El cambio sensato
Queremos ayudar a los ciudadanos para que tomen sus propias decisiones
Los espa?oles tenemos mucho de lo que enorgullecernos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Contrariamente a lo que sugieren muchos que critican todo lo construido desde la Transici¨®n, entre los a?os 1978 y el 2000, Espa?a experiment¨® un per¨ªodo de creciente convergencia econ¨®mica y pol¨ªtica con Europa. Desde la Constituci¨®n democr¨¢tica, hasta la entrada en el euro, pasando por la entrada en la OTAN o en la Uni¨®n Europea, Espa?a fue cumpliendo hitos hacia un futuro com¨²n con Europa. Y a medida que el pa¨ªs se hac¨ªa m¨¢s libre y democr¨¢tico, la econom¨ªa crec¨ªa. En esos a?os creamos una democracia imperfecta, pero que mejoraba cada a?o, un sistema sanitario excelente, y un Estado de bienestar que redujo enormemente la pobreza.
Desgraciadamente, y aunque los espa?oles no fuimos conscientes de ello, tras la entrada en el euro el proceso de convergencia se detuvo y Espa?a entr¨® en un camino muy diferente del que hab¨ªa seguido con anterioridad. El euro permiti¨® unos a?os de dinero f¨¢cil, de gasto suntuario en ciudades de las artes y la cultura, de pelotazos, de corrupci¨®n, de capitalismo de malet¨ªn y de ¡°amiguetes¡±. No hay indicador m¨¢s claro de este cambio que el abandono escolar, que, tras haberse reducido continuamente durante dos d¨¦cadas, invirti¨® su tendencia en el 2000 hasta convertirse en uno de los mayores de Europa. Los j¨®venes recib¨ªan la se?al de que, con el dinero f¨¢cil, no hac¨ªa falta estudiar, sino empezar a trabajar, cuanto antes, y preferentemente en la construcci¨®n. La (relativa) dicha del dinero f¨¢cil fue breve: tras unos a?os de vivir el espejismo de un crecimiento sin productividad, alimentado por el ladrillo, la burbuja explot¨® y nos sumergimos en una profunda crisis.
La burbuja, y la cultura del pelotazo, los chanchullos y los enchufes nos han dejado con una Espa?a que no est¨¢ preparada para competir en el mundo de la globalizaci¨®n, ni en la revoluci¨®n de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n: el fracaso de nuestro sistema educativo, el vaciamiento de los principios del m¨¦rito y la capacidad en el sector p¨²blico, la desaparici¨®n de miles de pymes, en muchos casos por retrasos e impagos del sector p¨²blico, dejan una econom¨ªa que tendr¨¢ muchos problemas para generar el crecimiento necesario para acabar con el paro, asegurar la sostenibilidad del Estado de bienestar y el futuro de nuestros hijos. Adem¨¢s, el reparto del coste de la crisis ha sido brutalmente injusto: los j¨®venes y los desempleados de larga duraci¨®n han visto recortadas radicalmente sus oportunidades. Es dif¨ªcil construir una vida desde la precariedad.
Hemos vivido demasiados a?os en la corrupci¨®n y en el chanchullo
Ahora se trata de reconducir a Espa?a a la senda del crecimiento econ¨®mico, la igualdad de oportunidades, la cultura del esfuerzo y la honestidad, y la profundizaci¨®n de la democracia por la que se hab¨ªa encaminado tras la Transici¨®n. Para ello necesitamos un modelo de crecimiento basado en el conocimiento y en la formaci¨®n, en el esfuerzo y en el m¨¦rito. Espa?a necesita una revoluci¨®n educativa e institucional que permita a los espa?oles recuperar la confianza en que el futuro ser¨¢ mejor que el presente, que nuestros hijos podr¨¢n aspirar a una vida mejor que la que nosotros disfrutamos.
Para lograr este objetivo no existen atajos ni soluciones m¨¢gicas, sino buenas pol¨ªticas basadas en la experiencia de otros pa¨ªses. Existen sociedades, sobre todo en el norte de Europa, que han demostrado ser capaces de combinar la flexibilidad para encajar en la econom¨ªa mundial con la igualdad de oportunidades y la seguridad para sus ciudadanos. El programa econ¨®mico que presentaremos este martes 17 de febrero en Madrid intenta orientar a nuestra econom¨ªa e instituciones en esa direcci¨®n.
Se trata de cambiar, de reformar, de regenerar, s¨ª. Hemos vivido demasiados a?os en la corrupci¨®n y en el chanchullo. Pero se trata de hacerlo desde la sensatez, desde la seguridad, manteniendo la confianza tanto de los espa?oles como de los extranjeros que nos deben prestar cientos de miles de millones cada a?o para refinanciar nuestra deuda y el d¨¦ficit p¨²blico.
Frente a visiones intervencionistas de la regeneraci¨®n que Espa?a necesita, los ciudadanos son el centro de nuestra actuaci¨®n. Queremos capacitar y ayudar a los ciudadanos para que tomen sus propias decisiones, pero para ello necesitan toda la informaci¨®n sin trampas. Por ello, el cambio que proponemos parte no solo de la seguridad y la confianza, sino tambi¨¦n de la transparencia.
Nos comprometemos en nuestro programa a instaurar un riguroso programa de evaluaci¨®n continua
Nuestro programa econ¨®mico tiene cuatro prioridades. La primera es la de luchar por asegurar un salario digno y por eliminar las causas de la desigualdad y la pobreza. La segunda es asegurar la educaci¨®n de nuestros j¨®venes para la econom¨ªa del conocimiento. La tercera, facilitar la innovaci¨®n y el crecimiento de las empresas y la actividad de los aut¨®nomos. Y la cuarta, asegurar una fiscalidad justa, la sostenibilidad del gasto p¨²blico y del Estado de bienestar, y la lucha contra la corrupci¨®n y por unas instituciones transparentes.
Nuestras propuestas tratan de reflejar las mejores pr¨¢cticas de otros pa¨ªses y la mejor evidencia sobre lo que funciona. Pero cada pa¨ªs es diferente, y lo que funciona en uno puede no funcionar en otro. Por ello nos comprometemos en nuestro programa a instaurar un riguroso programa de evaluaci¨®n continua de todas las pol¨ªticas, de forma que aquellas que no funcionen como deseamos sean redise?adas o eliminadas.
Las propuestas que haremos el martes no ser¨¢n un punto final. Al contrario, abriremos un debate con la sociedad sobre nuestras propuestas, de modo que podamos incorporar las mejores ideas de todos. Pretendemos que este documento se discuta en las redes sociales Twitter, y Facebook, en hogares, en escuelas, en Universidades, en empresas y Administraciones. Pretendemos que sea un documento vivo, que cambie y evolucione con las aportaciones de todos los ciudadanos.
Albert Rivera es presidente de Ciudadanos y Luis Garicano es catedr¨¢tico de Econom¨ªa y Estrategia de la LSE y coordinador del programa econ¨®mico de Ciudadanos.
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