Relato del fracaso
"Nuestros gobernantes, a los que en gran medida les gusta la comparaci¨®n con la empresa privada, tienen que reconocer su fracaso en la gesti¨®n de la salud"
Carta de la semana: Relato del fracaso
No soy fan de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, pero, como m¨¦dico, tengo que admitir que esta semana ha resumido en unas pocas l¨ªneas el problema de las urgencias ¡°estacionales¡±. Nuestros gobernantes, a los que en gran medida les gusta la comparaci¨®n con la empresa privada, tienen que reconocer su fracaso en la gesti¨®n de las circunstancias en problemas de salud, mucho m¨¢s importantes que el turismo estacional.
Sebasti¨¢n Salvador. Correo electr¨®nico
Una visi¨®n de las mujeres
Hace tres d¨ªas falleci¨® mi padre. Yo, que leo La zona fantasma de Javier Mar¨ªas cada domingo, acabo de acordarme del art¨ªculo de hace unas semanas, Las mujeres son m¨¢s j¨®venes (4-1-2015). Mi madre est¨¢ triste y agotada hasta tal punto que no ha querido ni ponerse las gafas para leer. Se lo he le¨ªdo en alto. A¨²n le dura la sonrisa mientras escribo esto desde el m¨®vil y la vigilo con el rabillo del ojo. Gracias por esa visi¨®n de las mujeres: el art¨ªculo le ha devuelto a mi madre la primera de las muchas sonrisas que espero vengan pronto.
Carmen Nieves Colomo. Correo electr¨®nico
Los males de Argentina
Soy un jud¨ªo escapado del nazismo, criado en Argentina y opuesto al sionismo. Leo habitualmente los art¨ªculos de Mart¨ªn Caparr¨®s sobre Argentina y me encuentro con que tambi¨¦n habla de Israel en su cr¨®nica Las v¨ªctimas de las v¨ªctimas, publicada el 1 de febrero de 2015. Cuenta muy bien las inhumanas tropel¨ªas de Israel contra los palestinos y lo felicito por ello, pero me llama la atenci¨®n que, de vez en cuando, introduce alg¨²n comentario que podr¨ªa parecer equidistante o comprensivo (¡°Como en toda guerra, todos tienen raz¨®n y ninguno la tiene¡±).
Me llama la atenci¨®n porque no tiene esos raptos de ecuanimidad cuando habla del actual Gobierno argentino. En este caso, es un cr¨ªtico implacable que solo se?ala defectos que han sido comunes a casi todos los Gobiernos que yo recuerde, no pudiendo tampoco esperarse nada distinto de la actual oposici¨®n. Pero nunca hay el m¨¢s m¨ªnimo reconocimiento hacia una pol¨ªtica que, eso s¨ª que es original, tiende a beneficiar tambi¨¦n a los m¨¢s pobres y a no considerar que los m¨¢s ricos y la clase media son los ¨²nicos que cuentan. En particular, la mayor¨ªa de la clase media argentina se comporta como si cada cosa que reciben los pobres se la estuvieran robando a ella. Creo que Caparr¨®s no debiera dar la sensaci¨®n de que todos los males de Argentina nacen de este Gobierno y que bastar¨ªa con quitarlo para suprimirlos. En ese caso, los pobres volver¨ªan a ser los olvidados de siempre.
Kurt Brainin. Buenos Aires
La epidemia del hambre
En El Pa¨ªs Semanal del 17 de diciembre de 2014 se public¨® un reportaje sobre el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, que trata de ¡°combatir las epidemias m¨¢s peligrosas del mundo¡±. Hoy se lucha, de modo preferente contra el ¨¦bola. Normal.
Solo merecen elogios quienes se empe?an en eliminar las enfermedades o en paliar sus consecuencias. Existe una epidemia que da?a a gran parte de la poblaci¨®n mundial y que para su erradicaci¨®n no se necesitan ni medicinas, ni m¨¦dicos, ni enfermeras, ni hospitales. Se trata del hambre, que, como se sabe, se cura con alimentos. Esta epidemia mata cada mes a varios miles de personas, ni?os en su mayor¨ªa.
Esas muertes se seguir¨¢n produciendo, seg¨²n creo, por dos motivos principales: porque el mal no es contagioso y porque no afecta a la poblaci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s adelantados. En Atlanta, dicen los especialistas que se debe combatir el ¨¦bola invirtiendo en sistemas de salud globales.
Se debe combatir el hambre invirtiendo en sistemas de alimentaci¨®n globales si de verdad se desea acabar con esta epidemia.
Arsenio S¨¢enz de Miera. Madrid
Sentimientos y trabajo
Carmen Iglesias, la mujer del curr¨ªculo brillante, es entrevistada en El Pa¨ªs Semanal del 1 de febrero pasado. A medida que iba leyendo no he podido dejar de asombrarme por la capacidad de ret¨®rica que tiene, por todos sus logros, por cada uno de sus mensajes. Desde el principio abordan el tema del papel de la mujer en el siglo XXI. Y me ha dado verg¨¹enza encontrarme a m¨ª misma pensando ¡°y con todo ese trasiego de vida, de estudios, de batallas ganadas¡, ?cu¨¢ndo ha tenido tiempo para su vida personal?¡±. Y me he dado bastante asco, porque nunca nos planteamos eso cuando es un hombre el que lo logra.
Tengo 21 a?os, me da miedo haberme preguntado por la vida sentimental de Iglesias y m¨¢s miedo me da que mi generaci¨®n est¨¦ vendiendo su libertad al mejor postor.
Victoria Salas. Correo electr¨®nico
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