Espaldarazo al euro
El acuerdo del Eurogrupo sobre Grecia evita un p¨¢nico financiero y encauza a la izquierda radical
Contra los pron¨®sticos de los profesionales del pesimismo, el acuerdo alcanzado anoche en el Eurogrupo sobre el inmediato futuro de la crisis griega y la continuidad del segundo rescate constituye una estupenda noticia. Aunque queden los flecos de algunas ratificaciones parlamentarias, previa presentaci¨®n por Atenas, el lunes, de un amplio cat¨¢logo de reformas. Y, sobre todo, la que sin duda ser¨¢ dur¨ªsima tarea de fondo: dise?ar el tercer rescate o programa de reflotaci¨®n de Grecia, para que entre en vigor dentro de cuatro meses.
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Es una gran noticia sobre todo por sus efectos inmediatos, pues debe evitar todo riesgo de p¨¢nico financiero derivado de un colapso de la econom¨ªa griega (por no hablar de su salida del euro). Se trataba de un horizonte del todo indeseable: la ruptura de la eurozona pondr¨ªa en cuesti¨®n la irreversibilidad de la moneda ¨²nica, y por tanto, la estabilidad de todos y cada uno de sus miembros. En este sentido, el acuerdo es, ante todo, un espaldarazo a la vigencia del euro como proyecto pol¨ªtico.
Sin llegar a las ya vencidas hip¨®tesis m¨¢s dram¨¢ticas, la crisis griega ¡ª que ahora vuelve a quedar bajo control tras un mes plagado de inc¨®gnitas derivadas del cambio de gobierno en Atenas¡ª, contribu¨ªa negativamente al estancamiento de la eurozona, principal problema interno de la Uni¨®n, hoy por hoy. Su canalizaci¨®n debe posibilitar que el Eurogrupo se dedique a lo esencial: afianzar una fuerte estrategia de crecimiento econ¨®mico, que al cabo ser¨¢ la mejor medicina para las econom¨ªas vulnerables, y singularmente, la griega.
El acuerdo simboliza tambi¨¦n que, en Europa, la l¨®gica pol¨ªtica de la negociaci¨®n sigue imponi¨¦ndose a las tentaciones unilateralistas del signo que sean. Y subraya la inteligencia inclusiva de la Uni¨®n, capaz de integrar energ¨ªas dispares e ins¨®litas ¡ªen ocasiones inc¨®modas, desafiantes o simplemente desmedidas¡ª , como las de la biso?a y temperamental izquierda radical griega. Que, a su vez, realiza un ¨²til ejercicio de realismo por el cual podr¨¢ encauzar mejor sus empe?os, anteponiendo el recuerdo de que los socios son, antes que discrepantes o rivales, eso: socios vinculados por lealtades comunes.
Los pilares para el acuerdo quedaron asentados desde el momento en que el Gobierno de Syriza renunci¨® a sus dos principales envites: la condonaci¨®n de la deuda y la cancelaci¨®n del segundo programa de rescate. Con sagacidad, Alemania y los otros miembros de la eurozona han sabido responder a estas claras renuncias con flexibilidad en los m¨¢rgenes presupuestarios y la orientaci¨®n concreta de algunas medidas y reformas que permitan aliviar las calamidades sociales de aquel pa¨ªs.
En el aspecto m¨¢s emocional de la negociaci¨®n, las promesas de lealtad del ministro Yanis Varoufakis y el reconocimiento del presidente Jean-Claude Juncker, de haber ¡°pecado¡± contra la dignidad de los griegos contribuyeron a sustituir la antipat¨ªa mutua por una nueva empat¨ªa. Ojal¨¢ siga.
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