Cinco tipos de jefes t¨®xicos y c¨®mo tratar con ellos
El que tira de WhatsApp a las once de la noche. El iluminado de mil ideas por minuto. El controlador. C¨®mo aguantarlos
Con un jefe uno pasa m¨¢s tiempo que con su novia, que con sus amigos y, si se da la coyuntura, que con sus hijos. A corto plazo, la influencia de un jefe sobre uno es mayor que la de un padre o un hermano: por fortuna, desaparece con ¨¦l. Eso un jefe que opera en condiciones normales. Si lo que hace es crear una c¨¢rcel con su indecisi¨®n, torturar con guasaps nocturnos o no respetar el tiempo, su influencia pasa de ser enorme a ser nefasta. Sin embargo, hay formas de si no sobrellevarlo, al menos minimizar su impacto, seg¨²n el tipo de pie del que cojee su superior. Aqu¨ª est¨¢n los agravantes m¨¢s t¨ªpicos y consejos profesionales para acatarlos.
1. El micromanager
No hay confirmaci¨®n lo suficientemente definitiva para ¨¦l. Diez minutos despu¨¦s de haber salido de su despacho con directrices precisas sobre c¨®mo proceder, tendr¨¢s un correo en tu bandeja de entrada en el que te las recuerda y repasar punto por punto lo que acab¨¢is de discutir y te pregunta c¨®mo est¨¢s ejecutando sus directrices, de c¨®mo est¨¢s encabezando los correos electr¨®nicos al orden en el que est¨¢s dirigi¨¦ndote al equipo. Si tu n¨²mero de m¨®vil ha ca¨ªdo en sus manos, un WhatsApp a las 11 de la noche para reconfirmar y?chequear (porque le encantar¨¢ ese palabro) contigo si la reuni¨®n de las 10 de la ma?ana est¨¢ del todo cerrada ser¨¢ lo m¨¢s normal del mundo. Y si por cada correo y cada guasap le quitaran uno euro de su sueldo, igual hasta se pensaba lo de prescindir de ese pico antes de delegar. Tu opini¨®n, en definitiva, es para ¨¦l lo que un arco iris es para un ciego: es interesante que est¨¦ ah¨ª pero no le va a afectar en lo m¨¢s m¨ªnimo.
Consejo: A un micromanager consumado se le empieza a controlar con una cantidad ingente de paciencia. Hay que gan¨¢rselo poco a poco, con el tiempo, con respuesta a todas sus demandas. Responde con precisi¨®n a cada uno de sus miedos sin andarte por las ramas: a ¨¦l un ¡°OK¡± tras cada interrogante le sirve. Para hacerle probar su propia medicina, comparte con ¨¦l tantas veces como veas necesario al d¨ªa tus dudas pormenorizadas (aunque no las tengas). Y puede que as¨ª, despu¨¦s de mucha reiteraci¨®n inoperativa, entienda que est¨¢s copiando el ejemplo de tu superior y deduzca que evidentemente, no es eficaz.
2. El innovador permanente
Tiene una asombrosa capacidad de gestar al d¨ªa un n¨²mero casi ilimitado de nuevas ideas. La gran mayor¨ªa de ellas le parecen geniales e intentar¨¢ ponerlas en pr¨¢ctica. Y ah¨ª est¨¢s t¨², el empleado, el que se encarga de realizarlas: cuando est¨¦s a medio camino, ya habr¨¢ otra nueva idea que dejar¨¢ esta ¨²ltima aplazada y por lo tanto habr¨¢ sido un fracaso de propuesta. Nadie le impedir¨¢ molestarte una y otra vez, cada vez que se vea iluminado por una idea sublime. Cada vez que suena tu tel¨¦fono y la extensi¨®n viene de su despacho, puedes empezar a sudar.
Consejo: Solo hay una manera de lidiar con un creativo en serie: estar a la altura. Adoptar su modus operandi y tener controladas todas las fuentes donde se inspira antes incluso de que lo haya hecho ¨¦l. Nicole Williams, encargada en trayectorias para la red de LinkedIn Am¨¦rica, lo describi¨® tajantemente una vez hablando para Bussines Insider: ¡°Este tipo de jefes siempre tiene una idea nueva, y esperan lo mismo del resto del equipo. Si tu jefe te pregunta si has visto el ¨²ltimo art¨ªculo publicado en el Wall Street Journal, tienes que conocerlo¡±.
