Amor y muelas
El d¨ªa en que cumpl¨ªa 59 a?os Josep Pla escribi¨® en su diario: ¡°He pensado en mi situaci¨®n, que es bastante tr¨¢gica. Prop¨®sitos en el retorno inmediato: ponerme el r?telier, casarme¡±.
Tras pasar el d¨ªa en N¨¢poles, ya de vuelta en el barco y recogido en su camarote, el 19 de marzo de 1956, d¨ªa en que cumpl¨ªa 59 a?os, escribe Pla en su diario: ¡°He pensado bastante en mi situaci¨®n, que es bastante tr¨¢gica. Prop¨®sitos en el retorno inmediato: ponerme el r?telier, casarme¡±.
As¨ª quiere poner orden en su vida solitaria de soltero empedernido: poni¨¦ndose una dentadura postiza y cas¨¢ndose. Desde luego una cosa tiene que ver con la otra, pues desdentado es m¨¢s dif¨ªcil encontrar novia. Sobre la relaci¨®n directa entre la ortodoncia y el amor tiene unas p¨¢ginas muy exaltadas Albert Cohen en su gran novela Bella del Se?or. En cuanto a Pla, huyendo del dolor de muelas se las hab¨ªa hecho expeditivamente arrancar una tras otra y luego se lamentaba de que no pod¨ªa comer bien; el r?telier era un incordio, pero inevitable si quer¨ªa disfrutar de ricos guisos y tener compa?¨ªa femenina. En fin, sobre el tema dentario tambi¨¦n ¨¦l tiene p¨¢ginas estupendas. Brel, que padeci¨® muchos dolores dentales, enumera en una de sus ¨²ltimas canciones, que se titula Voir un ami pleurer (ver a un amigo llorando), una lista de las cosas tristes de la vida, y entre ellas ¡°et nos amours, qui ont mal aux dents¡±. Una imagen muy precisa esta del amor que tiene dolor de muelas, muy exacta, pues, igual que otros tambi¨¦n persistentes y recurrentes, como por ejemplo la ¨²lcera de est¨®mago, el dolor de muelas adem¨¢s de su naturaleza f¨ªsica tiene sugestivas derivas emocionales, cierta proclividad a la meditaci¨®n metaf¨ªsica ¨Cen el caso de la ¨²lcera, meditaci¨®n cancelada, radicalmente extinguida, por el invento del omeprazol¨C. En ?tzi, el ¡°hombre de los hielos¡±, momia de un remoto antepasado nuestro asaeteado en un glaciar alpino, lo que m¨¢s nos conmueve es¡ su flem¨®n. Ten¨ªa caries. Le dol¨ªa. Pobre ?tzi. No solo lo asesinaron hace m¨¢s de tres mil a?os en aquellas alturas desoladas, en aquella g¨¦lida soledad, sino, adem¨¢s, el dolor de muelas.
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