¡°Soy afortunado por poder contar mi experiencia a otros¡±
Este ingeniero tanzano perdi¨® mucho tiempo libre de su infancia en ir al pozo m¨¢s cercano Ya adulto, trabaja para que los ni?os de su pa¨ªs no pasen por lo mismo
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Gaspari Gratian Kabahaula (Tanzania, 1977) tuvo a bien venir al mundo en uno de tantos pa¨ªses donde conseguir agua potable no es algo tan sencillo como abrir un grifo y ver c¨®mo cae. ?l naci¨® en Kagera, regi¨®n que recibe el mismo nombre que el caudaloso r¨ªo que traza una frontera natural entre Tanzania y Ruanda y que es el principal contribuyente del inmenso lago Victoria, el mayor de ?frica. Gaspari y sus vecinos, sin embargo, no se vieron muy favorecidos pese a vivir en una regi¨®n bendecida por el este bien natural, pues el pozo m¨¢s cercano a su aldea se encontraba a tres horas de camino. Ellos eran parte de ese 46% de tanzanos sin acceso adecuado a recursos h¨ªdricos, seg¨²n datos de Unicef, un problema que cuesta al pa¨ªs un 1% de su PIB o, lo que es lo mismo, unos 190 millones de d¨®lares al a?o.
Hasta un tercio de las muertes de ni?os menores de cinco a?os en Tanzania est¨¢n relacionadas con la falta de higiene debida, en la mayor¨ªa de ocasiones, a la ausencia de agua. De esas defunciones, casi el 20% se producen por diarreas que podr¨ªan evitarse de contar con saneamientos y letrinas adecuados, agua limpia y pr¨¢cticas b¨¢sicas de limpieza como lavarse las manos con agua y jab¨®n. Esta labor, precisamente, solo la lleva a cabo antes de cocinar o comer un 20% de los tanzanos, seg¨²n Unicef. Con estas dificultades se cri¨® y sali¨® adelante el peque?o Gaspari, que pas¨® muchos a?os de su vida yendo y viniendo a ese pozo lejano para ayudar a su abuela, que le cri¨® a ¨¦l y a sus seis hermanos y hermanas. "En cuanto fui capaz [a los nueve a?os], comenc¨¦ a ir a por agua despu¨¦s de las clases. No pod¨ªa transportar grandes cantidades, llevaba solo una botella, que no es mucho, pero hab¨ªa que ayudar", relata.
El ni?o debi¨® tener mucho tiempo para pensar, tiempo malgastado en caminatas interminables cuando pod¨ªa haber estado haciendo deberes de la escuela, jugando con otros chicos o, simplemente, durmiendo, pues a veces ten¨ªa que ir antes de comenzar las clases. "Y no solo al pozo, otra de las tareas habituales consist¨ªa en llevar la ropa sucia al r¨ªo para lavarla", a?ade. En una de esas excursiones, decidi¨® que ser¨ªa ingeniero. "Quer¨ªa tener la oportunidad de dise?ar algo que contribuyera a dar soluciones y mejorar la vida de la gente", afirma."Una simple bomba de agua es sencilla de instalar y ayuda a muchas personas".
Pas¨® el tiempo y quedaron atr¨¢s los d¨ªas de ir al pozo, de esperar turno en largas colas de mujeres y ni?os que anhelaban lo mismo que ¨¦l y de cargar con garrafas hasta los topes durante horas. A los 15, Gaspari ingres¨® en el Instituto de Recursos H¨ªdricos de la antigua capital tanzana, Dar Es Salaam, donde al cabo de tres a?os obtuvo un diploma en ingenier¨ªa general y al cabo de otros cuatro consigui¨® el t¨ªtulo en Ingenier¨ªa de Suministros H¨ªdricos e Ingenier¨ªa de Saneamientos. Este fue el inicio de una mete¨®rica carrera que le ha colocado, a sus 37 a?os, en uno de los puestos de mayor responsabilidad de Ongawa, una organizaci¨®n espa?ola que lleva desde 1996 consagrada a mejorar el acceso al agua y los saneamientos en el pa¨ªs.
