Las lecciones del 'caso Monedero'
Aluvi¨®n de cr¨ªticas a la noticia sobre el curr¨ªculo del ¡®n¨²mero tres¡¯ de Podemos. Quejas por el escaso relieve dado a la rectificaci¨®n de la Universidad de Puebla
El af¨¢n investigador es b¨¢sico en el periodismo, pero debe apoyarse en la prudencia a la hora de dar por ciertos los hallazgos, y valorarlos sobre esa base. Cuando no se aplica este criterio, pueden producirse errores como los que presentaba la noticia que public¨® este diario el mi¨¦rcoles 28 de enero sobre Juan Carlos Monedero, n¨²mero tres de Podemos y profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Complutense de Madrid. En la portada de EL?PA?S pod¨ªa leerse: ¡°Monedero false¨® la mayor parte de su curr¨ªculo acad¨¦mico¡±. Y el sumario a?ad¨ªa: ¡°Profesores a los que cita como referencia niegan conocerle¡±.
El tema se desarrollaba en la p¨¢gina 14, aunque con un titular que limitaba el alcance de la ¡°falsedad¡± curricular a dos casos: la pretendida estancia de Monedero como profesor invitado en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos de la Universidad Humboldt de Berl¨ªn, y en la mexicana de Puebla. Se mencionaba tambi¨¦n un asunto ya conocido, el de su colaboraci¨®n, menos relevante de lo que ¨¦l se atribuye, con el Banco Central Europeo.
La informaci¨®n se basaba en que ninguna de las universidades mencionadas hab¨ªa encontrado, a requerimiento de Vicente G. Olaya, redactor jefe de la secci¨®n Madrid, e Isabel Cuesta, autores del texto, ning¨²n registro escrito ¡ªde pago o de cualquier otra incidencia¡ª del paso de Monedero por sus aulas. El profesor Claus Offe, que supuestamente le habr¨ªa invitado a dar clases en la Humboldt, dec¨ªa, no sin advertir de su mala memoria, no recordar al profesor espa?ol.
El mismo mi¨¦rcoles, mi correo registr¨® ya la agitaci¨®n de los lectores que discrepaban de la importancia dada a una informaci¨®n que les parec¨ªa ¡°inconsistente¡±. Ra¨²l R. Est¨¦vez se?alaba la disparidad entre el titular de portada que daba por falsa ¡°la mayor parte del curr¨ªculo¡± de Monedero, y la noticia, que detallaba ¡°tres posibles irregularidades, su puesto de profesor invitado en Humboldt y en Puebla y un trabajo realizado para el BCE¡±. Poca cosa en el extenso curr¨ªculo de Monedero.
Argumentos parecidos esgrim¨ªan Juan Ram¨®n Mart¨ªnez Ba?uelos, Pere Vilanova y Carlos A. Carrasco. Juan Jos¨¦ Castillo, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Complutense y profesor em¨¦rito de la misma, subrayaba en su mensaje que, ¡°despu¨¦s de 40 a?os en la Universidad¡±, habr¨ªa sido tan cauto como el profesor Offe, caso de ser preguntado por un profesor invitado en el pasado.
Ese d¨ªa qued¨® claro que la cautela de Offe estaba justificada, porque, como explica Olaya, ¡°en un intento de acercarnos lo m¨¢s posible a la verdad, seguimos insistiendo y hallamos al profesor Peter A. Kraus, ayudante de Offe, que nos explic¨® que Monedero hab¨ªa sido ¡®profesor visitante¡¯ y no ¡®profesor invitado¡¯ [en 1995] La diferencia no es balad¨ª. El visitante es un profesor que acude a otra universidad para investigar o dar clases enviado por su centro, y el invitado es una eminencia que imparte clases o conferencias¡±.
La diferencia no ser¨¢ balad¨ª pero no justifica un titular en primera p¨¢gina de este peri¨®dico. Especialmente cuando, al d¨ªa siguiente, llegaba a la redacci¨®n un desmentido. Flora Molina Rodr¨ªguez, directora de Comunicaci¨®n de la Universidad Iberoamericana de Puebla, envi¨® una carta en la que confirmaba que Monedero fue profesor invitado durante cinco veranos (2006-2010), en los que ¡°imparti¨® seminarios cortos de An¨¢lisis Pol¨ªtico¡±, en diversas instituciones, incluida la Iberoamericana de Puebla.
La puntualizaci¨®n del profesor Kraus fue recogida en la edici¨®n impresa y digital de EL PA?S del jueves 29 de enero, en un art¨ªculo de seguimiento del tema, pero no figuraba en el t¨ªtulo ni en el sumario. Una menci¨®n a la carta de la universidad mexicana se public¨® el viernes, al final de un texto titulado: ¡°Monedero dice tener sus impuestos en regla, pero no aporta pruebas¡±. En la edici¨®n impresa, se aludi¨® a ella en un destacado.
La informaci¨®n sobre Monedero se investig¨® insuficientemente
El viernes recib¨ª muchos m¨¢s mensajes de lectores, que no puedo extractar por razones de espacio. Cito de pasada los nombres de algunos de los remitentes: Salvador Montoro G¨®mez, Andr¨¦s Seral, Ram¨®n Pacheco, Gonzalo Joya, Natxo Costa, Manuel Jos¨¦ P¨¦rez. Juan Ignacio Bernaola Rodr¨ªguez, Ildefonso Hern¨¢ndez Aguado y F¨¦lix L¨®pez de Letona, entre otros. Todos, cr¨ªticos con el art¨ªculo y lamentando muchos de ellos haberse enterado de la rectificaci¨®n por otros medios de comunicaci¨®n.
