Un muro contra el terrorismo
Copenhague y Par¨ªs revelan la conexi¨®n del islamismo y la extrema derecha
Los atentados en Copenhague parecen como una r¨¦plica de los que golpearon Par¨ªs hace un mes. En Par¨ªs y en Copenhague, las v¨ªctimas fueron las mismas: defensores de la libertad de expresi¨®n, librepensadores, caricaturistas, antirracistas, polic¨ªas, jud¨ªos. La misma ideolog¨ªa mort¨ªfera, el islamismo, armaba a los terroristas.
Estos asesinatos son m¨¢s que la aplicaci¨®n del proyecto macabro y totalitario de los asesinos. Tienen el prop¨®sito de radicalizar a las sociedades afectadas, para incitar un cara a cara entre el islamismo y la extrema derecha. Ambos comparten la misma visi¨®n, la de un mundo amenazado por un choque de civilizaciones en el cual el frente ser¨ªa una Europa al borde de una guerra civil.
Recordemos que Breivik, el asesino de Oslo y Utoya, reclam¨® el testimonio de los islamistas en el tribunal para validar su visi¨®n fan¨¢tica del mundo.
El atentado antisemita en Copenhague pertenece, como el de Par¨ªs, al terrible aumento del antisemitismo ¡ªcada vez m¨¢s violento y mort¨ªfero¡ª en nuestro continente. El ataque a Charlie Hebdo forma parte de una lucha hist¨®rica contra la libertad de expresi¨®n y el derecho a la blasfemia, que empez¨® en Copenhague y que ha tenido una resonancia particular en Par¨ªs. La publicaci¨®n en Charlie Hebdo de las caricaturas de Mahoma que aparecieron en Jyllands Posten en 2005 es la causa de que la revista haya sido objeto de amenazas desde hace varios a?os.
?C¨®mo no resultar profundamente afectado por la indiferencia en la cual se ha desarrollado el antisemitismo durante estos ¨²ltimos a?os? ?C¨®mo se pueden olvidar las cr¨ªticas acerbas de algunas personas que se quejaron cuando decid¨ª apoyar ¡ªlo que me parec¨ªa absolutamente justo¡ª a Flemming Rose, el periodista del Jyllands Posten que hab¨ªa publicado las caricaturas? ?C¨®mo no recordar que se pueden contar con los dedos de la mano el n¨²mero de personas e instituciones que respald¨® al asesinado dibujante Charb y al equipo de Charlie despu¨¦s del incendio que devast¨® la sede del peri¨®dico en 2011, mientras se escrib¨ªan textos abyectos acus¨¢ndoles de ser una publicaci¨®n racista?
Los Gobiernos tienen que implicarse y hablar con claridad sobre lo que hay detr¨¢s de los atentados
Esperemos ahora que estos atentados aporten una aclaraci¨®n sustancial al debate sobre la libertad de expresi¨®n y el derecho de blasfemia. Si ha habido jud¨ªos entre las v¨ªctimas es porque el proyecto islamista es fundamentalmente antisemita; de la misma forma que es contrario a la igualdad entre los sexos y defiende un pensamiento hom¨®fobo y racista.
Si los periodistas de Charlie Hebdo y las personas presentes en el centro cultural Krudtt?nden en ?sterbro fueron blanco de disparos es simplemente porque est¨¢n implicados en la lucha contra el racismo y contra el antisemitismo, por las libertades civiles y los derechos humanos; es decir, porque defienden la democracia. Los islamistas atacaron a quienes protegen la sociedad contra la propaganda del odio. Fueron atacados porque son antirracistas, y no racistas como algunos proclaman equivocadamente. De la misma forma que nuestros compa?eros, los j¨®venes socialdem¨®cratas, fueron asesinados porque representan una barrera democr¨¢tica contra un proyecto odioso.
Al analizar estos atentados hay que observar con lucidez la ideolog¨ªa de odio que es el islamismo y su naturaleza totalitaria, antidemocr¨¢tica, antisemita y racista. Tambi¨¦n necesitamos evaluar el avance del antisemitismo, cada vez m¨¢s virulento y letal, que no cesa de aumentar en cada rinc¨®n de nuestro continente.
No hay que caer en la trampa que los asesinos tienden a nuestras sociedades. Hay que evitar una radicalizaci¨®n sobre bases racistas. La consecuencia principal de esta radicalizaci¨®n ser¨ªa marginar a las fuerzas democr¨¢ticas y, al mismo tiempo, dar p¨¢bulo a los portadores de ideolog¨ªas de odio (islamistas y extrema derecha).
Resistir a esta tentaci¨®n y continuar la lucha en favor de la democracia es la ¨²nica reacci¨®n v¨¢lida. Pero hay que tener en cuenta adem¨¢s el compromiso de aquellos asesinados por las balas de los terroristas y de aquellos a los que estaban destinadas. Eso supone que los Gobiernos se impliquen en hablar con claridad de lo que hay detr¨¢s de los atentados.
Adem¨¢s, son necesarias medidas adicionales, no solo para la protecci¨®n de las instituciones y personas m¨¢s vulnerables a los ataques terroristas, sino tambi¨¦n para movilizar el papel del Estado, sobre todo en las ¨¢reas de justicia y educaci¨®n, con el fin de promover con m¨¢s vigor los valores de democracia, el rechazo absoluto del antisemitismo y del racismo, y de proteger a la sociedad contra todos los que quieren destruirla.
Esto implica un apoyo rotundo a las organizaciones de derechos humanos para que puedan trabajar a nivel de base, tanto real como virtual, para poner en marcha iniciativas contra el antisemitismo y el racismo, iniciativas que las instituciones oficiales no consideran ahora prioritarias.
Todo ello implica comprometernos a dar forma a los proyectos nacionales y europeos que contrarresten los proyectos de odio que tengan como fundamento el islamismo y sus aliados de la extrema derecha.
Las manifestaciones del 11 de enero en Par¨ªs, as¨ª como nuestras experiencias de movimientos de base en toda Europa, demuestran un intenso y amplio sentido de pertenencia a los valores democr¨¢ticos; son esos mismos valores los que deben ser nuestra gu¨ªa y nuestro objetivo renovado.
Benjamin Abtan es presidente del Movimiento Antirracista Europeo (EGAM).
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