Un tercio de las muertes de menores de cinco a?os en Tanzania est¨¢n relacionadas con la falta de higiene
"?Sabes? Creo que las tecnolog¨ªas m¨¢s simples pueden ayudar a mejorar muchas cosas, especialmente en ?frica y, particularmente, en Tanzania". As¨ª lo ve el ingeniero, consciente de que en su pa¨ªs la pobreza a¨²n es un lastre que se constata echando un vistazo a su posici¨®n en el ?ndice de Desarrollo Humano, donde ocupa un modesto puesto 152 de 186. "Cada vez veo m¨¢s necesidades, pero tambi¨¦n m¨¢s oportunidades para el desarrollo", asevera.
Para ¨¦l, su raz¨®n de vivir reside en facilitar la vida a sus compatriotas, una motivaci¨®n que se acrecent¨® a¨²n m¨¢s gracias a su primer empleo: "Fue en un programa de asistencia a refugiados burundeses y ruandeses cerca del lago Tanganika. Estuve trabajando en situaciones de emergencia y en esos tiempos no hab¨ªa infraestructuras para esos desplazados", apunta. "Eran personas en situaci¨®n de necesidad, inseguros, vulnerables, y me encontr¨¦ con un problema: al estar en asentamientos informales, no ten¨ªa la oportunidad de construir nada que permaneciera en el tiempo, sent¨ª que quer¨ªa hacer algo que perdurase, que contribuyera al desarrollo de mi pa¨ªs".
Con este objetivo aterriz¨® en Ongawa, ¡ªpor entonces Ingenier¨ªa sin Fronteras¡ª como ingeniero y coordinador sobre el terreno de un programa de desarrollo en el distrito de Karatu, casi en la frontera con Kenia. Corr¨ªa el a?o 2004 y Gaspari se dedic¨® a dise?ar y supervisar infraestructuras hidrosanitarias, a capacitar a comunidades para que administraran bien sus recursos y a formar a artesanos locales en t¨¦cnicas de construcci¨®n y mantenimiento de pozos, letrinas y todo lo que tuviera que ver con saneamientos. De esta labor pas¨® a hacer lo mismo en el distrito de Same, tambi¨¦n en el norte, donde en 2007 solo el 37% de la poblaci¨®n ten¨ªa acceso a agua y ahora la cifra ha subido al 98% (unas 40.000 personas). Finalmente, acab¨® como coordinador de los programas de Ongawa relacionados con el desarrollo.
La falta de acceso a agua y saneamientos cuesta al pa¨ªs un 1% de su PIB
De lo que m¨¢s orgulloso se siente Gaspari es de haber dado acceso a miles de personas a agua limpia y de calidad y de haber mentalizado a comunidades enteras sobre la importancia de seguir medidas b¨¢sicas de higiene. A veces, el trabajo parece inabarcable, pero ¨¦l nunca se desanima, afirma. "Me digo que es una labor a largo plazo pues, de lo contrario, me desanimar¨ªa, pero cuando repaso los resultados y veo que se ha incrementado el uso de letrinas y las medidas de limpieza entre la poblaci¨®n, me siento muy satisfecho". Si en alg¨²n momento encuentra obst¨¢culos que le complican el trabajo, se auto motiva redoblando esfuerzos para encontrar una soluci¨®n lo antes posible.
"Es importante no parar, seguir trabajando a todos los niveles. no solo a nivel pol¨ªtico y ante grandes desastres. Hay que estar especialmente con los pueblos peque?os que no destacan tanto", asegura Gaspari. Y piensa en el suyo que, pese al paso de los a?os, no ha mejorado su situaci¨®n. "No ha vivido grandes mejoras, pero las consecuencias que experiment¨¦ cuando viv¨ªa all¨ª me han sido muy valiosas a la hora de movilizar y sensibilizar a otras comunidades que he asistido durante estos a?os", asevera. "Soy afortunado por poder contar mi experiencia a otros y ayudar a que sus vidas mejoren".
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