3. El que se ha le¨ªdo todos los libros sobre liderazgo
Lo sabe todo, porque lo ha le¨ªdo. Sus t¨ªtulos en los mejores centros de estudio internacionales van por delante incluso de ¨¦l. Tiene un listado ilimitado de frases hechas ¨Cde otros¨C para cada situaci¨®n. Las soluciones concretas, eso s¨ª, tienen que salir de ti. Se ha le¨ªdo de cabo a rabo libros para ejecutivos como Si Arist¨®teles dirigiera la General Motors de Tom Morris y se repite una y otra vez frases como ¡°las personas primero, los proyectos despu¨¦s¡±, ¡°en su nivel m¨¢s profundo, la colaboraci¨®n no es solo uno de los muchos medios posibles que llevan a la excelencia, sino tambi¨¦n un componente inevitable de toda forma de excelencia¡± o ¡°la verdad se ha convertido en uno de los valores principales de cualquier organizaci¨®n que defienda su propia salud¡±. Despu¨¦s de repet¨ªrtelo por en¨¦sima vez, no tendr¨¢ reparos en animarte a incluir en tu informe una peque?a modificaci¨®n de la verdad para contentar al cliente.
Consejo: El problema al que te enfrentas ante este tipo de jefe es tener llevar t¨² a cabo en el terreno de lo concreto el significado de cada una de esas sentencias. Para ¨¦l hablar es suficiente: le basta con pensar la situaci¨®n desde diferentes perspectivas y llegar a un acuerdo c¨®modo. Valorar¨¢ que escuches atentamente toda esa sabidur¨ªa adquirida, y que despu¨¦s deduzcas qu¨¦ pasos tomar para conseguir buenos resultados.
4. El colega
Su percepci¨®n de ti se basa, en un porcentaje menor, en lo bien que le caigas profesionalmente y, en uno mayor, por lo bien que le caigas como persona. Y les caes bien, es solo el principio. No encontrar¨¢ reparos en sacarte temas de conversaci¨®n de los que te guardas para los ¡°amigos¡±, se colar¨¢ una y otra vez en tu vida privada a ver si de esta manera t¨² haces lo propio... ?Si te una palmada en la espalda? Es un jefe-colega. Pero t¨² sabes, porque ya te lo ha hecho m¨¢s de una vez, que a la hora de rendir cuentas te dejar¨¢ en la estacada, que no es tu colega y que si hay un culpable, ¨¦se eres t¨². El jefe que se esconde bajo el disfraz de colega es especialmente peligroso, porque juega con tus sentimientos y te hace dudar.
Consejo: Limita la informaci¨®n sobre tu vida privada, intenta diferenciar entre las horas que pasas dentro de tu espacio de trabajo y el que destinas a estar con los tuyos y sobre todo no caigas en la tentaci¨®n de acabar emborrach¨¢ndote con tu jefe ¡°el colega¡±. Al d¨ªa siguiente, si la resaca le proporciona un mal despertar no va escatimar en olvidar su estatus de jefe, tu condici¨®n de subordinado.
5. El indeciso
Despu¨¦s de tres horas de reuni¨®n, vuelves a tu puesto de trabajo convencido de haber llevado a buen puerto con tu jefe ese proyecto que se hab¨ªa enquistado. Te pones a trabajar con la esperanza de que te deje terminarlo hasta el final, pero media hora despu¨¦s te vuelve a citar en su despacho. Todo ha cambiado. Un jefe indeciso te hace trabajar por tres, o por cuatro. Por dudar, duda hasta de tu fidelidad y no ser¨¢ del todo extra?o que debido a su incapacidad para tomar una decisi¨®n en firme con todas las consecuencias que acarrea te haga prescindir de parte de tu valiosa vida personal. Lo m¨¢s probable es que no tenga madera de l¨ªder, que no sea capaz de tomar decisiones como lo debe hacer un jefe, pero a¨²n as¨ª, es tu jefe.
Consejo: Un jefe indeciso te permite adoptar la figura de suplente. En tu mano queda la destreza suficiente para asistirle en todo aquello que requiera y a la vez saber adelantarte a posibles cambios de rumbo para que el resto de personas implicadas en las decisiones est¨¦n tambi¨¦n alerta. Ofr¨¦cele diferentes opciones a sus indecisiones, que vea que est¨¢s con ¨¦l y te preocupa el callej¨®n sin salida en el que una y otra vez termina.
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