Los viejos rencores
Se me ponen los pelos de punta viendo al l¨ªder de Podemos llamando al patriotismo, palabra que deber¨ªamos suprimir hasta que le quitemos su olor de sangre y de mierda
En una entrevista publicada por este peri¨®dico, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisi¨®n Europea, declaraba: ¡°Lo m¨¢s triste es comprobar que siguen ah¨ª [en Europa] los viejos rencores que cre¨ªamos desaparecidos¡±. Juncker a?ad¨ªa como ejemplo que muchas de las cosas que dicen los alemanes de los griegos son inaceptables, y viceversa. No hay m¨¢s remedio que darle la raz¨®n. Por seguir con su ejemplo, muchos alemanes piensan que los griegos se pasan la vida ligando, cantando y bailando el sirtaki, mientras que muchos griegos piensan que la culpa de todos sus males es de los alemanes; sobra decir que ambas cosas son falsas: la verdad es que la mayor¨ªa de los griegos est¨¢ sudando sangre para salir adelante y que la culpa de sus desdichas la tienen antes que nadie ellos mismos, que han permitido que los gobiernen cuatro familias de s¨¢trapas sin escr¨²pulos. Por lo dem¨¢s, no hace falta ser Krugman para saber que los alemanes van a cobrar su deuda y los griegos la van a pagar; la pregunta es si la van a pagar los pobres, como hasta ahora, o la van a pagar los ricos, es decir si se va a pagar equitativamente, seg¨²n promete Syriza (en un pa¨ªs donde casi nadie paga impuestos, como Grecia, quien paga el pato son los pobres, no los ricos). La respuesta la tiene Syriza, aunque yo no me fiar¨ªa.
Pero dejemos la econom¨ªa y volvamos a los rencores, que de eso s¨ª entiendo. Parece incre¨ªble, pero hace apenas 16 a?os, cuando se introdujo el euro, todo el mundo auguraba un futuro esplendoroso para la Europa unida, porque entend¨ªa que, si era capaz de conciliar la unidad econ¨®mica y pol¨ªtica con la diversidad cultural, la UE no s¨®lo iba a terminar con mil a?os de guerras civiles, sino tambi¨¦n a convertirse en una potencia mundial imbatible. El siglo XXI, en suma, pertenec¨ªa a la UE. Era un proyecto extraordinario, de una ambici¨®n y una nobleza seguras: la ¨²nica utop¨ªa razonable que hemos concebido los europeos; al primer sacud¨®n, sin embargo, se resquebraj¨®. Es verdad que no fue un sacud¨®n cualquiera y que ya es un gran ¨¦xito que no vaya a resolverse con botas sino con votos (por decirlo como Felipe Gonz¨¢lez), pero lo cierto es que la UE se resquebraj¨® o amenaz¨® con resquebrajarse.
Hace apenas 16 a?os, cuando se introdujo el euro, todo el mundo auguraba un futuro esplendoroso para la Europa unida
El motivo fue el de toda la vida. Adivina adivinanza: ?qu¨¦ tienen en com¨²n partidos tan dis¨ªmiles como el Frente Nacional de Le Pen, el Movimiento 5 Estrellas de Grillo, el UKIP de Farage, la Syriza de Tsipras y tantos otros surgidos en toda Europa? Acert¨®: el nacionalismo. Todos ellos atribuyen los males propios a la UE (a Bruselas o a Berl¨ªn), todos exigen recuperar la soberan¨ªa para recuperar la dignidad de sus pueblos oprimidos. Es lo que tienen tambi¨¦n en com¨²n cosas tan distintas en apariencia como el independentismo sobrevenido en Catalu?a y Podemos. El primero ha encontrado al responsable de sus desdichas m¨¢s cerca (se llama Espa?a), as¨ª que no necesita hacer responsable a la UE, a la que al parecer regresar¨ªa feliz en cuanto se independizase de Espa?a, razonamiento l¨®gico si Espa?a no fuera ya la UE y la l¨®gica fuera la de los hermanos Marx. En cuanto al segundo, Pablo Iglesias argument¨® no hace mucho que UPyD era un partido fascista light porque apelaba en exclusiva al patriotismo y la gente decente, que es a lo que ha empezado a apelar ¨¦l, en exclusiva, en cuanto ha vislumbrado el poder; yo no s¨¦ si eso es fascismo light, pero se me ponen los pelos de punta viendo al l¨ªder de Podemos, en una Puerta del Sol abarrotada por la multitud enardecida, llamando al patriotismo, palabra que deber¨ªamos suprimir del castellano hasta que le quitemos su olor de sangre y de mierda.
En fin. Yo entiendo que haya gente escarmentada que piense que la UE es un enga?abobos, un trasto fr¨ªo, distante e inservible. A esa gente hay que recordarle la historia, los beneficios sin disputa que la unidad ha aportado, la ambici¨®n y la nobleza del proyecto; tambi¨¦n recomendar¨ªa que leyesen Sorte dell¡¯Europa, un libro de Alberto Savinio escrito entre 1943 y 1944, cuando los viejos rencores del viejo nacionalismo estaban arrasando Europa, donde se lee: ¡°Estoy cada vez m¨¢s convencido de que los pueblos de Europa no se curar¨¢n de sus grav¨ªsimas heridas si no forman una sola naci¨®n unida por comunes pensamientos, por comunes intereses, por un destino com¨²n¡±. Am¨¦n.
elpaissemanal@elpais.es
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