Tranquilo, tienes m¨¢s tiempo libre del que crees: c¨®mo identificarlo
Cada vez decimos que estamos m¨¢s ocupados pero los datos aseguran que es todo lo contrario. ?Qu¨¦ provoca este enga?o?
Hay un conflicto poco comentado en nuestras agendas, uno que libran los datos y la cultura. Los primeros aseguran que en la actualidad trabajamos menos horas a la semana (y que dormimos menos tambi¨¦n). La segunda, sin embargo, vuelve siempre a la sensaci¨®n de que estamos m¨¢s ocupados que nunca y que el tiempo libre es cada vez m¨¢s escaso. Es decir: en todo el mundo estamos menos ocupados de lo que nos gusta hacernos creer. As¨ª lo cree el soci¨®logo estadounidense John Robinson, de la Universidad de Maryland, que se dedica a investigar en qu¨¦ emplean el tiempo sus compatriotas comparado con c¨®mo lo hac¨ªan en los ¨²ltimos 50 a?os. Su conclusi¨®n es que la frase "?ltimamente ando muy ocupado" es m¨¢s una expresi¨®n que otra cosa.
Es el sentido de alienaci¨®n el que ha cambiado. El tiempo de descanso o de recogimiento se ha vuelto sospechoso para la sociedad Laura Su¨¢rez, centro de investigaciones de psicoan¨¢lisis, medicina y sociedad de Paris VII-Diderot
En Espa?a, en las encuestas m¨¢s recientes del Instituto Nacional de Estad¨ªstica sobre empleo del tiempo, los datos van por el mismo camino. Si en 2003, una encuesta sobre empleo del tiempo dec¨ªa? que los espa?oles dorm¨ªamos una media de 8,48 horas diarias y dedic¨¢bamos 7,49 a trabajos remunerados, el ¨²ltimo estudio reduce esos par¨¢metros. En julio de 2011 dedic¨¢bamos siete horas a la semana laboral y dorm¨ªamos una media de ocho horas. Lo cual lleva a la terrible pregunta: ?qu¨¦ ha pasado con nuestro tiempo libre?
¡°Me parece que eso tiene que ver con algo que la filosof¨ªa y la sociolog¨ªa cr¨ªtica de inspiraci¨®n marxista subrayan desde hace varias d¨¦cadas: que el tiempo de ocio integra la sensaci¨®n de alienaci¨®n propia del tiempo de trabajo porque, entre otras cosas, sigue sometido a las exigencias tradicionalmente propias del trabajo", opina Laura Su¨¢rez, investigadora asociada del Centro de Investigaciones en Psicoan¨¢lisis, Medicina y Sociedad de Paris VII-Diderot. "Esto es: la rendici¨®n de cuentas (v¨ªa redes sociales, por ejemplo), la falta de autonom¨ªa (propia de sociedades donde la emancipaci¨®n se asocia a la libertad de consumo y no a la libertad de pensamiento) y la automatizaci¨®n de la vida y de las emociones¡±. Asegura Robinson que cuando pregunt¨® a ciudadanos norteamericanos sobre la cantidad de horas diarias que dedicaban a dormir, la mayor¨ªa ten¨ªa la sensaci¨®n de dormir menos cuanto m¨¢s dicen que est¨¢n ocupados. Como si repetir una sentencia la convirtiera en cierta. Adem¨¢s Robinson apunta que para los encuestados, estar muy ocupado es sin¨®nimo de ser importante, relevante en una empresa.
Llevarse el trabajo a casa, tener el correo encima todas las horas del d¨ªa, diluir los usos de los dispositivos m¨®viles entre lo personal y profesional alimenta el agotamiento y sensaci¨®n de poco espacio libre
Llevarse parte del trabajo a casa y dejarlo sobre la mesa, mientras te repites una y otra vez que tienes trabajo que hacer, dilata la sensaci¨®n de estar sometido a la jornada laboral, aunque no est¨¦s de hecho con las manos en la masa. Llevar el correo encima todas y cada una de las horas del d¨ªa, diluir los usos de los dispositivos m¨®viles entre lo personal y profesional sin establecer una clara separaci¨®n tambi¨¦n alimenta el agotamiento y sensaci¨®n de poco espacio libre. ¡°Pienso que fundamentalmente es el sentido de alienaci¨®n el que ha cambiado", sentencia Laura Su¨¢rez. "El tiempo de descanso o de recogimiento se ha vuelto sospechoso para una sociedad donde los reg¨ªmenes de placer y las formas de desear han sido adaptadas a un patr¨®n ¨²nico marcado por la aceleraci¨®n del tiempo de la vida y la acumulaci¨®n de experiencias de goce pr¨ºt-¨¤-porter".
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