Un hermano en la ¡®nube¡¯
La historia del m¨®vil robado en EE UU y hallado en China se convierte en un fen¨®meno viral
Si hubiera echado una botella en el mar pidiendo ayuda para encontrar su tel¨¦fono m¨®vil robado y alguien le hubiera contestado ¡°lo tengo yo¡± no hubiera resultado m¨¢s ins¨®lito ¡ªe improbable¡ª que lo que le ocurri¨® a Matt Stopera. Este joven norteamericano se encontraba en un bar de Nueva York e hizo lo que siempre se desaconseja: beber y dejar de vigilar sus pertenencias. Cuando se dio cuenta, el m¨®vil que hab¨ªa dejado sobre la mesa, un apetitoso iPhone, hab¨ªa desaparecido.
Constatada su desgracia, jam¨¢s pens¨® que pudiera recuperarlo. Pero los caminos digitales pueden ser tan largos e inescrutables como los de Dios, y a veces tambi¨¦n llevan a buen puerto. Un a?o m¨¢s tarde observ¨® que en el ¨¢lbum de fotos que ten¨ªa en la nube de Apple aparec¨ªa de repente un simp¨¢tico chino que se hac¨ªa selfis frente a un naranjo. En Appel le dieron la clave del misterio: los ladrones se hab¨ªan olvidado de inactivar el dispositivo de almacenamiento autom¨¢tico en iCloud.
Stopera trabajaba en la revista digital Buzzfeed y pens¨® que no pod¨ªa desperdiciar tan extra?a aparici¨®n, de modo que public¨® un art¨ªculo con fotos del desconocido del naranjo. La historia viaj¨® allende los mares, en su botella digital, hasta China, donde otro periodista la abri¨® y encontr¨® que la historia ten¨ªa su gracia, de modo que la tradujo y la lanz¨® por Weibo, el Twitter chino.
Por una extra?a carambola, pronto se convirti¨® en un fen¨®meno viral, con decenas de miles de navegantes buscando al que ya se hab¨ªa convertido en el hermano del naranjo. Result¨® ser Li Hongjun, que hab¨ªa comprado el tel¨¦fono sin saber que era robado. Como toda buena historia tiene que tener un buen final, los dos propietarios del itinerante iPhone entraron por fin en contacto y quedaron. En China. Lo que el ladr¨®n ha unido, que no lo separe la distancia.
As¨ª son las cosas en la Red. De repente, alguien que ha sido protagonista de un robo de lo m¨¢s frecuente puede acabar teniendo 180.000 seguidores y ser recibido con honores de estrella del rock en China. La gracia estar¨ªa ahora en identificar las muchas manos por las que ha pasado el aparato, que no viaj¨® precisamente en una botella desde aquel bar de Nueva York hasta la ciudad de Meizhou, en Guandong. Esa historia ya tiene menos gracia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.