identidad. El proyecto contempla el acompa?amiento de los estudiantes y sus familias en la preparaci¨®n de los expedientes para presentar a la JCE, o en caso de ser extranjeros, ante el consulado relevante.
Valga aclarar que los datos sobre el analfabetismo son viejos ya: las ¨²ltimas cifras de la Unesco aseguran un porcentaje de alfabetizaci¨®n de un 90,9, gracias a la campa?a de educaci¨®n de adultos puesta en marcha por la presente administraci¨®n desde 2012.
La experiencia europea m¨¢s reciente revela cu¨¢n arduo es velar por los derechos de los inmigrantes, sobre todo los indocumentados. La reducci¨®n de la vulnerabilidad inherente a la situaci¨®n de ilegalidad por la que muchos optan en b¨²squeda de mejores oportunidades econ¨®micas es, sin duda, tarea pendiente para muchos gobiernos en todo el mundo. La Rep¨²blica Dominicana no es excepci¨®n, pero su inter¨¦s en crear mejores condiciones para proteger los derechos fundamentales de estas personas la sit¨²an como el ¨²nico pa¨ªs en el mundo embarcado en un esfuerzo institucional para documentar gratuitamente a todo extranjero sin estatus migratorio en el territorio nacional, prohibidas las deportaciones, adem¨¢s, mientras est¨¦ en vigencia el proceso.
Tal y como reconoce el art¨ªculo, nadie ¡ªy esto ciertamente incluye a los indocumentados e inmigrantes¡ª queda excluido de la provisi¨®n de servicios de salud y educaci¨®n que dispensa el Estado dominicano. Bastan unas pocas cifras para ilustrar la dimensi¨®n del impacto sobre nuestras finanzas p¨²blicas: cercano al 18% del presupuesto de salud p¨²blica se emplea en atenciones a extranjeros (de los cuales alrededor del 98% son haitianos). Un ejemplo concreto es el del hospital fronterizo Ram¨®n Mat¨ªas Mella, el cual opera con enormes limitaciones presupuestarias, y sin embargo un 40% de los pacientes que atiende provienen de Hait¨ª. Asimismo, seg¨²n cifras oficiales, el n¨²mero de estudiantes haitianos que accedieron a las escuelas p¨²blicas dominicanas en 2013 fue 34.158. Casi sin excepci¨®n nuestros maestros y directores de escuela conciben la educaci¨®n como un derecho, sin importar nacionalidad. Esto explica por qu¨¦ algunas escuelas p¨²blicas fronterizas acomodan los horarios a los estudiantes que cruzan la frontera todos los d¨ªas para estudiar gratuitamente en la Rep¨²blica Dominicana.
Los centros de educaci¨®n p¨²blica del pa¨ªs han recibido directivas expl¨ªcitas del Ministerio de Educaci¨®n que les obligan a dar cabida a cualquier joven en edad escolar. Si bien es cierto que alg¨²n documento de identidad es imprescindible para obtener un certificado de bachiller, por razones que deben resultar evidentes, de ninguna manera tiene que ser este exclusivamente dominicano: cualquier ni?o extranjero residente en la Rep¨²blica Dominicana puede demostrar su identidad mediante documentos emitidos por las autoridades del pa¨ªs de origen de sus padres. Un levantamiento de informaci¨®n llevado a cabo por el programa de apoyo a la obtenci¨®n de documentaci¨®n del Ministerio identific¨® uno 20.000 estudiantes de origen haitiano que ser¨ªan enrolados en el mismo.
Como parte del proceso de modernizaci¨®n y adecuaci¨®n del Registro Civil, en el a?o 2007 la JCE puso en funcionamiento el libro de registro de nacimiento de ni?os de madres extranjeras no residentes. En caso de que ambos padres carezcan de documentaci¨®n o de un estatus legal en la Rep¨²blica Dominicana, los ni?os reciben una constancia de nacimiento que permite los tr¨¢mites necesarios frente al consulado del pa¨ªs de origen de sus padres.
En reconocimiento de que los problemas de registro del pa¨ªs son de larga data, y de que existe una comunidad de descendientes de extranjeros nacidos en el pa¨ªs que han forjado fuertes v¨ªnculos con la sociedad dominicana, el gobierno dominicano promulg¨® el a?o pasado la Ley 169-14. Esta legislaci¨®n establece un r¨¦gimen especial para personas nacidas y no registradas en el territorio nacional, antes del 2007, de padres indocumentados. Este grupo, en virtud de haber nacido en el pa¨ªs y tener ya cierto arraigo, podr¨¢ acceder de manera expedita al Plan de Regularizaci¨®n de Extranjeros que se encuentra actualmente en proceso de implementaci¨®n por las autoridades dominicanas. En un procedimiento administrativo libre de coste, las personas que demuestren su nacimiento en el pa¨ªs y que se inscriban en el Libro de Extranjer¨ªa en el periodo establecido, recibir¨¢n un estatus legal dentro del Plan de Regularizaci¨®n que les permitir¨¢ optar por la ciudadan¨ªa dominicana cumplido un plazo de dos a?os.
El Plan de Regularizaci¨®n es un componente importante de las acciones dominicanas tendentes a establecer una pol¨ªtica migratoria moderna y transparente, y un esfuerzo sin precedentes. El Plan abre la v¨ªa legal para que cada extranjero en situaci¨®n irregular adquiera, en un plazo establecido, un estatus migratorio. La Rep¨²blica Dominicana busca as¨ª normalizar el estatus migratorio de unas 430.000 personas, procedentes de m¨¢s de 100 pa¨ªses, poniendo fin a su situaci¨®n de incertidumbre. Cada uno de los casos que se presenten ser¨¢ estudiado de forma individual, de acuerdo a requisitos claros, con procedimientos expeditos y sin cargo alguno por parte del Estado, garantizando un proceso justo y transparente. Hasta la fecha, m¨¢s de 120.000 han aportado sus datos biom¨¦tricos para ingresar al programa.
La pretensi¨®n de pintar como racista al dominicano choca contra una realidad indiscutible: haitianos y dominicanos conviven en comunidades donde la tensi¨®n racial es pr¨¢cticamente inexistente. La Rep¨²blica Dominicana es un pa¨ªs de raza mixta y el color de la piel nunca ha sido un impedimento efectivo para ascender en la escala social y pol¨ªtica, como muestra una historia de presidentes, embajadores, legisladores y una elite acad¨¦mica de negros, mulatos y blancos.
An¨ªbal de Castro es embajador de la Rep¨²blica Dominicana ante el Reino de Espa?a
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