?Qu¨¦ puso a EL PA?S sobre la pista de las hipot¨¦ticas falsedades del curr¨ªculo del n¨²mero tres de Podemos? Olaya lo explica as¨ª: ¡°Quien exagera una vez, puede hacerlo dos o m¨¢s. Cuando se conoci¨® que Monedero no hab¨ªa trabajado para el BCE, como afirmaba en su curr¨ªculo, sino que hab¨ªa elaborado un informe de 80 p¨¢ginas, a medias con otro especialista, pens¨¦ que pod¨ªa haber maquillado su vida docente en m¨¢s ocasiones. Comenzamos as¨ª a llamar a los lugares donde supuestamente hab¨ªa sido profesor invitado y descubrimos que no exist¨ªan registros de su supuesta docencia. En la Universidad Humbolt no quedaba constancia y el profesor Claus Offe, que en teor¨ªa dirig¨ªa el instituto universitario donde Monedero afirmaba haber sido profesor invitado, no lo recordaba¡±.
¡°Tambi¨¦n se llam¨®¡±, a?ade, ¡°a la Universidad de Puebla, donde, y as¨ª lo reflejamos, Monedero tampoco hab¨ªa sido contratado. No obstante, dejamos abierta la posibilidad a que hubiera estado como visitante¡±. La posibilidad quedaba abierta en el texto, pero era una apertura de escasa relevancia bajo un titular que hablaba de falsedades.
Lo que no consigui¨® Olaya fue contactar con Monedero. ¡°Durante dos d¨ªas se le telefone¨® a su m¨®vil particular de manera insistente¡±, explica, ¡°se le enviaron mensajes de texto, WhatsApp y un correo electr¨®nico. No respondi¨® a ninguno. Finalmente, se contact¨® con su gabinete de comunicaci¨®n, que asegur¨® que en ese momento no pod¨ªa hablar porque estaba en La Tuerka. Al final, admiti¨® que se negaba a hablar¡±.
El director adjunto, David Alandete, subraya tambi¨¦n esta negativa de Monedero a hablar con EL PA?S y coincide con Olaya en el relato de los hechos. ¡°En la primera p¨¢gina del diario del 28 de enero se dec¨ªa que el se?or Monedero ¡®false¨® la mayor parte de su curr¨ªculo acad¨¦mico¡¯. La Real Academia Espa?ola define ¡®falsear¡¯ como ¡®adulterar¡¯. En primer lugar, el se?or Monedero no trabaj¨® para el Banco Central Europeo, como afirmaba en su curr¨ªculo. En la noticia publicada el 28 de enero se citaban otros casos concretos, atribuidos a fuentes como el profesor Claus Offe, de la Universidad Humboldt, que dec¨ªan no conocer a Monedero, a pesar de que este dec¨ªa haber sido profesor invitado por su departamento¡±.
He preguntado al director adjunto por las razones de que el peri¨®dico no destacara la carta de la Universidad de Puebla. Alandete se?ala: ¡°El art¨ªculo citaba a un empleado de ¨¦sta que dec¨ªa literalmente que ¡®no existe registro de ¨¦l como profesor¡¯, aunque dejaba ¡®la puerta abierta a que Monedero haya podido participar en lo que la instituci¨®n denomina ¡®proyecto¡¯¡¯. Posteriormente, Flora Molina Rodr¨ªguez, una portavoz de la Universidad Iberoamericana de Puebla, ahond¨® m¨¢s y explic¨® por carta que no cuenta ¡®con la participaci¨®n del Dr. Juan Carlos Monedero¡ en la n¨®mina de la instituci¨®n¡¯, pero que este ¡®imparti¨® seminarios cortos¡¯. Esta carta no invalidaba la informaci¨®n central de la cr¨®nica publicada el d¨ªa anterior sobre la Universidad Humboldt y las declaraciones del profesor Offe. A pesar de ello, publicamos las explicaciones ofrecidas por la portavoz de la universidad en una cr¨®nica del 30 de diciembre que recog¨ªa otra informaci¨®n del d¨ªa, junto al final de un amplio reportaje sobre Podemos¡±.
La noticia sobre el curr¨ªculo de Monedero no se limitaba a negar que hubiera sido profesor invitado en la Universidad Humboldt. Afirmaba lo mismo en el caso de la de Puebla. Y recalcaba que no hab¨ªa huella de su paso por ninguno de los dos centros. Ambos extremos fueron objeto de correcciones. En el segundo caso hubo un desmentido total que hace tambalearse todo el edificio de una informaci¨®n que no se investig¨® suficientemente.
Para cuestionar el curr¨ªculo del n¨²mero tres de Podemos habr¨ªa que haberse apoyado en algo m¨¢s s¨®lido que la memoria de un profesor de 75 a?os o los datos de una empleada del departamento de pagos de una universidad, dada la complejidad del entramado de relaciones docentes entre los centros. En estas circunstancias, llevar el tema a portada era muy arriesgado. La ¨²nica forma de atenuar el error hubiera sido publicar adecuadamente la puntualizaci¨®n y la carta de la Universidad de Puebla. Lamentablemente, no se hizo.
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