La siesta inglesa
Esa bendita costumbre, aqu¨ª practicada desde hace siglos, est¨¢ siendo objeto de un riguroso estudio en Reino Unido. Salt¨¢rsela obra en contra de la productividad
La siesta est¨¢ siendo objeto de un riguroso estudio en Reino Unido. Resulta que aquel pa¨ªs, donde la gente trabaja el d¨ªa completo y sin pausa suficiente para practicar la siesta, tiene unos ¨ªndices de productividad laboral alarmantemente bajos. El profesor Jim Horne, de la Unidad de Investigaci¨®n del Sue?o de la Universidad de Loughborough, declar¨® recientemente: ¡°Una siesta es la forma natural de evitar el declive energ¨¦tico que se produce durante las primeras horas de la tarde, cuando la capacidad de concentraci¨®n desciende, la cabeza est¨¢ espesa y se multiplican los errores¡±. La idea es que evitar la siesta en aras de la productividad, de trabajar m¨¢s horas, acaba obrando en contra, precisamente, de la productividad. Para afianzar esta idea la prensa inglesa, que se ha entusiasmado con el autorizado punto de vista del profesor Horne, ha filtrado ejemplos de personalidades afectas a la siesta: John F. Kennedy, Leonardo da Vinci, Bill Clinton y Winston Churchill. Por otra parte, un estudio de la NASA dice que la siesta disminuye el riesgo de infarto, aligera la depresi¨®n y encima ayuda a adelgazar. A partir de esta empat¨ªa que empieza a despertar la siesta en Reino Unido ha salido a la luz que el d¨¦ficit de sue?o de los empleados, que puede leerse perfectamente como la falta de siesta, contribuy¨® de manera determinante al desastre ecol¨®gico de Chern¨®bil. Ya hay un manual en ingl¨¦s con las instrucciones para practicar esta costumbre mediterr¨¢nea, y se est¨¢ pensando en instalar camastros en los parques para aplicar la teor¨ªa del manual. Todo un cuerpo te¨®rico, y un espeso operativo, para esa bendita costumbre que aqu¨ª se practica, desde hace siglos, con una contagiosa espontaneidad.
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