La marca de gafas que enloquece a los gur¨²s de la inform¨¢tica
Warby Parker, una marca de moda de m¨¢xima tendencia, es la empresa tecnol¨®gicamente m¨¢s innovadora, por delante de los gigantes de Silicon Valley
Ni Apple ni Google ni Instagram. La famosa lista anual que publica la revista Fast Company sit¨²a a una marca de moda como la empresa tecnol¨®gicamente m¨¢s innovadora. Los gigantes de Silicon Valley, que ocupan el segundo, cuarto y quinto puesto, respectivamente, han perdido la partida frente a Warby Parker, una firma de monturas de gafas que comercializa modelos de m¨¢xima tendencia. Aunque poseen varias tiendas f¨ªsicas, el grueso de su negocio procede de Internet. Una apuesta, cuanto menos, arriesgada, dado que el mercado de las lentes, adem¨¢s de estar copado por firmas de renombre (de Prada a Dolce & Gabbana y la mayor parte de las ense?as de lujo conocidas), se basa en las cientos de pruebas que el consumidor realiza frente al espejo del establecimiento.
En 2010, cuatro compa?eros de la universidad de Pennsylvania, Neil Blumenthal, Andrew Hunt, David Gilboa y Jeffrey Raider, lanzaron este peculiar proyecto con poco m¨¢s de 2.000 euros provenientes del fondo acad¨¦mico. Lo bautizaron Warby Parker en honor a dos personajes del escritor Jack Kerouac y establecieron su sede en Nueva York. Un a?o despu¨¦s hab¨ªan logrado cerca de 40 millones de euros en financiaci¨®n, pose¨ªan cerca de un centenar de empleados y hab¨ªan despachado m¨¢s de 100.000 gafas. A d¨ªa de hoy empresas del sector tecnol¨®gico, American Express o Mike Drexler, CEO de la firma de moda J.Crew, han invertido en una marca que durante 2014 vendi¨® un mill¨®n de productos.
La clave de su ¨¦xito reside, como apuntaba la revista GQ, en ser ¡°El Netflix de las lentes¡±. Como el famoso videoclub americano, Warby Parker basa su estrategia en adelantarse a los gustos de sus consumidores antes de que ellos mismos contemplen siquiera la opci¨®n. Adem¨¢s del modelo elegido, la marca env¨ªa a casa otros cuatro seleccionados en funci¨®n de las elecciones de navegaci¨®n que el usuario ha hecho en su p¨¢gina web. Aquella montura que ha mirado pero no le convenc¨ªa del todo, esas gafas de sol que adjunt¨® a la cesta de compra para descartarlas en el ¨²ltimo momento o las monturas similares en tama?o y forma a las finalmente adquiridas. Todas se pueden probar a domicilio, durante cinco d¨ªas y sin coste adicional. A juzgar por su espectacular volumen de ventas, el ratio de devoluci¨®n es casi inexistente.
¡°?Es Warby Parker demasiado bueno para durar?¡±, se preguntaba hace unos meses Wired, la biblia de los tecn¨®filos. Lo cierto es que para mantener su crecimiento, la empresa est¨¢ equilibrando la estrategia digital con la apertura de puntos de venta f¨ªsicos. Sin embargo, su secreto mejor guardado sigue siendo Carl Anderson, un matem¨¢tico formado en laboratorios m¨¦dicos que hoy lidera el departamento de an¨¢lisis de datos de la firma. Su papel se basa en rastrear y recopilar los cientos de indicios que cada d¨ªa dejan los usuarios en la p¨¢gina web, analizarlos y crear algoritmos que interpreten la demanda, los deseos de compra y los posibles fallos de cada colecci¨®n.
No es ¨²nicamente el dise?o o el precio (menor que el de la mayor¨ªa de las monturas de firma) lo que ha convertido a Warby Parker en ¡°la primera gran marca creada en Internet¡±, como afirma Fast Company, sino la aplicaci¨®n del Big Data al comportamiento del consumidor. Su ejemplo abre un lucrativo camino hacia la uni¨®n de la ciencia computacional y la predicci¨®n de tendencias. Por lo pronto, ha logrado que los medios especializados en tecnolog¨ªa aplaudan una iniciativa dedicada a la moda y antepongan sus m¨¦ritos a los del todopoderoso imperio de la manzana.
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