Perfidia
Pedro S¨¢nchez se ve obligado a malgastar la mitad de sus energ¨ªas en eludir las zancadillas de los enemigos que tiene en casa
A estas alturas, el socialista Pedro S¨¢nchez debe de saber aquello tan socorrido que Winston Churchill le dijo a un joven diputado de su partido cuando le ense?aba la C¨¢mara de los Comunes: ¡°Tus adversarios se sientan en esa bancada de enfrente; tus enemigos se sentar¨¢n aqu¨ª, a tu lado¡±. S¨®crates equiparaba la inteligencia a la virtud. Seg¨²n este principio nadie es en verdad inteligente si no es a la vez una persona virtuosa. Pienso que tambi¨¦n es cierto lo contrario: no hay malvado que en el fondo no sea est¨²pido y no existe est¨²pido que al final no resulte peligroso. Este principio socr¨¢tico es aplicable al Partido Socialista. El doble juego entre la maldad y la estupidez lo est¨¢ soportando ahora directamente el nuevo secretario general, Pedro S¨¢nchez, a cargo de algunos compa?eros de la propia ejecutiva. Muchos votantes socialistas tal vez piensen que Pedro S¨¢nchez es un pol¨ªtico sin garra, de poco peso, e incluso que su f¨ªsico de gal¨¢n parad¨®jicamente podr¨ªa jugar en su contra en un pa¨ªs como este con tanta gente de cuello corto y cara de cabreo por haber follado poco. Este l¨ªder socialista, todav¨ªa en agraz, est¨¢ tratando a duras penas de salvar la cara del partido, pero se ve obligado a malgastar la mitad de sus energ¨ªas en eludir las zancadillas de los enemigos que tiene al lado. Es el caso de ese encuentro con el l¨ªder de Podemos tramado en secreto a sus espaldas por el inevitable Jos¨¦ Bono, especialista en dar untuosas pu?aladitas a los suyos como sin querer y el expresidente Zapatero, que despu¨¦s de pisar tantos charcos nadie sabe si es torpe o malvado. El placer de autolesionarse es ya un rito socialista, una forma s¨¢dica de ideolog¨ªa. Esa reuni¨®n es el ejemplo del nexo socr¨¢tico que existe entre la estupidez y la ambici¨®n, la frivolidad y la perfidia ratonera, un doble juego que lleva directamente al desolladero.
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