?D¨®nde?

Sorprende la alegr¨ªa con la que los partidos pol¨ªticos de siempre reciben las noticias relacionadas con supuestas irregularidades de Podemos. Antes incluso de verificarlas m¨ªnimamente se lanzan a los m¨ªtines y a las tertulias televisivas para proclamar que son como ellos. ?Sois como nosotros!, gritan con un alborozo que nos sume en la estupefacci¨®n. Las manifestaciones de contento frente al menor indicio de que se pueda coger con las manos en la masa (en la masa donde ellos ya tienen las suyas) a un dirigente de la nueva formaci¨®n, rebasan lo humanamente inteligible. Con independencia de que para alcanzar el grado de corrupci¨®n del PSOE de Felipe Gonz¨¢lez, el de los ERE subvencionados por la Junta de Andaluc¨ªa, o el de la G¨¹rtel del PP, se requieren unas aptitudes de las que muy pocos disponen, lo verdaderamente llamativo es que no sepan disimular su regocijo frente a lo que sumir¨ªa en la tristeza a cualquier persona sensata. Si ma?ana Pablo Iglesias atropellara, intencionadamente o no, a una pobre anciana en un paso de cebra, le har¨ªan una fiesta, quiz¨¢ modificaran las leyes para que pudiera formar parte del Consejo de Estado.

?No se dan cuenta de lo que dicen de s¨ª mismos al hablar as¨ª de los otros? Luego est¨¢ el asunto de Venezuela como proyecto oculto del p¨¦rfido Monedero, cuando lo ¨²nico evidente es que Rajoy nos ha convertido en Argentina con su programa acelerado de destrucci¨®n de las clases medias. Hubo un tiempo en el que en Espa?a se vend¨ªa el Segunda Mano m¨¢s que ning¨²n otro peri¨®dico porque con sus anuncios de compra y venta nos explicaba la realidad mejor que todos los dem¨¢s. ?D¨®nde est¨¢ el Segunda Mano de nuestra ¨¦poca capaz de explicarnos lo que pasa informativamente hablando con Podemos?