Los inesperados debates de la vieja se?ora
El Banco de Inglaterra promueve animadas discusiones sobre la creciente desigualdad
El Banco de Inglaterra, tambi¨¦n conocido como la Vieja Se?ora de Threadneedle Street, tiene fama de hacer cosas inesperadas. No respecto a la pol¨ªtica monetaria (Gran Breta?a siempre ha estado fuera del euro), sino en otras esferas. Su actual gobernador, por ejemplo, seleccionado entre varios candidatos, se llama Mark Carney, tiene 50 a?os y, por primera vez en la historia, no es brit¨¢nico, sino canadiense. Cuando le nombraron, hace ya dos a?os, asegur¨® que proporcionar¨ªa est¨ªmulos a la econom¨ªa brit¨¢nica para favorecer el crecimiento y que no cejar¨ªa hasta que el paro se situara por debajo del 7% (en febrero pasado fue del 5,7%). Adem¨¢s, no para de criticar la pol¨ªtica econ¨®mica europea.
En cualquier caso, con Carney o sin ¨¦l, el Banco de Inglaterra llama casi siempre la atenci¨®n por su abierto inter¨¦s por el debate intelectual y pol¨ªtico (casi como el Banco de Espa?a, ?no?). Hace pocos meses convoc¨® un seminario con el economista franc¨¦s Thomas Piketty e invit¨® a un buen grupo de profesores brit¨¢nicos a discutir sobre la desigualdad. Un amplio resumen puede leerse en el Quarterly Bulletin 2015 de la entidad.
Una de las conclusiones m¨¢s compartidas por los invitados fue que el acceso a una educaci¨®n de calidad y gratuita es uno de los elementos fundamentales para impedir la desigualdad. Educaci¨®n de calidad de tres a cinco a?os, porque, seg¨²n los profesores Blundell y Attanasio, que presentaron numerosos datos de Reino Unido, existe una estrecha relaci¨®n entre el grado de desarrollo cognitivo de un ni?o o ni?a de cinco a?os y su vida posterior como adulto. Otros participantes criticaron duramente el sistema educativo universitario norteamericano, que est¨¢ estrechamente vinculado con el aumento de la desigualdad en la sociedad estadounidense. El acceso igualitario (gratuito y muy amplio) a la educaci¨®n universitaria, consensuaron, es fundamental en ese deseo de alcanzar un mayor equilibrio.
Los profesores tambi¨¦n est¨¢n muy de acuerdo en que hay que imponer altos impuestos en las herencias. No se trata de que unos padres no puedan dejar un piso, o unos ahorros limitados, a sus hijos. Se trata de que, a cuenta de ese deseo, bastante natural, se han dejado de gravar fuertemente herencias que han alcanzado vol¨²menes exagerados, en algunos casos abrumadores. No hay nada que justifique que las nuevas generaciones no arranquen de un nivel m¨¢s parecido, coincidieron.
En general, los asistentes se mostraron bastante de acuerdo en que los sistemas tributarios se basan fundamentalmente en la noci¨®n de que los ricos aceptan los impuestos a cambio de que se garantice el derecho a la propiedad. Parece un acuerdo razonablemente honesto, pero el trato puede quedar en peligro si se produce una desigualdad exagerada, puntualiz¨® el profesor Besley. Es lo que est¨¢ ocurriendo en Estados Unidos, cuyo nivel de desigualdad no puede ser atribuido a la globalizaci¨®n, porque esa misma globalizaci¨®n no ha tenido el mismo efecto en Alemania, por ejemplo, que hasta ahora es mucho m¨¢s igualitaria.
Uno de los intervinientes, profesor Lindert, explic¨® que no siempre la igualdad es producto de una pol¨ªtica tributaria determinada. Hay casos que se deben m¨¢s bien a ¡°accidentes hist¨®ricos¡±. Por lo que se ve, algunas sociedades asi¨¢ticas presentan situaciones m¨¢s igualitarias que otras, antes incluso de tomar en cuenta los impuestos, por alguno de esos ¡°accidentes¡±. Un ejemplo seria Taiw¨¢n, que se mantiene cerrada a la inmigraci¨®n (lo que hace que los salarios m¨¢s bajos se mantengan inesperadamente altos) y que, al mismo tiempo, tiene un sistema educativo exitoso.
Buena parte del debate celebrado en el Banco de Inglaterra ser¨ªa perfecto para ser trasladado a Espa?a, antes de que se celebren las elecciones municipales y auton¨®micas. Ser¨ªa muy instructivo saber qu¨¦ piensan, por ejemplo, los candidatos a presidentes de las comunidades de la educaci¨®n de tres a cinco a?os, o de la gratuidad y alcance de la educaci¨®n universitaria, porque de ellos va a depender, al menos en parte, ese apartado. ?Tienen algo que decir los candidatos a alcaldes sobre los impuestos locales a las herencias? Recuerden lo que dicen los sabios: no se traguen el cuento de que se trata de defender el piso de sus hijos. Ni por asomo.?
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